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domingo, 31 de enero de 2016

La exposición de fotografías de Manuel Villanueva

Momento de la inauguración de la exposición "Un mundo, dos miradas"
Con la alcaldesa de Ubrique, Isabel Gómez


Por Esperanza Cabello

Hace ya un mes que tuvo lugar la inauguración de la exposición de Manuel Villanueva Melgar y Manuel Villanueva Rodríguez, padre e hijo unidos, además de por los lazos familiares, por una pasión: la fotografía.
Se trata de una treintena de instantáneas tomadas en diferentes momentos en todos los continentes, la mitad hechas por el padre y la otra mitad por el hijo.
Realmente ha sido un lujo poder visitar la exposición, y ahora hemos tenido una grata sorpresa: podremos visitarla durante todo el mes de febrero, pues se ha ampliado el tiempo de la exposición
Nosotros tuvimos la posibilidad de visitarla tranquilamente esta semana,  acompañando a algunos de nuestros alumnos, y teniendo un guía de excepción, Manuel Villanueva Melgar, que estuvo explicándonos los pormenores de cada una de estas fotografías. Realmente apasionante.


Los estudiantes preguntan entusiasmados por sus fotografías preferidas



 Manuel explica nociones fundamentales en fotografía: luz, encuadre, imagen



 Cada uno elige su fotografía favorita, intentando imaginar qué hay detrás de cada una de ellas



 Visitar una exposición con tanto lujo de detalles es realmente una maravilla



 
 Toda la atención y la concentración posible para las explicaciones


Así pues, aún disponemos de unas cuantas semanas para visitar esta exposición de fotografías, es un lujo que tengamos en Ubrique personas como Manuel, artistas discretos, dispuestos, con amabilidad y profesionalidad, a darnos todas las explicaciones  posibles sobre su trabajo.


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sábado, 30 de enero de 2016

Postal de Humberto a su hermana Ana

 La Alameda de Ubrique a principios del siglo XX


 Por Esperanza Cabello

Hoy nos hemos detenido un poco más en una postal que nuestro tío abuelo Humberto Janeiro Rubiales envió a su hermana Ana Janeiro Rubiales desde Málaga el 15 de junio de 1915.
Nunca habíamos reparado en un par de detalles que ahora nos han llamado mucho la atención. En primer lugar, que había empezado a haber música en la Alameda, o sea, en Los Callejones. 
Debía de ser muy agradable pasear por esa alameda por las tardes, con la fresquita, sentarse en esos bancos de caliza rosa de Ubrique y escuchar música.


 Jabón Pompeia

En segundo lugar, recordar que antes estábamos muy ligados a la provincia de Málaga, y del mismo modo que actualmente vamos a hacer compras a Jerez, antes íbamos a Ronda o a Málaga. Seguramente sería difícil encontrar algunas cosas específicas de marcas concretas en el pueblo, y Ana había hecho varios encargos a Humberto. Curiosamente uno de los encargos era jabón "Pompeia", del que aún guardamos una cajita.
También le pide papel oscuro y  polvos para la cara "Vitamol", pero el precio no debía de ser el apropiado: 39 reales las tres cajas.


Polvos Vitamol

Este es el texto de la postal, con una caligrafía muy cuidada:


Queridísima hermana:


Recibí tu carta en la que me mandabas dos o tres encargos.
Las tres cajas de Polvos Vitamol  valen 39 reales (no conviene).
El jabón Pompeya vale la caja 34 reales y la pastilla 12.
Si me vas a encargar algo más me lo mandas a decir pronto para que me dé tiempo; el papel oscuro que me mandaste mañana preguntaré.
Me he enterado de que está ahí muy divertido con la música sobre tarde en la Alameda.
A ver si quiere Dios que el Domingo, 4 me pasee en la Plaza.
Adiós, un abrazo de tu hermano que te quiere,
Humberto


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viernes, 29 de enero de 2016

