Por Esperanza Cabello
Hoy habría sido un día grandioso para nuestro padre, por eso hemos elegido como primera fotografía para ilustrar nuestra entrada, ésta en la que aplaude muy feliz en uno de los mejores momentos de su vida como historiador, rodeado de algunos de sus mejores amigos, Francisco Collado Jara y Bartolomé Pérez Sánchez de Medina. Era el 25 de junio de 1992, durante la presentación de su segundo libro sobre la historia de Ubrique.
¡Quién le iba a decir que gracias a este libro y al texto que le dedicó al ubriqueño Miguel de Olivares Guerrero, arquitecto que hizo la ermita de San Pedro, en Ubrique, hoy íbamos a ponernos en contacto con sus descendientes y a reafirmarnos en la idea de que Olivares era Ubriqueño!
Él se pasó cientos de horas consultando archivos, buscando fechas, nombres, datos. Pero en los Archivos Parroquiales había reseñas desde el Concilio de Trento, allá por 1550. Demasiados datos para una sola persona.
¡Quién le iba a decir a Manuel Cabello que Miguel de Olivares dibujó los planos de su querido Columbario ya en 1801!
Nuestro padre dibujó cientos de veces ese monumento ubriqueño, lo midió, lo limpió, lo dibujó, lo fotografió. Si hubiera conocido esta ilustración...
¡Quién nos iba a decir a nosotros que hoy podríamos ver todos, gracias a un buen amigo, esos planos...!
Manuel Cabello habría estado encantado, se habría llevado el alegrón de su vida, porque estos planos unen dos de sus grandes pasiones: historia de Ubrique y personajes de Ubrique.
¡Quién le iba a decir que gracias a este libro y al texto que le dedicó al ubriqueño Miguel de Olivares Guerrero, arquitecto que hizo la ermita de San Pedro, en Ubrique, hoy íbamos a ponernos en contacto con sus descendientes y a reafirmarnos en la idea de que Olivares era Ubriqueño!
Él se pasó cientos de horas consultando archivos, buscando fechas, nombres, datos. Pero en los Archivos Parroquiales había reseñas desde el Concilio de Trento, allá por 1550. Demasiados datos para una sola persona.
¡Quién le iba a decir a Manuel Cabello que Miguel de Olivares dibujó los planos de su querido Columbario ya en 1801!
Nuestro padre dibujó cientos de veces ese monumento ubriqueño, lo midió, lo limpió, lo dibujó, lo fotografió. Si hubiera conocido esta ilustración...
¡Quién nos iba a decir a nosotros que hoy podríamos ver todos, gracias a un buen amigo, esos planos...!
Manuel Cabello habría estado encantado, se habría llevado el alegrón de su vida, porque estos planos unen dos de sus grandes pasiones: historia de Ubrique y personajes de Ubrique.
Planta y alzado del Columbario
Ubrique, Salto de la Mora
Ciudad romana de Ocurris
Ubrique, Salto de la Mora
Ciudad romana de Ocurris
Se trata de una ilustración realizada por el ubriqueño Miguel de Olivares Guerrero en 1801. Entonces se creía que el Columbario era un baño romano, en vez de un monumento funerario.
Era una ilustración destinada a la Real Academia de la Historia con los datos siguientes:
Título "Planta y alzado de unas termas romanas que se conservan en el término municipal de Ubrique".
Autor: Olivares, Miguel de
Fecha: 1801/03/12
Cronología: Romano
En la ilustración podemos leer lo siguiente ( lo escribimos en español actual):
Era una ilustración destinada a la Real Academia de la Historia con los datos siguientes:
Título "Planta y alzado de unas termas romanas que se conservan en el término municipal de Ubrique".
Autor: Olivares, Miguel de
Fecha: 1801/03/12
Cronología: Romano
En la ilustración podemos leer lo siguiente ( lo escribimos en español actual):
"Plano y elevación interior de un baño fabricado por los Romanos, según su construcción lo manifiesta, el que se halla con otras ruinas antiguas de la Sierra de Benafeliz, vulgo Benafi; a un cuarto de legua de la Villa de Ubrique, una de las quadras de la Serranía de Villaluenga, hoy del estado de Arcos, a cinco leguas de la ciudad de Ronda y otras cinco de la de Arcos de la Frontera."
Continúan las indicaciones explicando los supuestos lugares de los baños (alacenas, asientos...) y finaliza diciendo:
"El muro es en cantería hasta la imposta por dentro y por fuera según lo manifestado, la solería de argamasa y piedra menuda, y también el zócalo. La fachada está en mucha parte destruida, lo que queda es cantería. Éste es su estado hoy 12 de marzo de 1801."
Juan Vegazo había comprado la finca en la que estaba el Columbario a finales del siglo XVIII con el convencimiento de que podría encontrar una ciudad romana, como Pompeya, y suponemos que al comenzar las excavaciones y descubrir el Columbario dedujo que eran los baños de la ciudad.
Su "amigo y paisano" Miguel de Olivares (nacido en Ubrique el 12 de septiembre de 1748), haría el plano de este primer descubrimiento para enviarlo a la Real Academia de Historia.
Y aquí estamos nosotros para tener testimonio de ese trabajo y de ese conocimiento de nuestros dos ilustres ubriqueños.
Desde principios del siglo XIX no volvieron a hacerse excavaciones ni estudios en Ocurris, hasta que Manuel Cabello se empeñó en redescubrir este monumento del patrimonio ubriqueño y consiguió que se realizaran varias campañas de excavaciones arqueológicas a principios de los años setenta.
Estos planos de Miguel de Olivares nos permiten afirmar con rotundidad el valor que la ciudad romana de Ocurris ha tenido, desde siempre, para todos los ubriqueños, y queremos enviar nuestro más sincero agradecimiento a quienes nos han permitido mostralos a todos.
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