El gran medio de comunicación de los años treinta era la radio. Este modelo de válvulas tan fantástico perteneció a nuestros abuelos, Julia y Paco. Más tarde fue nuestro padre quien lo conservó, y, actualmente, es nuestro hermano Leandro quien lo guarda como un tesoro. No sólo porque es un ingenio de la electrónica, y fue uno de sus modelos durante sus estudios para construir un receptor a vávulas, sino porque este aparato ha estado presente en la historia de la familia.
Cuando nuestros abuelos lo adquirieron no tenían ni idea de lo útil que les resultaría. En nuestra familia, por ser tan grande, ha habido todo tipo de tendencias políticas: hemos tenido abuelas carlistas, monárquicas, progresistas, y hasta republicanas. Después vino la dictadura y todo el mundo a decir lo obligatorio, aunque algunos se rebelaron y terminaron en la cárcel.
Esta radio era la unión con el mundo exterior. Durante la guerra se reunían mis abuelos con los mayores para oír los partes (en Ubrique los mayores siguen diciendo "el parte" a los informativos). Más tarde, nuestra abuela, monárquica pese a quien pese, oía noticias de don Juan (llegó a ir a Lisboa a visitarlo). Pero todo ello tenía que ser a escondidas, porque en aquellos tiempos había que andar con cien ojos.
Ahora hemos sabido que Manuel y Esperanza se llevaron consigo esta radio cuando se casaron (1956), y que por las tardes oían, a escondidas también, "Radio España Independiente", allende los Pirineos. Nuestra madre recuerda las emisiones, que se oían muy mal, pero que eran muy interesantes, porque eran diferentes.
Por eso en muchas casas se fingía no tener radio, y en Ubrique se inventaron maravillas de la artesanía como la casita que fotografiamos a continuación:
Cuando nuestros abuelos lo adquirieron no tenían ni idea de lo útil que les resultaría. En nuestra familia, por ser tan grande, ha habido todo tipo de tendencias políticas: hemos tenido abuelas carlistas, monárquicas, progresistas, y hasta republicanas. Después vino la dictadura y todo el mundo a decir lo obligatorio, aunque algunos se rebelaron y terminaron en la cárcel.
Esta radio era la unión con el mundo exterior. Durante la guerra se reunían mis abuelos con los mayores para oír los partes (en Ubrique los mayores siguen diciendo "el parte" a los informativos). Más tarde, nuestra abuela, monárquica pese a quien pese, oía noticias de don Juan (llegó a ir a Lisboa a visitarlo). Pero todo ello tenía que ser a escondidas, porque en aquellos tiempos había que andar con cien ojos.
Ahora hemos sabido que Manuel y Esperanza se llevaron consigo esta radio cuando se casaron (1956), y que por las tardes oían, a escondidas también, "Radio España Independiente", allende los Pirineos. Nuestra madre recuerda las emisiones, que se oían muy mal, pero que eran muy interesantes, porque eran diferentes.
Por eso en muchas casas se fingía no tener radio, y en Ubrique se inventaron maravillas de la artesanía como la casita que fotografiamos a continuación:
Foto: Leandro Cabello Izquierdo
Casita-Estuche construida con retales de piel
Casita-Estuche construida con retales de piel
Depósito de la familia en el Museo de la Piel de Ubrique
Esta casita, construida por uno de los petaqueros de la fábrica de nuestro abuelo Paco, hermano de Andrés Pajuelo, está hecha con retalitos de piel y con una maestría inigualable. Servía para ocultar la radio, y se podía acceder a los mandos a través de los espejos (actualmente pegados).
Al comenzar su andadura el Museo de la Piel de Ubrique, y sabiendo que Maribel y Paco son también dos artistas capaces de apreciar este objeto en lo que vale, decidimos depositarlo en este museo, junto con otras piezas de nuestros abuelos, en memoria de nuestro padre.
Al comenzar su andadura el Museo de la Piel de Ubrique, y sabiendo que Maribel y Paco son también dos artistas capaces de apreciar este objeto en lo que vale, decidimos depositarlo en este museo, junto con otras piezas de nuestros abuelos, en memoria de nuestro padre.
Foto: Leandro Cabello
El Convento de Ubrique, una nueva perspectiva
El Convento de Ubrique, una nueva perspectiva
Al comenzar la guerra era Arsenio Janeiro jefe de los carabineros en Ubrique. El puesto de los carabineros estaba muy cerca de la casa de Julia Janeiro,en La Plaza. Por lo visto los carabineros supieron que tenía una radio y, justo cuando Julia y Ana estaban escuchando las noticias, oyeron ruido en la escalera y la voz de "¡A por ella, a por ella!" Horrorizadas, las mujeres creyeron que venían a por ellas, pero en realidad querían quitarles le radio. Arsenio tuvo que intervenir (dicen que hasta hizo un disparo al aire) para que dejaran en paz a las dos mujeres, que a partir de aquel momento fueron más prudentes y escondieron la radio.
ResponderEliminarEsperanza Izquierdo