Quizás nos preguntemos qué tiene que ver este genial grupo con la historia de nuestra familia o de nuestro pueblo. En realidad han sido un icono, un modelo, una imagen para muchos de nosotros...
Cuando me preguntan por mi músico favorito, por mi humorista favorito o por mi actor favorito simplemente contesto: LES LUTHIERS. Ahora que sé que están por España de nuevo y que hemos crecido juntos (la verdad ellos más que yo) he recordado (algún día explicare por qué recuerdo tantas cosas) la primera vez que los vi. (Pinchar aquí para leer la crónica)
Fue en Cádiz y conseguir la entrada fue una autentica odisea. Creo que era de las primeras veces que bajaban por Andalucía Yo los había escuchado desde hacía muchos años gracias a mi hermano Manolo que en alguna visita a su casa me puso algunos discos de ellos. Rápidamente me convertí en un autentico fan, no solo yo sino mucho de mis amigos, de modo que nuestras conversaciones tenían como tema a don Rodrigo Diaz de Carreras, un descubridor (que cuando él llego ya estaban descubiertos), que cuando puso pie en tierra de Incas hizo hincapíe y cosas así nosotros nos reíamos mucho pero alguno decían simplemente eran unos payasos.
Total, lo que hay que oír.
Pues bien, la primera vez que tuvimos oportunidad de verlos fue en el Teatro Falla de Cádiz.
Llegamos tempranito y cogimos un buen sitio en la col, cerquita de la taquilla. Conforme pasaba el tiempo la cola se iba alargando al final dio la vuelta a todo el teatro y llego a la Facultad de Medicina (prácticamente a la cola le podíamos ver la cola desde donde nosotros estábamos). De pronto se abrió la taquilla y una marabunta de gente se apelotonó. Yo empecé a ver que se me colaban y esto no podía ser, así que me adelanté pero con mi 1m84 (ya mido menos) no pasaba desapercibido ante aquellos gaditanos pequeñajos, y al grito de "Fuera, fuera" me querían echar de la cola.
Allí aguanté a base de empujones…. Hasta que llegaron los municipales y ellos si me sacaron. Estaba muy triste pero de pronto aparecieron los amigos con los que iba y de los que casi ni me acordaba y me contaron que con el follón que se había armado consiguieron comprar entradas para todos incluida la mía. Los ubriqueños también sabemos pasar desapercibidos.
Después de ésta los he podido ver varias veces y en varios lugares, pero fue en Cádiz precisamente donde tuve la oportunidad de hablar con ellos. Era una cuestión que me rondaba desde hacía muchos años ¿Qué les diría si los tuviera delante? La respuesta la descubrí aquel día; esperé en la salida trasera del teatro falla junto a mi amigo Pedro Herrero. Conforme fueron saliendo ningún sonido inteligible salió de mi boca mientras me firmaban un poster que llevaba con sus caras dibujadas hasta que salió Marcos Mundtock y acerté a pedirle que me firmara en la calva de su dibujo ¡Qué pedazo de chiste!
Yo me fui con todos mis autógrafos y Marcos... me imagino que se fue pensando en el arte y la sal que hay en Cai y preguntándose dónde estaría la gracia.
Leandro Cabello Izquierdo, noviembre 2009
Alguien los tocó con una varita mágica, porque están hechos de otra pasta. Mereció la pena verlos.
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