Memorias de la Real Academia de la Historia
Imprenta de Sancha, Madrid, 1805
Por Esperanza
Cabello
Siempre es un lujo, un placer y un orgullo poder leer el nombre de nuestro pueblo en letras grandes a lo largo de la historia.
Después del atentado vandálico que ha sufrido nuestro yacimiento romano de Ocurris, que nos ha hecho sentirnos más vulnerables y más impotentes que nunca, hemos querido comprobar personalmente la importancia histórica de esta ciudad, y nos hemos acercado a la Real Academia de la Historia y sus primeros pasos en este país, entre 1796 y 1802.
Hemos localizado el tomo IV de las Memorias de tan ilustre institución en la biblioteca virtual de la universidad de Boston, y además hemos conseguido el enlace de google para conseguir el libro completo en este enlace podemos descargarlo.
Hemos transcrito las páginas en las que se hace referencia a Ubrique (sin añadir las anotaciones, que pueden encontrar en el original) manteniendo la ortografía de la época:
El mismo
Ministerio de Estado por real orden de 22 de Junio del propio año honró á la
Academia con otro encargo de más grave trascendencia al lustre de las letras, y
al crédito nacional. Siendo tan general la negligencia con que se miran los
hallazgos de monumentos y fragmentos de la antigüedad, que frecuentemente se
descubren en las varias excavaciones que con diversos objetos se practican en
las provincias ; el abuso que se hace de ellos por la codicia; el abandono con
que se trata de su custodia y conservación por desidia ó ignorancia; resolvió
S. M. para remediar esta incuria y abandono encargar á la Academia meditase con
este objeto un medio á propósito para la recolección, y conservación de tantos
restos de antigüedad como encierra el suelo de estos reynos.
Convencida la Academia de la importancia de
este encargo, y de la utilidad del pensamiento, que ya en otro tiempo había
meditado proponer á S. M. como objeto propio de su instituto, extendió un
Informe reduciéndole á un plan general, en que se dividen estos monumentos en
las varias clases que les corresponden, y baxo de las cuales son conocidos por
los anticuarios, para regla é instrucción de los que velen sobre su des-
cubrimiento : y para su inspección , y más efectivo éxito propuso la Academia
que se sirviese S. M. autorizarla con la inspección general de las antigüedades
; y así se dignó determinarlo por su real resolución de 30 de Enero de 1802, autorizándola
para que vigile y dirija el cumplimiento de su plan:
Á cuyo fin
se mandó al Consejo que pasase una circular á las provincias para que los
referidos xefes y magistrados den aviso á la Academia de todos los hallazgos de
esta naturaleza que lleguen á su noticia, prestando todos los auxilios
necesarios para la conservación de ellos, según las disposiciones que juzgue el
cuerpo conducentes á su reconocimiento y custodia.
Con este
objeto hizo presente el Consejo á S. M. que convendría que la Academia formase
una Instrucción del modo y forma como se habían de recoger estas antigüedades,
y del uso que se había de hacer de ellas
, para que remitida á las provincias pudiesen sus magistrados desempeñar el
encargo, que se les hacía, con discernimiento y sin confusión; y comunicada
orden para ello á la Academia por mano del señor Ministro de Estado, remitió
esta á S. M. con fecha de 29 de Mayo del presente año la indicada Instrucción,
que fue aprobada por la superioridad de la Academia.
Aún antes
de haberse dispuesto y comunicado esta, y por consiguiente de que en los
pueblos se tuviese noticia de los deseos de la Academia, se empezaron estos á
cumplir: pues sin contar con los muchos artículos recogidos por el señor Cornide,
no solo en su viaje de Portugal, sino en los que por su inclinación y gusto
hizo por varias provincias de España, otros varios sujetos contribuyeron
generosamente á enriquecer nuestra colección litológica y antiquaria. Tales
fueron Don Andrés Palacio, vecino de Córdoba, que en Septiembre del mismo año
dio noticia del hallazgo de varias antigüedades y monedas en una nueva
excavación, hecha en terreno de la villa de Ubrique, remitiendo copia de una
Inscripción romana que se lee en un pedestal, y por la que se descubre la
existencia de un pueblo llamado Ocurritano, que dedica una estatua al Emperador
Commodo, y cuyo contenido es el siguiente :
IMP. CAESARI
M. AURELIO. COM
MODO. ANTONINO
AUG. PIÓ. FEL. GER
SARM. PON. MAX.
