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viernes, 5 de septiembre de 2014

Las petacas de Lupe

Una magnífica petaca de José Vallejo
Enviada por Lupe Quirós Sánchez de Medina



Por Esperanza Cabello


Nuestra prima Lupe nos ha enviado las fotografías de unas preciosas petacas, propiedad de su familia. Su abuela, Guadalupe Cabello, hermana de nuestro abuelo Paco, fue una de las "argentinitas", de la familia que llegó desde Argentina, y nuestra bisabuela Joaquina fue una de las primeras mujeres que, junto a sus hijos y con la "plata" que había traido desde Sunchales, comenzó una fábrica de artículos de piel a principios del siglo pasado.



 Sello de José Vallejo
Ubrique Cádiz



Las petacas son de tres fábricas diferentes. La primera de José Vallejo Padilla, uno de los fabricantes registrados a principios de siglo.
En un interesante artículo del historiador Antonio Morales publicado en la página del Museo de la Piel podemos leer lo siguiente:


"En 1912 aparecen registradas 11 fábricas de petacas, en tanto que se mantiene estable el número de tenerarios. Estas industrias marroquineras correspondían a José Vallejo Padilla, Juan María Roldán, Dorotero Rivero Vegazo, José Aragón Gómez, Juan Luque Ordóñez, Lorenzo Chacón Virués, Federico Venegas Toro, Francisco Canto Montero, José Canto Montero, Joaquín Piña y Hermanos y José Jiménez López"


Petaca repujada de principios de siglo

Les recomendamos encarecidamente la lectura de ese artículo, ya que contiene una información muy interesante sobre los comienzos de la marroquinería en Ubrique.
La segunda petaca es repujada, y no tiene sello ni marca de fabricante alguna. Representa una escena de caza, y la costura es muy peculiar, con hilo de dos colores.
Hemos estado buscando información sobre la "costura al plus", pero no hemos encontrado ninguna referencia, quizás en un diccionario de la marroquinería... si existiera.
Nos encantaría que alguien retomara el testigo de aquella idea de nuestro padre. Él quería escribir un diccionario enciclopédico sobre la marroquinería.




Y realmente era la persona idónea, porque había nacido en una petaquería, su padre era fabricante cuando él nació, y, después de sus fallidos intentos de ser médico (estudió un par de años en la facultad de Medicina de Cádiz), se convirtió en petaquero de banquillo un tiempo hasta que se hizo cargo de la empresa de su padre a principios de los sesenta.
Esa experiencia le proporcionó los conocimientos necesarios del léxico utilizado en todo el proceso de fabricación de los artículos de piel, y ese dominio, unido a su pasión por los libros, eran los requisitos necesarios para escribir el diccionario enciclopédico.
Pero este proyecto, como tantos otros, se quedó en uno de los primeros bocetos, así que sería muy interesante que alguien retomara la idea.



Petaca de Francisco Cabello. Ubrique

Y la tercera petaca, para nosotros la más entrañable, es una preciosa petaca con el sello de Francisco Cabello, nuestro abuelo. Y fue seguramente un regalo que le hizo a su cuñado, el abuelo de Lupe.
Nosotros tenemos varias piezas de la fábrica de nuestro abuelo Paco, casi todas de los años cincuenta, o sea, de los últimos tiempos de su época de fabricante.
Nuestro abuelo ya estaba registrado como fabricante en 1924 (en este enlace), 
y mantuvo su negocio durante varias décadas, consiguiendo premios como la Medalla de Oro al Mérito en 1954.
 


Sello de Francisco Cabello. Ubrique


Nuestra tía Isabel nos ha contado muchas veces cuando ella trabajaba en la fábrica de nuestro abuelo, y recientemente nuestro amigo Salvador Romero también nos ha contado algunas anécdotas de cuando él era un chavalillo y se acercaba a la fábrica.


La petaca de Francisco Cabello

Realmente es un bonito tesoro el que nos ha enviado Lupe. Es un lujo poder conservar esas obras de arte salidas de las manos de los artesanos ubriqueños, más cuando todas las petacas están llenas de recuerdos y de vivencias.
Seguro que en todas las casas de Ubrique hay guardadas petacas y carteras de nuestros padres y abuelos, que muchos conservamos con orgullo, no solo por quiénes fueron sus propietarios, sino por todos aquellos que participaron en su creación.
Muchas gracias, Lupe, tus colaboraciones son siempre muy bienvenidas.


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