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miércoles, 10 de marzo de 2010

Lo primero, las cañas

El Covento de Capuchinos
Uno de los pocos cañaverales que quedan dentro del pueblo
con la perspectiva de uno de nuestros
monumentos más emblemáticos.
Foto: Leandro Cabello




Por Esperanza Cabello


Bueno, ya estamos inscritos en el consurso de gañotes ¡Qué responsabilidad!

Los miembros del Club de Repostería Andalusí QARDALA están muy contentos de la gran acogida que para el público goloso ha tenido esta inscripción.

Leandro ha localizado ya las cañas, aunque la verdad es que tenemos un arma secreta guardada en la retaguardia: las cañas de abuela Natalia.
Sí, aunque no se lo crean ustedes, las cañas de los gañotes se heredan de generación en generación y, aunque cada año hay que hacer algunas nuevas, lo mejor es guardarlas de un año para otro impregnadas en aceite y liaditas en un papel de estraza dentro de una bolsa.

Así que el primer paso ya está listo, el segundo serán los limones, nosotros siempre recogemos algunos en la huerta de Pepe, que nos los regala cada año, o en el campo de Tita Inma, así nos aseguramos de que todos está en orden y son limones como tienen que ser, oliendo a limones.


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2 comentarios:

  1. ¿Ahora que tengo las cañas me dices que no hacen falta? Bueno, pues me encargaré de otra cosa.

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  2. ¡Que va! Nos van a hacer falta un montón de cañas; tú buscabas voluntarios para probar los gañotes y nos han salido un montón, así que tendremos que hacer dos o tres tareas de gañotes.
    (Es curioso que decimos una "tarea de gañotes" a los que salen en cada docena de huevo, será seguramente por asimilación al vocabulario de las petacas.)

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