José María Cabello y Joaquina Sánchez de Medina Cabello el día de su primera comunión
Día de San Francisco de Asís, cuatro de octubre de 1939
Por Esperanza Cabello
Hoy hemos sabido una nueva y entrañable historia familiar. Nuestro tío Pepe Cabello nos ha llamado para felicitar a los Franciscos de la familia, porque, como hemos dicho en otras ocasiones, Francisco es uno de los nombres más queridos entre nosotros. Nuestro tatarabuelo se llamaba Francisco Cabello España, nuestro bisabuelo Francisco Cabello Medina, nuestro abuelo Francisco Cabello Orellana, el hermano de nuestro padre Francisco Cabello Janeiro, nuestro hermano Francisco Cabello Izquierdo y nuestro sobrino Francisco Cabello Oliva.
Nos ha contado entonces algo que nos ha llamado tremendamente la atención y nos ha encantado.
Corría el año de 1939, la familia entonces estaba muy unida, y una de las hijas de nuestra bisabuela Joaquina, Guadalupe, se había ido unos años antes a vivir a Jimena con su marido, lugar en el que habían asentado su familia.
Cada año, a finales del verano, Guadalupe se venía con su madre una temporada, y se quedaba con sus hijos a vivir en la casa familiar en la calle Botica. Pasaban aquí la época de la Virgen, después la feria, y se quedaban siempre al menos hasta San Francisco, día muy recordado en la familia porque era la onomástica del padre, muerto en Argentina.
Como era un día muy señalado, en el año 39 las dos cuñadas, Julia y Guadalupe, se pusieron de acuerdo: ese año harían los niños la comunión juntos, precisamente el día de San Francisco.
Guadalupe Cabello Orellana y sus dos hijas: Remedios y Joaquina
Fotografía de Lupe Quirós Sánchez de Medina
Así que, aunque las dos primas de Jimena (Remedios y Joaquina) eran un poco mayores que él, los tres primos hicieron la Primera comunión juntos, tal día como hoy, el cuatro de octubre de mil novecientos treinta y nueve, hace setenta y cuatro años.
Era un día lluvioso, de los realmente lluviosos de la sierra. Nuetro tío recuerda que llovía como si nunca hubiera llovido, pero, a pesar del agua, hicieron la comunión, y la celebraron en familia, como siempre. Las cuñadas y la abuela prepararon sus dulces (seguimos siendo todos muy golosos), y celebraron la comunión de los niños.
Después, como cada año, la familia de Jimena volvió a su pueblo, por aquellas carreteras de entonces que, según nuestro tío, solo tenían de carreteras el nombre, porque era más bien ir entre peñascos, y recorrer la distancia entre Jimena y Ubrique era "toda una expedición".
(Una vez intentó nuestro padre llegar a ver a su prima Joaquina en bicicleta, y lo consiguió, pero casi a costa de la bicicleta.)
Nos ha encantado la historia, recordar y saber que la familia siempre fue tan cercana, y también estamso muy contentos de haber recuperado el contacto con nuestra prima Lupe, una artista, hija de Joaquina y nieta de Guadalupe, después de tantos años.
¡Nos veremos en Jimena en el mercadillo de otoño, prima!
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