La Plaza de Ubrique, en constante transformación

La plaza de Ubrique
Trabajo realizado por el fotógrafo Moreno

Por Esperanza Cabello

Hemos visto la plaza de Ubrique fotografiada desde mil perpectivas diferentes, en muchas épocas diferentes, con personas diferentes y  ambientes diferentes.
Pero esta es al primera vez que vemos la plaza a finales del siglo XIX o en los primerísimos años del siglo XX, fotografiada desde el primer Ateneo que hubo en Ubrique.
Se aprecia perfectamente el portalón de la "fonda de Cañaílla", por ahí entraban las caballerías hasta el fondo del edificio, donde estaban las cuadras.
También vemos, justo a su izquierda, la sombrerería que existió en la actual "Casa de los Peña", no estamos seguros si era el momento de José Becina Burgos, el primo de Ángel Becina, que tenía su taller de botinería a la izquierda del callejón del Pescado, donde más tarde estuvo la ferretería de Maza en un edificio que apenas ha cambiado su aspecto en tantos años (ver en este enlace).
Pero lo que nos llama realmente la atención es la ¿farola?  que hay en el centro de la plaza. Quizás sea el desgaste de la fotografía o por el encuadre, pero la supuesta farola es demasiado grande y da la impresión de que tiene unas pequeñas pilas en la parte inferior.
¿Alguien nos podría hacer alguna aclaración? Esperamos que si.


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miércoles, 27 de enero de 2016

Don Fermín Sánchez de Medina

Postal de Fermín Sánchez de Medina a su futura esposa Elena Benavides


Por Elena Lobatón Sánchez de Medina


Esta postal fue enviada Postal el 4 de febrero de 1911 (sábado) por Fermín Sánchez de Medina Gil a Elena Benavides (su futura esposa). En ella da noticia del fallecimiento de la madre de su cuñado Fatou, acaecida el miércoles anterior (1 de febrero de 1911), así como de la asistencia al velatorio y de la conducción al cementerio al día siguiente.


"Elenita mía;  en mi poder tu grata última á la que te contesto hoy con la misma prisa que el otro día, porque con el tiempo tan malo que está haciendo no se ha podido terminar con la pintura y estoy ocupado en colocar rótulos nuevos y en ir desalojando la rebotica de tanto frasquito como hay en ella. Además el miércoles por la tarde falleció la madre de mi cuñado Fatou y aquella noche estuve de velatorio toda ella y el jueves hizo un día infernal para la conducción al cementerio. Total que con estas cosas está muy atrasado el trabajo y hay que adelantar lo perdido.
Hasta el miércoles en que estaré más tranquilo y te escribiré extensamente.

Adiós, te quiero cada día más.

Tu Fermín.




 Fotografía de bodas de Fermín Sánchez de Medina y Elena Benavides
Ubrique, 1911


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lunes, 25 de enero de 2016

El cementerio de San Bartolomé

 Ubrique en la primera década del siglo XX
Fotografía gentileza de Elena Lobatón

Por Esperanza Cabello

Nuestra amiga Elena Lobatón nos ha enviado esta magnífica fotografía de Ubrique en la primera década del siglo pasado (posiblemente de 1909). Nos llama terriblemente la atención no solo por la perspectiva y por lo pequeño que se ve el pueblo, sino por el cementerio.
Como ya comentábamos en una entrada anterior (en este enlace), el cementerio de San Bartolomé fue el primer cementerio "moderno" de Ubrique, construido en unos terrenos cedidos por el diputado Bartolomé Romero Bohórquez,  vino a sustituir al cementerio de San Sebastián (en los Jardines del Jesús).
Bien, en esta foto de principios de siglo no se aprecian, en absoluto, los muros que rodean el cementerio, es posible que aún ni siquiera se hubieran construido. Solo se ve la pequeña ermita, que costeó la familia Reguera, y suponemos que los enterramientos serían muy escasos. La familia Bohórquez tenía un panteón cerca de la ermita y, según nos contaba Juan Lobatón, tuvo que ser destruido a causa de unas obras de ampliación.
Sabemos que habían trasladado a este nuevo cementerio algunos enterramientos del Jesús, también los del convento, y que Pedro Bohórquez Piñero fue el primer ubriqueño enterrado, así que en este momento debía de haber muy pocas tumbas.

