La Sierra de Ubrique desde la finca Infante Calderón
Fotografía: Manuel Cabello
Por Esperanza Cabello
Fotografías: Manuel Cabello
En las últimas semanas nuestro hermano Manolo ha trabajado mucho con las fuentes de nuestra sierra. Localizando, hablando con las personas que lo pueden orientar o con los dueños de las fincas, visitándolas, fotografiándolas y, sobre todo, entusiasmándose cada vez más con el estupendo trabajo que está haciendo.
Después hacemos el resto del trabajo "de oficina", pero el trabajo "de campo" lo realiza todo él.
Hace unos días nos contó la visita tan agradable que hizo a la finca Infante Calderón, más arriba de las Escuela en la carretera del Mojón de la Víbora.
Es posible que al hacer esta entrada le pisemos otra que él pueda tener en mente, pero con esta finca hemos aprendido que hay quienes son ejemplo del trabajo en el campo, que tienen cada piedra en su sitio, cada brizna de hierba donde debe estar y en las mejores condiciones posibles y cada gota de agua bien recogida y bien aprovechada.
La fuente Alta
Fotografía: Manuel Cabello
Por lo pronto lo más llamativo de la finca es el nombre: "Infante Calderón". Haciendo una búsqueda por internet hemos sabido que el primitivo solar de este apellido radicó en el valle de Ayala, ya que el
tronco y origen de la familia Calderón es el Infante D. Vela de Aragón,
hijo del Rey D. Sancho Ramírez de Aragón.
No sabemos si el tal Infante o sus descendientes estuvieron por nuestras tierras durante la Reconquista, o quizás alguien supo de sus hazañas y quiso bautizar esta finca con nombre de rancio abolengo, el caso es que ese es su nombre y los propietarios de la finca están contentos con él.
Es espectacular el cuidado de la hierba para el ganado.
La fuente alta y la fuente baja
El propietario de la finca, don Francisco Pérez Piñero (de 91 años de edad) hizo, a pulso, la mayoría de las obras de piedra que aún hoy podemos admirar, trabajó muchísimo para construir unos pozos de recogida de aguas en tres fuentes de la zona. Pero esa tarea la continúa, con el mismo esmero y la misma dedicación, el marido de su hija María Pérez Corrales, Mateo Pérez Atienza.
Siempre están atentos a que todo esté de la mejor manera posible: las lindes, los toriles, las parideras, cualquier construcción que haya en la finca.
La Fuente Baja
Fotografía: Manuel Cabello
Y con las fuentes no han hecho una excepción, toda el agua que surge en la zona es recogida con cuidado en tres preciosos pozos que siguen en perfecto estado. El más grande de ellos debe de medir más de cinco metros de diámetro, construido por Francisco con muros de piedra seca no hay ni una que esté fuera de sitio, no hay zarzas, no hay retamas, no hay ningún tipo de maleza...
El interior del pozo Grande: Impecable
Un poco más lejos de la casa hay otras dos fuentes. Francisco trabajó en los tollos y fue dándoles forma con sus propias manos, también construyó un abrevadero en cada uno, para poder dar de beber al ganado con comodidad: nada de bañeras, ni de somieres, ni de basuras varias. Fue recogiendo una a una las piedras de su propio campo para poder hacer todas las construcciones y, al mismo tiempo, ir dejando la hierba crecer libremente, así el ganado podría comer mejor.
Suponemos que antes habría muchas personas así, dedicadas meticulosamente al cuidado se sus campos, pero aún así es muy difícil conseguir que todo parezca tan exquisito.
El huerto de invierno, casi disimulado entre el pasto
Fotografía: Manuel Cabello
A la buena impresión que nos da la finca del Infante Calderón se suman los increíbles paisajes y las maravillosas vistas que se tienen desde todos los ángulos: la sierra de Ubrique, la sierra de Fátima, el Torero, la sierra de Benaocaz, Ubrique...
Y en esta época del año es realmente espectacular, mires hacia donde mires.
Desde la fuente alta se divisa Fátima entre nubes
Hay una fuente más, la que está junto a la casa, la fuente del Infante Calderón, pero está completamente tapada por seguridad, se encuentra en zona de paso del ganado y alguna vez había caído en ella una vaca, así que decidieron cerrarla y ponerle un registro, el rebosadero va directamente a la huerta.
Además, para las épocas de mucha sequía, también construyeron un aljibe en el terreno. A eso se le llama estar realmente pendiente y preocuparse por el uso inteligente del agua.
El Garciago desde la Fuente Alta
Fotografía: Manuel Cabello
Nos ha sorprendido muy gratamente la Finca del Infante Calderón, sus habitantes y el estupendo trabajo que realizan, así qu esi algún día tuviéramos que poner algún ejemplo de buenas prácticas con respecto al buen uso del agua (y a algunas cosas más), seguramente recordaremos a Francisco a Mateo y a María y la Finca del Infante Calderón.
Y a nuestro hermano Manolo queremos agradecerle en primer lugar el esfuerzo que está haciendo con el catálogo de las fuentes, con lo que eso significa de buscar, hablar con unos y con otros, adaptarse a los dueños de las fincas, localizar, fotografiar y seguir con la búsqueda, y en segundo lugar que nos descubra constantemente maravillas y pequeños paraísos de nuestro entorno.
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Con razón estamos tan sanos en mi familia, si llevamos comiendo los huevos de sus gallinas desde que me conozco.
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