Cristóbal Avelino y Benjamín Castellano
Mayo 2014
Por Esperanza Cabello
Arreglar las Cruces de Mayo es una tradición de nuestro pueblo, una tradición que, desgraciadamente, se va perdiendo. Y decimos desgraciadamente no porque seamos mucho de cruces, pero sí que nos interesan nuestras tradiciones, esas costumbres sanas y ancestrales que hacían que los vecinos se pusieran de acuerdo para adornar sus calles y sus rincones antes del tres de mayo, que era el Día de la Cruz.
Y en muchas de las calles del casco antiguo hay cruces; unas de forja y otras de piedra. Casi todas se remontan al siglo pasado o al anterior, y casi todas ocupan un lugar estratégico en la calle o en la plaza.
Hoy nuestro amigo Benjamín Castellano nos ha enviado unas fotografías muy especiales: las fotografías de la Cruz de la Trinidad. Desde siempre se han encargado los vecinos, como en otras calles, de adornarla y prepararla para la fiesta. Ponerle sus flores, limpiarla...
Rafael Romero, "El Monea" se ocupaba antaño de este menester, con Cristóbal Avelino y, en los últimos tiempos, con Benjamín.
Preparando las flores para la Cruz
Pero el año pasado fue el último que Cristóbal Avelino pudo estar. Ya en mayo sabía de su enfermedad, y sabía que no iba a poder estar este año en la cita de cada mes de mayo. Sin embargo tuvo el coraje de acercarse por última vez a echar una mano para el arreglo de la cruz y de pedirle a su vecino, a su amigo Benjamín, mientras le sujetaba la escalera, que no dejara que se perdiera la tradición, que se ocupara él cada año, pasara lo que pasara.
La Cruz de la Trinidad
Adornada un año más
Y ahí está, en recuerdo de Cristóbal, y dedicada a su memoria, la cruz de la Trinidad arreglada y limpia como cada año, sin faltar a su cita.
Pero ha sido difícil, es difícil dejar atrás a los que se van yendo, sobre todo si son amigos como Cristóbal, sobre todo si, como él, son personas sencillas y buenas, que dejan a su alrededor miles de buenos recuerdos.
Los vecinos arreglando la cruz en 2014
Por eso, quizás por la personalidad de este buen vecino, Benjamín no ha podido dejar de pensar en él, y para él van sus palabras de recuerdo:
"Solo... me he sentido solo y vacío…
Hace
un año exactamente, cuando al terminar de arreglar la Cruz de la
Trinidad, mi vecino, mi amigo Cristóbal Avelino, me dio la noticia:
Benja, es el último año que te ayudo en arreglar la cruz, me han
diagnosticado algo malo y para el año que viene no estaré ya aquí…
Todo ha ocurrido tal como contó...y aquí me veo solo, con las lagrimas en los ojos y maldiciendo.
El
año está siendo caótico en todo pero nada me hará doblegarme y no
buscar fuerzas para volver a cumplir con lo pactado...sigo viéndolo
aguantando las escaleras..."
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