 El cementerio de San Bartolomé 1934/1935


En esta otra fotografía, que debe de ser de 1934 o 1935, ya se ven perfectamente los muros del terreno del cementerio, también los árboles han crecido mucho, y la parte del cementerio no católico (a la derecha de la ermita en la imagen) también está separada con otros muros.
Tampoco parece que en esa época hubiera nichos en la pared.



Ubrique, 18 de enero de 2010

En este última fotografía, tomada hace unos años, vemos la tremenda modificación que ha sufrido no solo el pueblo, sino el cementerio; aunque sigue marcando el límite de la zona urbana ha sido necesario hacer infinitas modificaciones para ampliarlo y acondicionarlo. 


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NOTA: en esta entrada de nuestro amigo José María Gavira podemos leer la descrición del cementerio en 1909 en la redacción escolar de un alumno de Francisco Fatou.

domingo, 24 de enero de 2016

Saumur, una bella ciudad francesa



Por Esperanza Cabello

¿Qué tendrá que ver Saumur, una preciosa ciudad francesa a orillas del Loira, con Ubrique?
Pues los vericuetos de internet son realmente insondables. Nos hallamos inmersos en una de las búsquedas más difíciles a las que nos hemos enfrentado hasta el momento, intentando encontrar la mayor cantidad posible de datos del médico Serafín Bohórquez Vecina, y, de buscador en buscador, hemos venido a parar a la página de la institución Saint Louis, de Saumur, un centro de enseñanza en el que trabaja una joven ubriqueña que ha escrito, en su presentación, el nombre de nuestro pueblo "Ubrique", y, dado que esta joven ubriqueña es la mejor representación que podía tener Ubrique en el país vecino (y no es pasión de madre), hemos pensado dedicarle un pequeño recuerdo desde aquí, con nuestro deseo de que tanto ella como los cientos de jóvenes andaluces y españoles que se han visto obligados a emigrar buscando trabajo puedan volver pronto, o que al menos estén un poquito más cerca.


sábado, 23 de enero de 2016

La coral Ocurris Populi en su espléndido concierto de Navidad

La coral Ocurris Populi
Preparados para el tradicional concierto de Navidad


 Por Esperanza Cabello
Fotografías de Manuel Cabello


A estas alturas sería muy difícil disimular nuestra admiración por la coral ubriqueña Ocurris Populi. Desde nuestras primeras publicaciones hemos dedicado muchas entradas a su formación, a su historia, a sus múltiples directores y componentes, a sus diferentes denominaciones, a su trayectoria.



Y en esta ocasión, aunque ya sea un poquito tarde (casi un mes tarde), no hemos podido evitar recordar este concierto de Navidad, ofrecido en la Parroquia de Ubrique. Como cada año, se invitaba a los asistentes al concierto a aportar un kilo de alimentos para conseguir que no falte nada en las casas de Ubrique (las donaciones son para Cáritas, que se encarga de distribuir todo).




Y como podemos ver con esta panorámica de la iglesia, el concierto fue todo un éxito de público y de entusiasmo. La coral ubriqueña tiene muchos años de trabajo a sus espaldas y es muy apreciada en el pueblo, así que normalmente en sus conciertos hay un lleno de público.



Pero en este concierto "Un kilo de Navidad", que ya va por su VIII edición, no solo actuaba la Coral Ocurris Populi, sino también el Coro de Voces Blancas y la Banda Académica, un verdadero éxito, que podemos volver a oír en este enlace .


La coral durante la actuación con el actual director, el señor Aibar


Así que, aunque ya lo que van acercándose son cuplés y chirigotas, nos hemos permitido el lujo de recordar por un momento este concierto de Navidad, deseando larga vida a nuestra coral, a la vez que muchos años y muchos kilos de solidaridad musical.


