Hace unos años mantuvimos muchas conversaciones con nuestro amigo Miguel Coronel Reguera, que nos contó mil y una historias de nuestra familia y de nuestro pueblo. Con una memoria impresionante, un sentido del humor muy fino, un escrito con mucho estilo y mil anécdotas, pudimos aprender muchísimo.
Hoy nos ha preguntado nuestro hermano Manolo por cierto loro famoso de la calle del Perdón, y hemos recordado las palabras de Miguel, que aquí reproducimos. Miguel, por tantos buenos ratos💜
Gracias, amigo
Miguel Coronel Reguera. Siete de febrero de 2015
Serafín y María de la Paz tenían la confitería enfrente de la Casa de Don Miguel Domínguez, que fue alcalde de Ubrique, Abuelo de los Peña y vecinos de mis abuelos. Ellas criaron a mi hermano Pepe y yo iba todos los días allí a desayunar...El desayuno para Miguelillo, pedía yo, y cualquiera de las cuatro hijas de don Miguel me lo preparaban. La quinta, Vicentita, estaba malita. Ana Peña o María, que eran las mayores, lo recuerdan por habérselo oído a Catalina. En la confitería había un loro que cuando alguien pasaba por la puerta soltaba un hijo de puta, chivato. Don Francisco pasaba por allí todos los días y seguramente lo oiría más de una vez.
Lo cierto es que el loro desapareció y yo, que correteaba por el obrador, le preguntaba a Eloísa o a Romualdo por su paradero y no lo sabían. Seguramente, Manolo González Pan, que viene de cuando en cuando a ver a su hijo Juan -mi médico- sabrá algo más que yo del Lorito. Se lo contaría su madre, Eloísa.
.