Consuelo Bohórquez Coronil
Siempre en nuestros corazones
Por Esperanza Cabello
Hoy nos hemos despertado con una triste noticia, ayer murió Consuelo Bohórquez Coronil, una gran persona y una gran amiga.
Murió tranquila, acompañada por su familia, discreta y serena, como fue toda su vida.
Realmente no esperábamos este desenlace, a pesar de su edad (Consuelo era de las mayores del pueblo), siempre ha sido una mujer fuerte y confiábamos en que siguiera a nuestro lado muchos años más.
A lo largo de los últimos años, y a raíz de la amistad que Consuelo mantiene con nuestras tías Isabel y Carmen, y del cariño sincero que le profesa a nuestra madre, Consuelo se ha convertido en una gran amiga. Poco a poco hemos ido conociendo detalles de su vida. Nos ha hablado de su infancia, del trabajo de su padre en la marroquinería, de las tenerías de la antigua calle Tenería, del mundo ubriqueño en la primera mitad del siglo pasado.
Nos habló por primera vez de la Sociedad de Obreras Petaqueras (no sabíamos que había existido una sociedad exclusivamente femenina en Ubrique), y de los avatares de la Guerra Civil. Nos gustaba mucho hablar con ella, era de conversación fácil y sosegada.
Con nuestra tía Carmen y nuestra tía Isabel habíamos hablado muchas veces de escribir un libro virtual de la historia del pueblo, siendo ellas las que contaban las historias y nosotros quienes que les íbamos dando forma.
Con la muerte de Consuelo se nos ha muerto también un trocito de la historia de nuestro pueblo, y al mismo tiempo perdemos a una mujer buena, prudente, piadosa y todo corazón.
Siempre la recordaremos cantándonos las canciones de los moros que llegaron a Ubrique, o contándonos la anécdota de un vecino que no tenía nada blanco a mano para mostrar que se rendía cuando el avión lanzó las octavillas y se quitó los calzoncillos blancos, los ató en la punta de un palo y recorrió todo el camino hacia su casa y por los Callejones con los calzoncillos enarbolados como bandera mostrando su rendición. Porque, mientras elaborábamos nuestro libro, hemos tenido muchos momentos de risas.
Risas que ahora se han convertido en lágrimas.
Sentimos mucho tu muerte, amiga Consuelo. Gracias por todos los ratos que has echado con nuestra madre; gracias por todas las visitas a nuestras tías; gracias por todas las historias que nos has contado; gracias por tu paciencia, por tu cercanía, por tu cariño, por tu amistad.
Queremos compartir uno de los documentos audiovisuales más tremendos que puede tener el pueblo de Ubrique, con todo nuestro cariño y todo nuestro respeto: (pinchar en este enlace).
Consuelo era una muchachita cuando comenzó la Guerra Civil, recogió una de las muchas octavillas que el avión de guerra lanzó, y aprendió de memoria ese texto que quedó para siempre en la memoria de nuestros mayores. Quizás fuera la última que lo recordara con total claridad.
Su despedida ha sido, como ella misma, especial. Al sentirse tan enferma tenía una gran preocupación: quizás no pudiera ir a la novena de la Virgen de los Remedios y verla una vez más. A pesar de todo, ha venido a la iglesia, se ha celebrado una misa de corpore insepulto en la parroquia, delante del altar en el que está, como antaño, su Virgen.
Hasta siempre, amiga Consuelo. Te enviamos nuestra admiración, nuestro agradecimiento y nuestro cariño. No te olvidaremos.
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