Leandro Cabello porteando la Patacabra Carnavalesca
Por Esperanza Cabello
Hoy es el día de San Leandro, veintisiete de febrero. En nuestra familia materna, uno de los nombres más tradicionales y más sonados, pues desde que nuestro tatarabuelo Leandro Izquierdo Villa vino de Ataquines (provincia de Valladolid) con su hermano Sotero en 1870 (en este enlace), Leandro se ha convertido en el nombre familiar de varón por excelencia.
Y nosotros tenemos dos Leandro favoritos, nuestro hermano pequeño y su hijo Leandro, también el sobrino más joven de la familia. Así que, además de felicitar a todos nuestros primos y sobrinos, queremos hacer una felicitación más especial para estos dos ubriqueños de pura cepa cuyo santo coincide, además, con una época del año muy festejada por ellos, el carnaval.
Y es que Leandro Cabello ha sido, desde que se recuperó la celebración de estas fiestas populares, un carnavalero de pro que ha vivido, cantado y disfrutado el carnaval desde los primeros preparativos hasta la última llamita de la Patacabra.
Recordamos con cariño y mucha ilusión aquellos primeros carnavales, los que celebramos en las décadas de los ochenta y los noventa, hasta que fallecieron nuestro padre y nuestro amigo Pedro, que se llevaron con ellos tantas emociones. Aquellos primeros carnavales en los que un Leandro Cabello pletórico inventaba, con su grupo de amigos de juventud, tipos e ideas cada vez más increíbles para su grupo.
Los tuaregs con su camella; los mejicanos con su cañón; los franchutes con la guillotina, los piratas con su barco, los del oeste con su carreta, los astronautas con su nave espacial... Fabricaban artefactos que paseaban con su grupo y hacían que la fiesta fuera cada vez más sonada. Y con cada uno de esos artefactos aparecía, como por arte de magia, una patacabra gigante que participaba, haciendo homenaje a los petaqueros y petaqueras de Ubrique, en los festejos de carnaval. Hasta que un día tuvo una idea genial, que se ha convertido en uno de los detalles más significativos del carnaval de nuestro pueblo: hacer, en uno de los llanos del río, una hoguera gigantesca donde artefacto, patacabra y restos de disfraces ardían rodeados de cánticos, bailes y fiesta ancestral.
Era el año 1992, el grupo era el de "Las sirenitas del Enriaero", y cando terminamos el pasacalles en la plaza del ayuntamiento, todos nos fuimos con aquella patacabra carnavalera "llorando" porque se había terminado el carnaval y bailando de alegría por lo mucho que habíamos disfrutado. Aquel grupo había pensado en todos los detalles, al ser una despedida había plañideras (con velo y velas) como si fuera la parodia de un cortejo fúnebre, pero también tambores y pitos de carnaval, mezclando, con un ritmo endiablado, alegrías y tristezas en un mismo acto.
Aquello fue alucinante, hace treinta años muchas personas se reunieron en aquel llano del río, cerca de la calle Pasadilla, para despedir el carnaval. No sabemos cómo surgió la idea con exactitud, pero conociendo a nuestro hermano y a sus amigos, el hecho de encender una candela así de grande en una fecha anterior a las candelas de los gamones debía de tener un atractivo especial.
Y como en otras ciudades se celebraba el "Entierro de la sardina", aquí se comenzó la quema de la Patacabra carnavalera, en homenaje a todo el trabajo que los petaqueros hacen a diario y para tomar fuerzas para el siguiente año.
"Las sirenitas del enriaero" encendiendo la primera cerilla para la primera quema de la Patacabra Carnavalesca. Ubrique 1992
A partir de entonces, la "Quema de la Patacabra carnavalera" ha ido tomando protagonismo entre todos los ubriqueños, no solo los carnavaleros, y cada año despedimos la fiesta acompañando, como si fuésemos detrás del flautista de Hamelín, a la señora patacabra, que cada año va más elegante y más lucida.
Leandro ha sido el fiel creador de la Patacabra Carnavalera en estos treinta años, poco a poco se ha ido asentando y tomando fuerza esta tradición y ahora no se trata solo de un grupo de amigos que trabajan en un garaje, sino de un trabajo creativo que se mantiene durante varios meses y del que nuestro hermano es el responsable, ahora con apoyo municipal y siempre con un grupo que ha ido cambiando y ampliándose a lo largo de los años, amigos carnavaleros a los que se han ido uniendo otros más jovenes, incluso niños, para los que la quema de la patacabra ha existido "desde siempre".
Y en muchas ocasiones el responsable municipal de cultura y fiestas, José Manuel Fernández Rivera, había sugerido que Leandro debía ser pregonero del carnaval de Ubrique, pero nuestro hermano no es persona que busque protagonismo, y siempre ha preferido declinar la invitación. Hasta este año, que al cumplirse treinta años de la primera patacabra carnavalera ha pensado que lo mejor sería que fuese el propio grupo de la quema de la patacabra el que diese el pregón.
Así que este carnaval, el próximo doce de marzo por la mañana, el grupo de la Patacabra Carnavalesca de Ubrique será el encargado del pregón de nuestro pueblo.
Hemos sido testigos directos de cómo se ha ido organizando todo, pero no podemos "acertar los frailes" antes de tiempo, así que no podemos explicar muchos detalles. Eso sí, que este año la Patacabra se vestirá de fiesta para su aniversario, y lucirá más bonita, elegante y ubriqueña que nunca (hemos flipado con el diseño). Que para el pregón habrá música en directo, canciones de carnaval antiguas, homenaje a anteriores pregoneros y a grandes carnavaleros, guitarras, disfraces, porteadores, unas poquitas de lágrimas y muchas risas.
No sabríamos decir cuántas personas están trabajando para que este pregón sea inolvidable, y todavía no tenemos claro cómo se las ha apañado nuestro hermano para movilizar e ilusionar a tantas personas, todo desde la humildad y sin querer ser protagonista de nada.
Por eso queremos felicitarlo hoy, por haber sido capaz de crear una tradición que mueve cada año a miles de ubriqueños, por haber sabido mirar a los mayores y a los más jóvenes, atrapándolos en la magia del carnaval, por querer seguir en ese segundo plano a pesar de la admiración y el cariño que inspiran su trabajo desinteresado y por hacernos disfrutar a todos de una fiesta creando un ambiente único, festivo, alegre, de colaboración y, sobre todo, respetuoso, muy difícil de conseguir.
¡Ah! Y felicidades por tu santo, hermano💜💜💜💜💜