Retrato de Catalina Gil Cordón, gentileza de María y Esperanza Rodríguez
Por Esperanza Cabello
Cada vez que nos encontramos con Francisco Rodríguez y Paca Jiménez (una pareja encantadora), los padres de nuestras amigas Mari y Esperanza, charlamos un poquito con Paca, que nos cuenta muy satisfecha una historia muy curiosa: su madre, Catalina Gil, abuela de nuestras amigas, fue la encargada de planchar el traje de novia de nuestra madre, en septiembre de 1956.
Manuel Cabello y Esperanza Izquierdo en la foto oficial de la boda (1956)
Ya hemos comentado en algunas ocasiones (en este enlace) que aquella boda fue todo un acontecimiento en el Ubrique de hace casi sesenta años: era una boda doble, se celebraba por la tarde y con todos los fastos y los lujos que se pudieran pensar en el momento.
Los trajes de las novias no eran menos: tanto el de nuestra tía Carmen como el de nuestra madre (los dos iguales) eran muy especiales, fabricados con tejidos expresamente seleccionados, elegantes, con un corte y un diseño muy originales, y, además, muy delicados.
Imaginamos que la tarea de planchar aquellos trajes, con las planchas de hierro calentadas en cocinas de carbón, no sería fácil en absoluto, y siempre nos ha hecho mucha ilusión cuando Paca nos ha contado cómo su madre, Catalina Gil, había sido la encargada de esa difícil tarea.
Bordados de Catalina Gil: manos primorosas de una costurera ubriqueña
Pero hemos sabido, además, que Catalina tenía manos de ángel para la costura. Su nieta Mari nos ha traído un mantel bordado hace casi cien años y nos ha encantado el colorido, el diseño, la perfección de las puntadas y la elegancia del conjunto.
Ocas y pájaros primorosamente bordados a mano
Claro que este mantelito es solo una muestra del buen hacer de Catalina Gil. Como para muchas de nuestras abuelas, la costura era para Catalina una tarea de excelencia, tanto para confeccionar la ropa necesaria con puntadas milimétricas como para dibujar en paños, colchas y cojines todo tipo de elementos decorativos.
Esperanza y María Rodríguez Jiménez
Nietas de Catalina Gil
Agradecemos a Paca que nos haya contado esta historia tan entrañable que une a su madre y a la nuestra, y también a nuestras amigas Mari y Esperanza que nos hayan facilitado, con la amabilidad que las caracteriza, las fotografías y la historia de su abuela Catalina.
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