San José del Valle, lugar de nacimiento de Manuel Castellano
Por Esperanza Cabello
Cuando recibimos la noticia de una muerte cercana nos invade una tristeza terrible. Nunca la muerte nos parece justa, nunca nos parece puntual, nunca nos parece adecuada, nunca nos parece normal...
Hoy ha muerto Manuel Castellano, y, a pesar de sus más de ochenta años, a pesar de sus males, a pesar de todo, esta noticia tan inesperada nos ha sobrecogido.
Manuel Castellano llegó a Ubrique con su mujer Ana Moreno y sus tres hijos hace casi cuarenta años. Venían de San José del Valle, pero muy pronto se integraron en nuestro pueblo y desde entonces han vivido como cualquier otro ubriqueño. A Manuel lo conocíamos por su trabajo en la gasolinera, pero apenas habíamos tenido la oportunidad de conocerlo mejor.
Ha sido en los últimos años cuando lo hemos ido conociendo a través de su hijo, nuestro amigo Benjamín. Con él hemos sabido de sus aventuras, de su vida siempre pendiente de los demás, de los tiempos difíciles durante la guerra, de los malos y buenos ratos durante el servicio.
Hemos aprendido cómo Manuel veía la vida, cómo supo apañárselas desde muy joven para que nada les faltara a los suyos.
Hemos sabido de sus ideas, tan claras y tan firmes; de su amor por su familia y su ternura con las nietas; lo hemos conocido como un hombre fuerte y tenaz, capaz de aguantar lo que le viniera encima...
Y ahora hemos conocido su valentía, su entereza y su gran amor por la vida.
Mañana por la mañana será la despedida en el cementerio de Ubrique, y después volverá a su San José del Valle, al pueblo que lo vio nacer.
Cuando mueren las grandes personas a las que amamos todo es tristeza y desolación, pero después, más tarde, damos gracias a la vida por haber tenido la suerte de disfrutar de ellas, de haber podido aprender de ellas, de haber estado a su lado. Después somos capaces de bendecir a la vida que nos permitió haber compartido tantos momentos, y nos damos cuenta de que nunca mueren del todo, siempre se quedan a nuestro lado, en nuestros corazones y en nuestras vidas. Estamos seguros de que Manuel siempre seguirá aquí y siempre cuidará de los suyos, feliz por haber sido tan querido.
¡Descanse en paz!
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Hasta hoy no hemos vuelto a tener fuerza para reiniciar el día a día y acabo de encontrarme con estas palabras que ¡TANTO TANTO! nos llenan....
ResponderEliminarMi padre era una persona de historias, de muuuchas historias y la mejor manera de agradecer este cariño creo que es contar una de ellas:
Al igual que vosotros a mi padre le encantaban los animales y más aún los perros...contaba que tenia un perro llamado "manolete" que era utilizado siempre por los niños para salir en los teatros del colegio pero que la particularidad mas original que tenia era que siempre acompañaba al féretro en todos los entierros que se realizaban en San José del Valle... a mi padre le gustaba verlo venir justo detrás del sepelio.
Ayer miré varias veces hacia atrás buscándolo o intentando sentir su presencia pero no lo vi.....creo que se adelantó para esperarlo y cruzar el cielo en busca de alguna aventura de esas que a él le gustaba.
No tenemos palabras de agradecimiento por el cariño que nos habéis mostrado. Nos quedamos con él muy cerca de nuestro corazón y siempre lo llevaremos......gracias
Un gran hombre. Mis condolencias a toda la familia. Un abrazo
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