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jueves, 21 de enero de 2016

Esa espantosa Guerra Civil

Ubrique, vista general, agosto de 1936



Por Esperanza Cabello

Hoy hemos localizado, en una página de compraventa de objetos antiguos, esta postal de Ubrique. A simple vista, es una postal como otras muchas, una vista general de nuestro pueblo antes de la Guerra Civil, cuando aún no había comenzado su expansión, cuando las casas se paraban al llegar al río y la "Casita sola" era una de las últimas construcciones por la "Salida del  lugar".
Eso, a simple vista. Después mirando el matasellos, descubres que es de agosto de 1936, y recuerdas que esa fecha fue demasiado trágica en Ubrique, y te parece curioso que se enviaran postales turísticas precisamente en esos días de disparos y asesinatos.
Lo realmente sobrecogedor ha llegado cuando hemos podido leer el reverso de la postal:


Ubrique 18-8-1936. 9 de la noche. 
Cuartel General de la Falange Española en campaña.

Dirigida a la señorita María Olivares Orduño
Calle Sagasta, nº 27, 2º Izquierda
Cádiz 


Querida Tita: 
Os supongo bien. Yo como siempre. Todavía estamos en este pueblecito, y no sé cuándo será el día que nos marchemos. Ya te escribiré.
(sin firma)

Parece una postal simple, con un saludo cariñoso de un sobrino a su tía. Pero si nos paramos a pensar en las implicaciones que tiene nos aterramos. 
Escrita en plena guerra, en esos días horribles de desapariciones y muertes, esta postal es un trágico testigo de aquel tiempo infausto e injusto.


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martes, 19 de enero de 2016

Un divertido olvido

Un escaparate "navideño" con la decoración olvidada



Por Esperanza Cabello

De vez en cuando nos invade el espíritu crítico y observador de nuestros hermanos y nos fijamos en detalles que normalmente pasan desapercibidos. 
Hoy, mientras volvíamos de pasar la tarde con nuestra madre, nos hemos entretenido mirando un escaparate en el que los adornos navideños parecen haber sido olvidados. Nos parecía un ejemplo magnífico de cómo nos "desinflamos" rápidamente de los buenos propósitos de cada año, de cómo olvidamos las metas que nos habíamos propuesto, de cómo se olvidan rápidamente las alegrías de las fiestas y volvemos, retorcidos, a la rutina.
Y así este pobre 2016 está prematuramente desinflado, desilusionado y olvidado. Más vale que nos vayamos poniendo las pilas y retomemos el año bien desde el principio y no nos dejemos llevar por ningún olvido.
¡Menos mal que solo es un escaparate y una decoración!




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lunes, 18 de enero de 2016

Isabel Janeiro Rubiales, ganadora del concurso de feria de 1922

 La Plaza de Ubrique en feria, años 20
Gentileza de Elena Lobatón



Por Esperanza Cabello

Nuestra tía Isabel Álvarez es una maravillosa cajita de sorpresas, no importa dónde esté, ni si se encuentra en mejor forma o un poco menos bien, siempre tiene tiempo, ocasión y paciencia para contarnos algunas de sus magníficas historias.
Esta mañana, hablando de historias familiares y de artistas en la familia, nos ha contado algo que pasó en septiembre de 1922, cuando Isabel Janeiro, su madre, estaba embarazada de su hija Lola y ella misma, Isabel, apenas tenía tres años.
Ese año la feria se celebraba en la Plaza, como siempre por aquellas épocas de primeros de siglo, y el alcalde había organizado un concurso de decoración de farolas y postes de feria. 
Cada ubriqueño o ubriqueña que lo deseaba podía inscribirse, y su madre, Isabel Janeiro, se inscribió. Le tocó, para su decoración, la farola que estaba en la esquina de la Plaza con la callejuela de la Cárcel. Para decorarla fabricó un abanico con miles de pequeños papelitos de colores; también colocó un sombrero cordobés fabricado también con papelitos, y un montón de girnaldas y flores igualmente construidos con papelitos.

