Rafael Ramos Jaén
Autor de "Colapso"
El próximo día 30 de marzo tendrá lugar la presentación de la primera novela de Rafael Ramos Jaén. El propio autor nos explica de su puño y letra cómo ha sido su experiencia como escritor.
Peripecias de un escritor en la sierra.
La escritura es un acto de intimidad tras el cual, sin embargo, hay un deseo irrefrenable de exteriorizar el resultado, a la vez que un miedo, quizás pudor, ante una reacción no positiva de los que lo reciban. A eso hay que añadir que el hacerlo público, salvo que sea a la gente más cercana, depende de un tercero (editorial) al que la obra debe convencer para minimizar el riesgo mercantil de la publicación. Ello se convierte en un deambular en busca de ese tercero que apueste por la aventura de la publicación. Esto es, en resumen, la historia de una publicación, como es mi caso. En definitiva, hay un antes creativo e íntimo del que nace la obra y en el que el autor disfruta en soledad y un después azaroso y con tintes mercantiles en el que el autor es sujeto pasivo de otras fuerzas por él no controladas.
En mi caso, la novela la terminé en 2009 y desde entonces ha deambulado hasta caer en las manos de Ediciones Atlantis, editorial valiente que apuesta por autores noveles.
La novela surgió como consecuencia de dos fuerzas: mi afición por la escritura y mi deseo de compartir ciertas reflexiones, dejando constancia escrita de ellas. Tenía interés en hablar sobre los riesgos de una carrera incontrolada de los avances tecnológicos, sobre el papel envenenado que ha adquirido el sistema financiero y sobre la crisis del carácter social del ser humano. Quizás demasiada ambición. Y todo ello debía desarrollarse sobre una base humana, con personajes de carne y hueso. Al final creé una historia de relaciones humanas que casi absorbe el asunto del colapso financiero. Y es que, si bien comencé con una idea inicial general, los propios personajes cobraron vida y fueron creando poco a poco la historia.
Por terminar con algunas líneas de la novela, aquí quedan:
La escritura es un acto de intimidad tras el cual, sin embargo, hay un deseo irrefrenable de exteriorizar el resultado, a la vez que un miedo, quizás pudor, ante una reacción no positiva de los que lo reciban. A eso hay que añadir que el hacerlo público, salvo que sea a la gente más cercana, depende de un tercero (editorial) al que la obra debe convencer para minimizar el riesgo mercantil de la publicación. Ello se convierte en un deambular en busca de ese tercero que apueste por la aventura de la publicación. Esto es, en resumen, la historia de una publicación, como es mi caso. En definitiva, hay un antes creativo e íntimo del que nace la obra y en el que el autor disfruta en soledad y un después azaroso y con tintes mercantiles en el que el autor es sujeto pasivo de otras fuerzas por él no controladas.
En mi caso, la novela la terminé en 2009 y desde entonces ha deambulado hasta caer en las manos de Ediciones Atlantis, editorial valiente que apuesta por autores noveles.
La novela surgió como consecuencia de dos fuerzas: mi afición por la escritura y mi deseo de compartir ciertas reflexiones, dejando constancia escrita de ellas. Tenía interés en hablar sobre los riesgos de una carrera incontrolada de los avances tecnológicos, sobre el papel envenenado que ha adquirido el sistema financiero y sobre la crisis del carácter social del ser humano. Quizás demasiada ambición. Y todo ello debía desarrollarse sobre una base humana, con personajes de carne y hueso. Al final creé una historia de relaciones humanas que casi absorbe el asunto del colapso financiero. Y es que, si bien comencé con una idea inicial general, los propios personajes cobraron vida y fueron creando poco a poco la historia.
Por terminar con algunas líneas de la novela, aquí quedan:
Quizás no haya sido una pesadilla, porque el apagón ha aportado más saber que sufrimiento. Más bien ha sido un aviso a los malos gestores del planeta.
Nos ha recordado la cercanía de todas las vidas, la confluencia de todos los caminos y la importancia de todas las almas para la coherencia del conjunto. Hemos reaprendido que la bondad debe ser la base del progreso, que ni el pasado ni el futuro existen –ambos nacen del presente-, que no se puede comprender el mundo si no se comprenden las miradas...
Nos ha recordado la cercanía de todas las vidas, la confluencia de todos los caminos y la importancia de todas las almas para la coherencia del conjunto. Hemos reaprendido que la bondad debe ser la base del progreso, que ni el pasado ni el futuro existen –ambos nacen del presente-, que no se puede comprender el mundo si no se comprenden las miradas...
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