Puchero de barro con mucha solera
perteneció a Juana Saborido Izquierdo
Por Esperanza Cabello
Hoy nos han regalado un precioso puchero de barro, y antes de colocarlo en un lugar de honor en nuestra cocina, junto al puchero de nuestra tía Juana Saborido, hemos decidido hacerle unas fotos para explicar algo que para muchos de nosotros es muy obvio, aunque para los más jóvenes va a ser una revelación.
La palabra puchero se refiere al cacharro de barro en el que se ponía a cocer la comida. Por las mañanas, muy temprano, las amas de casa encendían el fuego y ponían el puchero a hervir. Los pucheros tienen el culo redondeado, para encajar bien en la "estrebe" (estrébede) y que no se volcara el contenido.
Poco a poco el nombre del recipiente se le fue dando al contenido, y así en el puchero de barro se cocinaba el puchero (con caldo).
Cuando hemos ido llegando a los tiempos modernos, a esta misma comida la hemos llamado "la olla".
Lo más gracioso es que esta misma comida se llama también cocido, o sea, que no solo el continente pasó a dar nombre al contenido, sino que la acción "cocer" dio nombre a la comida "el cocido".
Y eso no es todo, nosotros hemos conocido a muchas personas que llaman a esta comida hecha fundamentalmente con verduras, carne tocino y garbanzos "la comida".
Nuestra querida Leonor Bastida, gran cocinera y fiel compañera de nuestra abuela Natalia durante toda su vida, era una mujer acostumbrada a los buenos guisos. Unos días decía "voy a preparar pollo", otros "voy a hacer un potaje", otros "voy a guisar arroz", pero una vez a la semana decía "hoy voy a hacer la comida", refiriéndose a la comida por antonomasia: el cocido o el puchero.
Nuestros dos pucheros flamantes
Muchísimas gracias por este regalo
Y es que la comida, el puchero, la olla, el cocido... era la comida con mayúsculas. Nuestra madre nos contaba que cuando ella era chica ("los años del hambre") todos los días se comía el cocido. Si era el tiempo de las habas, cocido de habas; si era el tiempo de la calabaza, cocido de calabaza; si era el tiempo de los cardillos, cocido de cardillos.
Hemos recurrido a nuestros amigos de "Ubrique en el recuerdo" para recordar -nunca mejor dicho- cuáles eran las verduras que se añadían al puchero, y lo primero que nos ha llamado la atención es que en cada casa se prepara la olla de una manera diferente. En unas con morcilla, en otras con arroz y papas, en otras con jarrete y en otras con gallina y tocino. Unos utilizan tocino y costilla añejos, otros hueso blanco, otros hueso de jamón... Mil y una variedades diferentes.
Pero nuestros amigos han recurrido a su memoria y nos han apuntado un buen montón de verduras para hacer el cocido:
Cardillos, alcachofas, alcauciles, verdolagas, berros, habas, habichuelitas, coles, tagarninas, hinojos, cardos, borrajas, calabaza, incluso con las "pencas de las acelgas", como nos ha dicho Elisa. Es increíble cómo nuestros abuelos recurrían a la naturaleza para hacer la comida.
María Clavijo nos ha explicado además que su madre le contaba que todos los días comían la olla, unas vecs de tagarninas, otras de hinojos... pero que era una familia de carboneros y los platos tenían un cerco del contacto con el carbón.
Muchas gracias Serafín, Juan, María, Remedios, Paqui, Juan Francisco, Mari Paz, Puri, María, Elisa, Miguel, María, Antonia, Cristina... Me habéis refrescado la memoria.
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