 La Plaza de Ubrique en feria, años 20
Gentileza de Elena Lobatón

Pues esa fue la farola ganadora. El trabajo de Isabel Janeiro fue tan minucioso y tan artístico que destacó entre todos. Tanto destacó que hasta salió en el periódico.
Lamentablemente Isabel ha guardado ese periódico "toda la vida", pero últimamente le ha perdido la pista.
Así que ahí viene nuestro trabajo, vamos a poner nuestro empeño en encontrar, de nuevo, esa noticia en un periódico de 1922.
También nos ha contado que precisamente en esa misma feria sus padres, Antonio Álvarez e Isabel Janeiro, participaron en un concurso de bailes por sevillanas... ¡Y también ganaron el primer premio!
Su regalo fue una guitarra con cuerdas de oro, en la que inscribieron, con letras de oro también, los nombres de los dos ganadores: Antonio e Isabel.
¡Qué historia tan bonita! 
Muchas gracias, Isabel, por contarnos siempres estas historias tan interesantes.

Y también tenemos que dar las gracias a nuestra amiga Elena Lobatón, que nos ha enviado estas dos preciosas fotos de feria de principios del siglo pasado, con las que podemos hacernos una idea de cómo eran los postes y las farolas que se adornaban para las ferias.
¡Gracias Elena!

domingo, 17 de enero de 2016

La visita de Frasquita Larrea a las ruinas del Salto de la Mora en 1824




Por José María Gavira


Entre mediados de julio y finales de agosto de 1824 (y quizá también durante parte del mes de septiembre) estuvo de vacaciones en Ubrique la intelectual gaditana Francisca Javiera Ruiz de Larrea y Aherán, más conocida como Frasquita Larrea, junto a sus hijas Aurora y Ángela (en este viaje no la acompañó su otra hija, la escritora Fernán Caballero (Cecilia Böhl de Faber) que se había casado en 1822).
Doña Frasquita escribió un Diario en el que fue anotando sus impresiones de esta larga visita. Copio aquí la entrada del 31 de julio, en la que cuenta su visita al Salto de la Mora el día anterior para conocer as ruinas romanas allí existentes. Quiero advertir que la referencia que hace a Marco Antonio es fruto de su imaginación o de la de los que le enseñaron el lugar. Está basada en la creencia errónea de que la estatua femenina con serpientes en el pecho que allí se encontró representaba a Cleopatra (lo más probable es que fuera de Minerva).
 


