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jueves, 27 de junio de 2013

Ocurris, por supuesto con dos erres

Antonio Rodríguez Agüera: "Ocurris" Óleo sobre tela, años setenta


Por Esperanza Cabello

Tan magistralmente plasmaba uno de nuestros pintores más carismáticos, Antonio Rodríguez Agüera, la imagen de nuestro pueblo en los años setenta: Pintaba a Ubrique y su entorno y lo titulaba "Ocurris", por supuesto, con dos erres.
Ayer reencontramos en la red un blog, ya abandonado, que un ubriqueño empezó hace tres o cuatro años y que se llama "Ocurris de Ubrique" (pinchar aquí para verlo). Solo tiene tres o cuatro entradas, pero una de ellas, la primera, nos ha llamado mucho la atención y, sin haber recibido aún el permiso del autor (le hemos dejado un comentario, pero no ha respondido todavía), hemos copiado su título para nuestra entrada de hoy: "Ocurris, por supuesto con dos erres".
Precisamente esta mañana nuestro compañero Antonio se preguntaba por qué habían querido cambiar el nombre de Ocurris quitándole una de las erres, a lo que rápidamente respondió su tocayo, Antonio Domínguez (estudioso de nuestra historia y el mejor especialista de la zona en la historia de El Bosque), que como buen descendiente de íberos, la tendencia natural era pronunciar las dos erres, y que Hübner (el epigrafista que comenzó a escribir Ocurris) era buen conocedor del mundo íbero y del mundo tartésico y lógicamente había escrito el nombre con dos erres, sabiendo que esa erre vibrante era propia de las palabras íberas, como carro o perro.
También Rafael nos dio su opinión y aseguró que no puede existir ninguna persona con autoridad y conocimiento suficiente que le permita asegurar cuál era el nombre de nuestra ciudad romana. Los autores pueden argumentar y decantarse por una u otra teoría, pero es imposible tener la certeza de ese nombre o de cómo podría pronunciarse hace dos mil años.
Para nosotros se trata de una polémica ya muy trillada, pero en honor a este compañero y por si aún le queda a alguien alguna duda, intentaremos, con pocas palabras, explicar qué pasa con este tema.



Lápidas romanas halladas en Ocurris a finales del siglo XVIII
Fotografía del Catálogo General de España. Romero de Torres


Esta historia comenzó a finales del siglo XVIII, cuando el ubriqueño Vegazo compró una finca en el lugar conocido como "El Salto de la Mora". Él sabía que en aquella finca se encontraba un yacimiento romano y empezó unas excavaciones convencido de que encontraría una gran ciudad y muchos tesoros.
Entre los tesoros que fueron apareciendo hay que destacar dos lápidas en las que se podían leer entre otras,  las palabras "ocuritanor" y "ocuritanorum".
A parecer el primero en publicar las inscripciones fue Juan  Francisco Masdeu, en 1800. Más tarde el epigrafista alemán Emil Hübner, un eminente especialista en epigrafía romana, transcribió el nombre de nuestra ciudad romana Ocurris, manteniendo las dos erres en todos los casos, seguramente por ser buen conocedor de la fonología íbera y saber que el uso de las dos erres era el logico. Hübner  conocía las lápidas y las había estudiado de cerca.
Desde entonces, hace casi dos siglos, nuestra ciudad romana se ha conocido, tanto en el mundo científico y entre los eruditos como en el pueblo llano, como Ocurris, manteniéndose este nombre no solo en el yacimiento, sino en numerosos referentes de nuestro pueblo (tiendas, asociaciones, la coral, el hotel, hasta las escuelas-taller...).
Los ubriqueños pudimos sentirnos especialmente orgullosos de Ocurris cuando en los años setenta todas las miradas de los arqueólogos e historiadores del país se volvieron hacia nuestro yacimiento, y, a pesar de que todos los eruditos conocían las lápidas (al menos por referencias, porque una de ellas ha desaparecido) y sabían que constaba en ellas "ocuritanor" y "ocuritanorum". A ninguno se le ocurrió entonces pretender corregir en Ubrique el nombre del yacimento que se conocía así desde siempre, dando por supuesto que los topónimos locales establecidos son propiedad del pueblo.
En los años noventa se hicieron unas nuevas excavaciones y entonces empieza el problema: se les ocurre decir que los ubriqueños cometemos el "funesto error" (funesto significa "que es origen de pesares o de ruina") de decir y escribir  nuestro topónimo con una erre de más a causa de nuestra ignorancia y pretenden corregir nuestra forma de decir y escribir el nombre de Ocurris.
También en los años noventa se encontró una moneda, quizás acuñada aquí, en la que podemos leer "oqur" ¿Porqué entonces no se les ocurrió que nuestra ciudad podría haberse llamado "Ocur"
Es otra opinión, tan válido hubiera sido decir Ocur como Ocuri como Ocurris, pero se da la circunstancia de que Ocurris es el nombre que hemos utilizado desde hace dos siglos.



Moneda romana en la que se puede leer "oqur"
gentileza de José María Gavira



Si algún "especialista" en el tema quiere corregir a los autores últimos doscientos años que esgrima sus argumentos en los lugares pertinentes.
Porque para nosotros  ya no es la época aquella en la que algunos pretendían que los andaluces nos avergonzáramos por nuestra forma de hablar. Ya sabemos que cada pueblo, cada hablante, es dueño y señor de su habla, de su léxico, de sus giros, de sus topónimos.
Los ubriqueños no somos ignorantes. Quizás, en un momento dado, no tengamos noticia de algo, pero hay miles de ubriqueños y ubriqueñas muy sabios y muy cultos y no necesitamos que nadie  venga a cometer el error (ahora si, funesto) de decirnos cómo tenemos que hablar ni cómo tenemos que escribir nuestros topónimos.
Y si en los últimos doscientos trece años (lustro más o menos) hemos dicho y escrito Ocurris, con dos erres, Ocurris seguirá siendo, por supuesto, con dos erres, por mucho que alguien pretenda tacharnos de ignorantes por mantener, con mucho orgullo, esta palabra, tan nuestra como la chiburralea, como los periquines, como los bolindres, como los gañotes.
Así que... Ocurris de Ubrique, por supuesto con dos erres.



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1 comentario:

  1. ¡Jo, hermana! Me he quedao de una pieza con el razonamiento de las dos erres de Ocurris. ¡Y yo que en Ubrique en verde cada vez que empleo la palabra Ocurrris la escribo con tres erres porque pensé que a alguien que a lo mejor tiene dos erres en su apellido, había perdido una y como no están los tiempos para tirar nada, me la agencié por lástima! Genial. Un beso, preciosa y docta hermana.

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