TRIB. P. IIII. IMP. X.
COS. V. PP. RESP
OCVRRITANORVM
DECRETO. DECVRI
ONVM. D. D.
(Nota
1: Aunque ha creído la Academia que debía publicar esta Inscripción, remitida
por el señor Palacio, sin alterar en nada su letra, todavía juzgó necesario
advertir al público de las equivocaciones que contiene, con el ánimo de excitar
á los aficionados á este género de letras á que la reconozcan con la posible exactitud,
y por este medio se fixe la verdadera escritura de monumento tan apreciable.
La
Academia observa que el Emperador Commodo comenzó á contar la potestad
tribunicia desde el año 928 de Roma, 175 de Cristo, aún antes de ser Emperador;
ora fuese desde el 27 de Febrero, como sospechó Noris por haber tomado aquella
potestad en este día el padre y abuelo de Commodo; ora fuese desde el 7 de
Marzo, como presume el anotador de Dion, por ser este día el del cumpleaños de
su padre; ora desde el mes de Agosto , como afirma el Conde Mediobarba en las medallas de Commodo. Porque de qualquier
modo que se comience esta cuenta, siempre se verifica que principió en 928: en
el cual Marco Aurelio el filósofo asoció á su hijo en la potestad tribunicia
antes de ir á la guerra contra los marcomannos y otros bárbaros, y del 27 de
Noviembre de aquel año en que Commodo fue saludado Emperador, como refiere Lampridio.
Así pues es evidente que la quarta vez de la potestad tribunicia de Commodo
coincidió con los años de Roma 932 y 933, de Cristo 179 y 180: por consiguiente
no pudo concurrir con su consulado V, según se lee en la Inscripción, porque no
le obtuvo hasta el año 939 de Roma, 186 de Cristo, como consta de los fastos consulares.
En cuyo año ya contaba aquel Emperador por undécima vez la potestad tribunicia,
como lo muestran las medallas de aquel año ; en las quales se ven reunidas las
dos notas cronológicas de tribunicia potestad XI cónsul V. Más clara es aun la equivocación
de haber señalado con la nota de decima vez el título de Emperador ; porque
Commodo no le contó más que ocho veces , á saber, en el significado especial
que tenia aquel título antes de haberse perpetuado en los Emperadores , y
sirvió después para denotar el número de victorias: y la tribunicia potestad por
la quarta vez en Commodo, que señala la Inscripción , y la quinta, sexta , y aún
parte de la séptima concurrieron con el dictado de Emperador quarta vez como
consta por las medallas.
Deseosa la Academia de concurrir por su
parte á que se examine con la posible diligencia la Inscripción de esta piedra
por lo que en ello interesan la geografía y la historia, tuvo por conveniente
comunicar al público las demás observaciones que tiene hechas acerca de ella.
I. Que allí se dan á Commodo los
dictados, ó sean cognombres de Sarmático y de Germánico , por habérsele dado á
su padre. Por consiguiente es posterior la Inscripción á los años 925 y 929 de
Roma , 172 y 176 de Cristo : pues en el primero de estos años, ó en el consulado
de Máximo y Orfito, como dice Lampridio, fue Commodo apellidado Germánico; y en
el segundo , siendo cónsules segunda vez Pollion y Apro , fue saludado Emperador
con su padre , con quien triunfó de los germanos y sármatas (10), y, como él,
tomó también el dictado de Sarmítico , con el qual suena desde entonces en las
medallas.
II. Que también se le llama Pio y Feliz,
títulos que sucesivamente tomó Commodo: á saber, el primero en el año de 934,
desde el qual comienza á leerse en las medallas; y el segundo después de haber
muerto á Perenne, Prefecto del pretorio, en 935.
III. Que no se menciona el dictado de
Británnico: del qual, vencida esta nación por Ulpio Marcelo, comenzó a usar
aquel Emperador en el año 937 de Roma, 187 de Cristo.
