Carta enviada en diciembre de 1936
Actividad comercial durante la guerra
Por Esperanza Cabello
De vez en cuando encontramos pequeños detalles que, a pesar de ser insignificantes, están llenos de historia. Este sobre, enviado por la fábrica de Juan Venegas a una empresa sevillana, nos ha hecho pensar en aquellos difíciles días de la Guerra Civil.
En Ubrique la actividad marroquinera se mantuvo durante toda la guerra. Entonces existían aún curtidurías (como la de nuestro tío Ángel Janeiro) que fueron finalmente militarizadas para poder suministrar objetos de cuero al ejército.
Pero también se mantuvieron las fábricas y las botinerías. Nuestro abuelo Leandro había dejado su empresa a pleno rendimiento, y como pasó toda la guerra encarcelado (un paisano lo denunció) fue su padre, nuestro bisabuelo Francisco Izquierdo, quien se ocupó de la empresa.
También nuestro abuelo Paco mantuvo su fábrica todo el tiempo, trabajando y fabricando carteras, petacas y estuches sin cesar.
En aquella época de falta de materias primas hay una anécdota familiar que siempre nso han contado: después de la quema del convento, llovió, por lo qu eno todos los libros se quemaron. Un hombre (cuyo nombre no recuerdo) recogió los que no estaban quemados del todo y los recogió en un carrillo de mano a ver si los vendía. Nuestro abuelo compró el montón de libros mojados y medio quemados provenientes del convento, para relleno de las piezas. Como nuestra abuela era una mujer muy piadosa se horrorizó de pensar que aquellos libros fueran utilizados para rellenar monederos y, a pesar de su terrible estado, los guardó en un baúl en el soberado, junto a las palomas.
Y la elaboración de artículos de piel continuó durante aquellos tiempos tan difíciles. En este artículo de Manuel Zaldívar, publicado en Mediodía (pinchar aquí) podemos ver el listado de fabricantes de Ubrique entre 1924 y 1935.
En él no vemos la fábrica de Juan Venegas Bazán, la protagonista de esta entrada. Su marca era "Búfalo". Esta fábrica estuvo funcionando durante toda la época de la guerra y se ha mantenido muchos años.
En los años sesenta la firma pertenecía a varios socios: Venegas, Villanueva y Carrasco.
Nos llama la atención que los sellos son republicanos. Hacía ya varios meses de la toma de Ubrique (que tuvo lugar el 27 de julio) y debía de ser una época terrible, revuelta y muy difícil para vivir.
Quede pues el testimonio de este sobre para hablarnos de los trabajadores de nuestro pueblo incluso en esta época convulsa.
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