Día 31 de julio

Ayer tarde fuimos a la Vena-Feliz ó Venafí que es como la llama el pueblo, y por otro nombre el salto de la Mora. Es una peña altisima que esta a la entrada del pueblo. Llevamos dos borricos, pues nos dijeron que no podiamos hacer todo el camino a pie. Sin embargo, Aurora con las demas vecinitas que nos acompañaban, anduvo hasta la cumbre, con bastante desazon mia, porque en efecto, es camino solo para cabras, a pesar de que la senda sube en espiral por los pedregales y breñas hasta llegar a la puerta de una viña plantada en su cima y que pertenece al padre de una de las jovenes que iban con nosotras. Yo siempre fui en borrico que si bien acostumbrado a las escabrosidades de este pais no dejaba de tropezar con grande susto mio que a veces me veia tan elevada que al menor vayven parecia deberme despeñar a lo profundo. Antes de entrar por esta puerta, que abre a un cuadro de tierra cercado de peñascos, vimos una ruina que ciertamente sería un baño. Es un edificio cuadrilongo, bovedado, con varios huecos o nichos en la pared. Esta ruina esta bastante bien conservada, y sirve para ordeñar las cabras. Parte del techo se ha desplomado y por sus hendiduras entra la luz, que no se adivina bien por donde le entraba antes. La puerta o rastrillo que esta a su lado abre a una cuadra o salon natural cerrado por paredones de peñascos a cuyos pies se ven algunas piedras sueltas a manera de sofas y sillones. Salimos de este salon por una abertura que nos llevó a la viña que domina una hermosa perspectiva de montes escalados sobre montes, y a un lado se divisa la pequeña poblacion de Venaocaz con sus casas blancas interpoladas de verde, metida en un vallecito, semejante a una manada de ovejas pastando tranquilamente en medio de las montañas; al otro lado se presenta Ubrique abismado entre peñascos tan diminuto por la distancia, que parecia un juguete de filigrana esculpido en piedra.
Las casitas de las viñas y olivares en sus derredores se divisaban como puntitos blancos casi imperceptibles. En el primer viñedo que atravesamos vimos cinco columnas de piedra en cuyos zocalos se leen inscripciones latinas. Su situacion me pareció denotar que habrian sido de alguna galeria o fachada de edificio. En el suelo vimos rodando un trozo de estatua de Cleopatra de hermoso marmol blanco. Lo unico que se conservaba de ella es desde la cintura hasta el pescueso. Los dos aspides estan perfectamente trabajados aunque me parecieron demasiado simetricos. El padre Guardian de Capuchinos que ha tenido la curiosidad de examinar estas antiguedades y aun de descifrar con mucho trabajo las inscripciones (que ha mandado a imageSevilla) me ha dicho que cuando primero vió esta estatua conservaba la cabeza, y que habia otra de Marco Antonio; pero que habiendo sido abandonadas allí, los muchachos a pedradas las han destruido. Además se han escavado en este sitio como una fenega de monedas antiguas que tambien se han enviado a Sevilla. Mas allá vimos otro baño y un grande alhive y nos dijeron que a una corta distancia habia una sima profunda que corria subterranea no se sabe hasta adonde. Pero el sol se estaba ocultando entre los montes y yo temia volver de noche por estos despeñaderos. La tarde era deliciosa y respirabamos en esta altura de un aire verdaderamente celestial. Volvimos, sintiendo que e! tiempo no nos permitiese observar, y sobre todo meditar en estas ruinas de tantos siglos.
Al pie de este peñasco (que llaman tambien el salto de la Mora, por motivo de una tradicion que supone a una Mora arrojandose de esa altura huyendo de los cristianos) sale el manantial que surte al pueblo y que, pasado el Convento, fluye por un arqueducto al traves de cuyos arcos se ven las huertas. Entre este Arqueducto y un guardalado, debajo del cual se ven las mugeres lavando con el agua del otro nacimiento que sale por el molino, corre una calzada hasta entrar en las calles del pueblo. Un grandisimo y frondoso alamo negro sombrea a las lavanderas, y mas arriba del molino se ven grupos de olmos y chopos en derredor del manantial y a sus espaldas suben peñascos hasta las nubes.



Agradecemos a José María Gavira que nos haya permitido compartir su trabajo en nuestro blog, publicado originariamente en "5*U", más tarde en "Historias del Mediodía" y  actualmente en proceso de publicación en "Historias de Ubrique" (en este enlace).

sábado, 16 de enero de 2016

Don Emilio Santamaría, por José Conde Moncayo

Publicidad de Emilio Santamaría
Aparecida en El Fígaro el 13 de diciembre de 1919
Hemeroteca Digital BNE


Por Esperanza Cabello

Actualmente todos conocemos el papel tan importante que Emilio Santamaría jugó en la evolución de la fabricación y comercialización de los artículos de piel. En Ubrique existía una gran tradición curtidora, y hacía más de cien años que se trabajaba la piel cuando este asturiano llegó en 1919, pero su llegada a Ubrique fue toda una revolución en el mundo de los artículos de piel.
Hoy nuestra tía Carmen nos ha comentado que su trabajo era muy reconocido en el pueblo, y que su firma fue de las más prestigiosas en los años de la postguerra, dedicándose a la fabricación de artículos de gran calidad y a la marroquinería de lujo, como hicieron también Antonio Benítez y Leandro Izquierdo.
Pero en los años setenta la figura de Emilio Santamaría no estaba muy reconocida, y hemos tenido acceso a un estupendo artículo de don José Conde Moncayo, reivindicando el trabajo de Santamaría y de los especialistas que vinieron de su mano: Cole, Cabello y Sanahuja.
Dicho artículo fue publicado en el ABC del doce de septiembre de 1972.