Por donde podría conjeturarse que esta
Inscripción pertenece al año o 936 de Roma, 183 de Cristo. En cuya suposición
la nota de la tribunicia potestad podría ser VIII ó VIIII, y al copiarla
haberse omitido la V por no estar bien conservada: la de Emperador sería VI y
la del Consulado IV, siendo fácil que en la copia de aquella se confundiese la
nota VI con una X, y que en la de esta se omitiese la primera unidad, de donde
resultó la letra de Consul V.
Pero estas conjeturas solamente pueden
servir para excitar la diligencia en busca de la verdad, á la qual todas deben
ceder).
XIV
El mismo en otra carta da una razón circunstanciada de
las investigaciones que había hecho después sobre el reciente descubrimiento de
este pueblo y de sus resultados , acompañando copia de otras dos Inscripciones
romanas : todo lo qual mereció la atención y el aprecio del cuerpo , no menos
que el dibuxo del anverso y reverso de una medalla rara de Obulco, que,
acompañada de un Discurso crítico sobre su verdadera interpretación ,presentó
al examen de la Academia , movido de igual zelo por la conservación de nuestras
antigüedades.
Contribuyó mucho la diligencia del señor Clemencín á ilustrar
esta noticia con las que le comunicaron de Ubrique y sus inmediaciones ; y por
ellas resulta que á un quarto de legua al norte de aquella villa , en la cumbre
de una sierra llamada de Benafí, se han descubierto las ruinas de unas fuertes
murallas que rodean un espacio como de unas quince fanegas de tierra : que
dentro de él se hallan trozos de columnas, pedestales ,fragmentos de
inscripciones, ladrillos y tejas de tamaño extraordinario y de rara hechura, algibes
o cisternas , y vestigios de edificios en sus contornos , los de un acueducto,
y como á 150 pasos de la cumbre en la falda occidental un edificio bastante
bien conservado , parte de cantería, y parte de hormigón, del qual presento la
planta y alzado dibuxada geométricamente. A este edificio, que la Academia juzga
pudo haber servido de baño, se deben agregar dos estatuas mutiladas: la una
cubierta de una piel de león, que por esta circunstancia, y por hallarse
inmediata al pedestal en que se halla la Inscripción de Commodo, hace juicio
pudo haber sido de este Emperador ; y otra de muger, asimismo sin cabeza , y
cuyo Cuerpo y pechos se hallan rodeados de serpientes.
No solo el señor Clemencin presentó una copia de la dicha
Inscripción, muy semejante, á la que había remitido Don Andrés Palacio, sino
otra dedicada al Emperador Antonino en el año V de su potestad tribunicia, que
es como se sigue :
IMP. CAESARI.
DI
VI. HADRIANI. F.
JDIVI. TRA
IANI. PART.
NEPOTI. DIVI
NERVAE. PRONEPOTI
PIO. f i) H
ADRIANO. ANTONI
NO. AVG. PIÓ. PONTIFICI MAX
TR. POTEST. V. COS. III. PP.
: : : : PVB. OCVRRITANOR.
: : : : CRETO. DECVRION VM
D. D.
Por una y otra se descubre la existencia en las
inmediaciones de Ubrique de una población llamada Ocurris, de la qual ni los
geógrafos, ni los historiadores antiguos nos dan la menor noticia, aunque de su
opulencia son buenos testigos sus ruinas, y más de 400 monedas desenterradas en
ellas , de que han llegado 16 á poder del señor Clemencín, en que se cuentan 13
desde Augusto hasta Constantino, y tres españolas, la una dudosa, la otra de
Carisa, y la otra de Carteya, rarísima según el P. Florez.
El señor D. Domingo Traggia, Marqués del Palacio, que
se hallaba presente al dar cuenta de estos descubrimientos, no solo los ha
confirmado asegurando haber visto y reconocido dichas ruinas con motivo de
haber atravesado aquellos montes con su regimiento de Húsares, sino que ha
aumentado circunstancias que hacen recomendable este hallazgo, y muy digno de
que se continuasen las excavaciones en el cerro, y en las faldas de las sierras de Benafí.
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