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domingo, 31 de marzo de 2019

Isabel Domínguez León. Biografía

Cuadernillo de las Hermanas Franciscanas del Rebaño de María
Gentileza de Ramón Trujillo
Isabel Domínguez León con varias hermans, entre ellas sor Celina y sor Dolores
María Sánchez detrás a la derecha 
Y la niña pequeña, Mari Carmen López





Por Esperanza Cabello

Lo primero que debemos explicar es que esta biografía de Isabel Domínguez León es el resultado de muchas preguntas y la colaboración de un buen montón de ubriqueños y ubriqueñas que han tenido la amabilidad de contarme sus recuerdos y de enviarme sus fotografías. Por eso queremos agradecer...
En primer lugar, a Manuel Zaldívar, que nos envió las imágenes del censo del AMU que nos permitieron saber cuándo nació y quién era su familia.
También a José Gómez, el sepulturero del cementerio de Ubrique, que nos acompañó a la tumba de las dos hermanas, María e Isabel, y así sabemos cuándo murieron.
De la misma forma a Luis Vilches, que nos ha proporcionado las escrituras de la Fundación Isabel Domínguez López y nos ha permitido conocer sus propiedades y los estatutos de dicha fundación.
Ramón Trujillo nos facilitó la  primera fotografía que tuvimos de ella, que es la que comienza esta entrada.
Nuestra tía María de los Ángeles Janeiro, nuestro tío José María Cabello, nuestros amigos Juan Ramírez y Fernando Rodríguez Núñez y nuestra amiga Mari Carmen López nos contaron sus recuerdos, hay que saber que doña Isabel era de un par de generaciones anteriores, por lo que fue amiga de nuestras abuelas o bisabuelas. Ahí aprendimos que durante su estancia en Cádiz había vivido en la Plaza de Mina, 3, en un palacete o los detalles de su matrimonio o de su entierro.
Y finalmente su sobrina Ana María León nos ha contado más detalles de su vida y algunas anécdotas de sus viajes, a la vez que nos ha facilitado algunas fotografías más.
Muchísimas gracias a todos, sois geniales.💜


Isabel Domínguez en uno de sus viajes 
con su sobrina Ana María León



Doña Isabel Domínguez León era la quinta hija del matrimonio formado por Joaquín Domínguez Cantalejo, natural de Villamartín, que había nacido en 1848 y era labrador de profesión y de Isabel León Clavijo, natural de Ubrique, nacida en 1854.
La familia vivía en el número 17 de la calle Sagasta, la actual calle Botica, justo enfrente del hermano de Isabel, Sebastián Domínguez,  que era arriero.
En 1894 tenían cuatro hijos: Ana, de 19 años; Josefa, de 16; María, de 12 años y Joaquín de 3 años.
La benjamina de la familia, Isabel,  nació  en Ubrique cinco años más tarde, concretamente el ocho de diciembre de 1899.
Sus padres murieron excesivamente pronto. En el libro de censos del AMU de 1909 encontramos que la cabeza de familia es Ana María, la hermana mayor, que tiene, en ese momento, 31 años, veinte más que Isabel. Entonces los cinco hermanos siguen viviendo en la calle Botica, aunque Joaquín está estudiando en Cádiz. La familia era pudiente, y tenía los medios suficientes para pagar los estudios del varón.

Datos del AMU
gentileza de Manuel Zaldívar


Hasta ahí los datos que tenemos fijos; imaginamos que la vida de Isabel trancurriría apaciblemente en el Ubrique de principios del siglo XX, y que, como otras familias adineradas, trasladaron su residencia a Cádiz en los tiempos tumultuosos de la II República o de la Guerra Civil.
De nuevo sabemos que Isabel vive en Cádiz, en la Plaza de Mina, 3, en una lujosa mansión, y también que se casó con un médico, pero el matrimonio fue un perfecto fracaso.
En la época no existía el divorcio, pero ambos se separaron, e Isabel siguió viviendo allí con su hermana María, doce años mayor que ella.

A mediados de los cincuenta, las dos hermanas deciden volver a vivir en su pueblo natal, compraron la casa de los abuelos de Mari Tere Benítez, al principio de la calle del Perdón. Les costó treinta mil pesetas en la época, que no era poco.
En realidad eran tres casas, los números dos, cuatro y seis de la calle del Perdón, sobre el solar de estos edificios construyeron una gran casa, que consta así en el Registro de la Propiedad de Ubrique:

Casa sita en la villa de Ubrique, en la calle Auditor Bohórquez señalada con el número 6 de gobierno, formada por las ca­sas que ostentaban los números dos al seis de la misma calle. Consta de dos plantas en su parte delantera y de tres en las crujías posteriores, una de ellas asotanada que tiene dos puertas a la calle Doctor Serafín Bohórquez. Tiene una su­perficie de doscientos ochenta metros y treinta y nueve decímetros cuadrados, y sus linderos son: derecha, entrando, casa de la calle San Francisco, propia de Salvador Gallego Rojas; iz­quierda, la número ocho de la calle Auditor Bo­hórquez, propia de la Fundación Asilo Nuestra Señora de Los Remedios de Ubrique; y fondo, con calle Doctor Serafín Bohórquez.
Las dos hermanas llegaron a Ubrique para quedarse,  tenían gratos recuerdos de su infancia y juventud y pensaron acercarse a la familia. Su madre era ubriqueña y tenían muchos primos y sobrinos, entre ellos sigue reinando el apellido "León".
Al ser acaudaladas su tren de vida era  diferente al que llevaban otras familias. En su casa vivía una cocinera y dos criadas. Además tenían un chófer, que en los primeros años fue Diego, "el Candelilla", más tarde su hijo, Curro, y finalmente un joven llamado Juan, de Algar, que también vivía en la casa.
Los pueblos son muy dados a poner apodos, por lo que rápidamente se las conoció como "las Ricachonas".
Este es un recuerdo de José María Cabello: "Su llegada a Ubrique, después de una larga estancia en la capital, fue espectacular. Recuerdo que fue en verano, sin concretar año,disfrutaba de mis vacaciones cuando un suntuoso haiga (posiblemente un Mercedes) atravesaba lentamente las calles de Ubrique. El chófer y dos señoras. Enseguida se comentó que eran dos paisanas que volvían a vivir en Ubrique. Después se conocieron sus nombres y apellidos".
En realidad el primer coche fue un seat 1.500, y más tarde, con Juan, compraron un Mercedes.


