(pinchar sobre la imagen para ampliar)
Hemos encontrado un nuevo "tesoro", se trata de una fotografía general de Ubrique a mediados del siglo pasado (nuestra madre dice que será de 1934 o 1935), pero desde una perspectiva inimaginable, hasta ahora.
Nunca habíamos visto el "nuevo" cementerio de Ubrique de esta manera. La fotografía está tomada desde el actual mirador de Las Cumbres, y podemos ver que el pueblo está al otro lado del río y que Los Callejones no existen aún.
Decimos "nuevo" cementerio porque en Ubrique han existido varios: en principio el cementerio estaba en el actual casco antiguo, entre la Parroquia y la calle de Las Ánimas, porque la población residía fundamentalmente en la zona de La Torre. También había enterramientos dentro de la Ermita de San Juan de Letrán.
Más tarde lo pasaron a espaldas de la ermita del Jesús, sacándolo del centro de la cuidad, más o menos donde está la cancha. Ese cementerio estuvo allí hasta hace un par de siglos.
Por otra parte, los monjes del convento tenían otro cementerio junto al edificio, al lado de las huertas, pero ése era solamente para religiosos.
Finalmente construyeron el cementerio de San Bartolomé, el que hoy conocemos, en unos terrenos cedidos por el diputado Bartolomé Romero, y que fue inaugurado a finales de siglo. Don Pedro Bohórquez Piñero, que fuera Diputado en las Cortes de Cádiz, fue, según nos cuenta nuestra tía María de los Ángeles Janeiro Carrasco, uno de los primeros ubriqueños que se enterraron en el nuevo cementerio, aunque los restos de algunas personas que habían muerto con anterioridad fueron trasladados allí. Nuestra tía Isabel Álvarez nos cuenta que recuerda cómo su abuelo, Manuel Janeiro, trasladó los restos de su primera esposa, Isabel Rubiales, al nuevo cementerio.
Entonces la mayoría de los enterramientos eran en tierra, pues apenas había mausoleos y aún no había nichos. La familia Reguera hizo construir una ermita.
A nosotros de pequeños nos llamaba terriblemente la atención la separación para enterrar a los no católicos, o a los que no tenían derecho a estar enterrados en el cementerio (parece mentira que en épocas anteriores se les negara el derecho a ser enterrados con los demás a los actores, por ejemplo).
Nuestro padre contaba, como un chiste, que sobre la tumba de uno de sus parientes al que le gustaba mucho el mosto, muerto hacía mucho tiempo, había brotado una parra exuberante. Suponemos que ese chiste se haría de más de uno.
.
Nunca habíamos visto el "nuevo" cementerio de Ubrique de esta manera. La fotografía está tomada desde el actual mirador de Las Cumbres, y podemos ver que el pueblo está al otro lado del río y que Los Callejones no existen aún.
Decimos "nuevo" cementerio porque en Ubrique han existido varios: en principio el cementerio estaba en el actual casco antiguo, entre la Parroquia y la calle de Las Ánimas, porque la población residía fundamentalmente en la zona de La Torre. También había enterramientos dentro de la Ermita de San Juan de Letrán.
Más tarde lo pasaron a espaldas de la ermita del Jesús, sacándolo del centro de la cuidad, más o menos donde está la cancha. Ese cementerio estuvo allí hasta hace un par de siglos.
Por otra parte, los monjes del convento tenían otro cementerio junto al edificio, al lado de las huertas, pero ése era solamente para religiosos.
Finalmente construyeron el cementerio de San Bartolomé, el que hoy conocemos, en unos terrenos cedidos por el diputado Bartolomé Romero, y que fue inaugurado a finales de siglo. Don Pedro Bohórquez Piñero, que fuera Diputado en las Cortes de Cádiz, fue, según nos cuenta nuestra tía María de los Ángeles Janeiro Carrasco, uno de los primeros ubriqueños que se enterraron en el nuevo cementerio, aunque los restos de algunas personas que habían muerto con anterioridad fueron trasladados allí. Nuestra tía Isabel Álvarez nos cuenta que recuerda cómo su abuelo, Manuel Janeiro, trasladó los restos de su primera esposa, Isabel Rubiales, al nuevo cementerio.
Entonces la mayoría de los enterramientos eran en tierra, pues apenas había mausoleos y aún no había nichos. La familia Reguera hizo construir una ermita.
A nosotros de pequeños nos llamaba terriblemente la atención la separación para enterrar a los no católicos, o a los que no tenían derecho a estar enterrados en el cementerio (parece mentira que en épocas anteriores se les negara el derecho a ser enterrados con los demás a los actores, por ejemplo).
Nuestro padre contaba, como un chiste, que sobre la tumba de uno de sus parientes al que le gustaba mucho el mosto, muerto hacía mucho tiempo, había brotado una parra exuberante. Suponemos que ese chiste se haría de más de uno.
.
¡Buenísimo, Esperanza!
ResponderEliminarQue historia más mortal...jeje
ResponderEliminarPedro Bohórquez Piñero-Romero es el bisabuelo de mi abuela Rufina Ayala Pomar de Ubrique y Grazalema, estaba enterrado en un pateón grande que estaba en la esquina izquierda del cementerio, allí, todos mis antepasados Bohórquez están enterrados pero el panteón fue tirado hace unos años para ampliar el cementerio o algo así y ahora están juntos cn los Bohórquez Vecina enterrados tres nichos unidos que están al final del cementerio en lo más alto, al final de éste esta el de mi bisabuelo Francisco Lobatón Gómez, abajo a la izquierda
ResponderEliminar