Convención Janeiro, 1992
Por Esperanza Cabello
Hemos recibido como un mazazo la noticia de la muerte de Manuel Janeiro Rincón, nuestro tío más genuino.
Hace muchos años que lo conocimos. Era uno de esos familiares que no teníamos muy localizados hasta que llegó la Convención Janeiro de 1992.
Nuestro padre estuvo poniéndose en contacto con todos los miembros de la familia y, al llegar a Manuel, éste se quedó asombrado, con la simpatía que despertaba en todos, al saber que no era el único Manuel Janeiro que existía. Dijo que él pensaba que era "El genuino" y desde ese momento lo hemos conocido con ese nombre, como nuestro tío Manuel Janeiro, el genuino. Entonces se implicó en todos los preparativos, y disfrutó como nadie de la familia, del apellido, del árbol genealógico, del escudo Janeiro...
Era uno de los primos a los que más aprecio tenía nuestro padre, y nosotros heredamos y compartimos ese aprecio desde entonces.
Desde esos días, y a pesar de que en la familia hay muchísimos "Manuel Janeiro", ha sido realmente genuino. Un hombre muy especial, alegre, afectuoso, cariñoso, generoso, trabajador, simpático...
No tenemos realmente palabras para describirlo, ni tenemos palabras para expresar la pena tan grande que nos causa su muerte aún siendo tan joven.
Aún sabiendo que estaba enfermo pensábamos que él podría con todo, pensábamos que iba a ganar esta partida, y no ha sido así.
Queremos expresar nuestras condolencias y nuestra pena a su familia, aunque seguro que siempre lo recordaremos con una sonrisa en los labios, trabajando en las petacas y con todo el cariño del mundo.
Escudo Janeiro que prepararon los primos
para la Convención de 1992
.
Descanse en Paz. Tenía un punto de generosidad, proximidad y buen carácter, que lo hacían ser agradable. Aunque hace tiempo que no tenía contacto con él siempre me pareció buenísima persona.
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