La hermana María, mayor que Isabel doce años, murió muy pronto, en diciembre de 1958, con 76 años, y no tuvo descendencia. Llevaban pocos años en Ubrique, e Isabel hizo construir un discreto túmulo en el cementerio de San Bartolomé para ambas.

Tumba de doña María Domínguez León
Cementerio de Ubrique


Antes de la muerte de su hermana, Isabel se había rodeado de su familia, de sus primos y sobrinos, y también de las monjas del asilo, sus vecinas, con las que había entablado gran amistad.
Su sobrina Ana María recuerda que en aquella lujosa casa celebraron algunas fiestas, sobre todo en Navidad o fin de año, ella acompañaba a su tía en muchas ocasiones, sobre todo en los viajes.
Porque Isabel era una gran viajera, siempre acompañada de amigos y familiares recorría Andalucía. Uno de sus viajes favoritos era a Marmolejo, a tomar las aguas, y en estas fotografías podemos verla en Úbeda, un verano.



 Isabel Domínguez León a la derecha
Fotografía gentileza de Ana María León

También viajaba a visitar sus fincas, tenía un gran patrimonio, varias fincas en El Coronil, un molino en Coripe... 
Si calculamos que dejó una fundación con más de diez millones de pesetas de la época, podemos decir que tenía un patrimonio realmente considerable.
Muchos de los ubriqueños de la época la recuerdan  en algunos eventos municipales, pronto se hizo un hueco en la vida del pueblo, sobre todo en lo relacionado con la parroquia.
Amante de la música y muy amiga del Cardenal Bueno Monreal, Isabel compró un órgano para la iglesia del pueblo, que hasta entonces no tenía.
El cardenal, que era de Jaca, tenía previsto traer a Ubrique a uno de sus "protegidos", un curita muy joven, recién ordenado, con apenas 23 años, que era un genio de la música y que quería ser organista de la Catedral de Sevilla. Bueno Monreal trajo a Ubrique a don José Enrique Ayarra Jarne, que llegó a Ubrique en la primavera de 1960 y  pasó en nuestro pueblo poco más de un año.
A pesar de que esta estancia fue muy breve, don José Enrique dejó una profunda huella en todos los ubriqueños, no solo como magnífico organista (mirar en este enlace) sino como gran persona, gran montañero, buen amigo, fundador de la coral y, sobre todo, como enamorado de Ubrique y la sierra.
Esa es una de las cosas que debemos a Isabel Domínguez.



Un año antes de la llegada de don José Enrique a Ubrique, y al mes de morir su hermana María, Isabel decidió legar su patrimonio al pueblo de Ubrique, para lo que fundó una "Institución de Beneficiencia, de duración indefinida, conpersonalidad jurídica y plena capacidad para poseer, adquirir y enajenar bienes de todas clases. 





Fue establecida su voluntad de constituir y do­tada por Doña Isabel Domínguez León mediante testamento otorgado en Ronda, el día 3 de Enero de 1.959, ante su Notario don José Caravias Villen, y formalizada en escritura pública otorga­da en Ubrique, tras su fallecimiento por el Albacea-Contador Partidor, el día 17 de Octubre de 1.963, ante el Notario de Ubrique D. Rafael Rodríguez Navarro, en la que se establecieron asimismo sus Estatutos."


                                                     Lápida de Isabel Domínguez León
                                               Cementerio de san Bartolomé. Ubrique

Efectivamente Isabel murió el 13 de enero de 1963, a los 65 años de edad, como consecuencia de una caída accidental en su casa de Sevilla, en la calle Brasil.
Ella había dejado instrucciones para ser enterrada en Ubrique, cuando llegó a nuestro pueblo el cortejo fúnebre, algunos de los entonces niños del pueblo recuerdan momentos memorables, como cuando no encontraban las llaves de la casa y tuvieron que romper uno de los cristales de un balcón para entrar, o cuando los niños y las niñas se fueron sin permiso detrás del cortejo fúnebre hacia el cementerio y después en casa les regañaron.
Y también, lo más triste, cuando al día siguiente llegó el marido, del que Isabel se había separado cuando no existían ni separación ni divorcios legales, y que se llevó en un camión casi todo el mobiliario y el ajuar de la casa, exceptuando los muebles y enseres de la salita, algunos de los cuales (por ejemplo el reloj) están ahora en la parroquia.


                                           Con su sobrina y unas amigas en Úbeda
                                           Fotografía gentileza de Ana María León


Al morir, todo el patrimonio de Isabel Domínguez pasó a la fundación que ella misma había constituido cuatro años antes. La Fundación Isabel Domínguez León está administrada a perpetuidad por las personas que ostentan en ubrique el cargo de alcalde o alcaldesa; juez o jueza y párroco.
Su generosidad abarca, fundamentalmente, el ámbito de la beneficiencia, pero también el ámbito cultural local.
Su casa fue a principios de los setenta la sede de la primera maternidad de Ubrique, y actualmente es la sede de Cáritas, abierta a todos los que la necesiten.


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