ABC 12 septiembre 1972


LOS PIONEROS

Con vistas al “concurso literario” del Ayuntamiento de Ubrique, un año más, vienen apareciendo en los diferentes periódicos, entre ellos este ABC, unos artículos que loan las virtudes de los ubriqueños y el encanto de los parajes en que se encuentra ubicado el pueblo.
Con el presente, que de antemano lo considero pobre y por su consecuencia fuera de concurso, no pretendo otra cosa que sea conocido por muchos de Ubrique y más de fuera, quiénes fueron los únicos y verdaderos artífices del medio de vida que hoy se desarrolla por aquí.
Cuando allá por los años veinte don Emilio Santamaría construyó la fábrica, en Ubrique no había personal facultado para llevar a cabo la innovación de lo rudimentario de la petaca, que era lo único que en Ubrique se sabía hacer (de ahí el apelativo de “Ubrique el de las petacas”) y se vio en la necesidad de traer personal de fuera. Por su gestión llegaron a Ubrique tres señores, Mr. Cole, italiano; el señor Cabello, de Córdoba, y el señor Sanahuja, de Madrid.
Traía el señor Cole, entre otras, la misión de modelar; el señor Cabello, la de repujado, y el señor Sanahuja la parte de marcos, etc., todos bajo la dirección del señor Santamaría, que dio el empuje, el real y verdadero empuje, la “puesta en marcha” a la innovación de la industria de Ubrique.
Cuando leo los artículos periodísticos, año tras año, lo mismo que cuando escucho los documentados “cantos” de los mantenedores y observo que el paso y labor de estos señores sigue en el “anonimato” sin que nada me ligue ni obligue, siento un infinito dolor, no por ellos, que al fin y al cabo, muertos como están, poco necesitan. Sino que me parece entrever por esto que Ubrique es desagradecido, y a mi entender y parecer la ingratitud no se practica, al menos, con marcada intención. Se puede deber más bien a que, habiendo transcurrido tanto tiempo, cuando vienen a documentarse los que luego escriben o hablan y siendo jóvenes o de fuera los informadores, la aportación que los mentados hicieran por y para Ubrique queda en el olvido cada año.
Siendo malintencionados, podría pensarse que se omite deliberadamente para que recaiga el mérito en ubriqueños o en los ya lejanos árabes, que si bien ese es su origen (en cuanto al repujado), a Ubrique llegó por el cordobés señor Cabello, de la mano de don Emilio Santamaría. Don Emilio Santamaría a quien, sin paliativos de ninguna clase, todo se lo debemos.
Don Emilio Santamaría, como todo predestinado (él lo era para el artículo de piel) tropezó con el ambiente, porque mira que ponerse a pagar el diez por ciento del sueldo anual bruto a cada productor (no se llamaban así entonces) en concepto de regalo (hoy paga extra) en la Navidad de 1931. Y hacerlo por nobleza, por altas miras, sin ley que le obligara, por amor, como un testimonio más de afecto a  Ubrique, por desinterés, y tal era que pensaba unificar a todas las incipientes (mal llamadas industrias) en una sola que se denominara “Ubrique”. No pretendía encumbrar su nombre, válido del desconocimiento de los demás, quería, y no pudo realizarlo, formar la primera fusión de empresas o la primera cooperativa, como se llaman hoy.
Se entregaron de lleno y de plano por y para Ubrique. Trajeron la base y raíz de lo que Ubrique hoy es, y no debe continuar por más tiempo olvidado u omitido el paso de estos hombres por Ubrique, porque pueden juzgar para sus adentros los que hoy hacen algo por Ubrique (los pueblos siempre necesitan que se haga algo por ellos) si a la posteridad todo el desvelo y los sinsabores que producen las gestiones para la consecución de un bienestar o un medio, toda su entrega de hoy fuere lacrada con el sello del olvido… Cabe, una vez más, el aforismo de “suum cuique”.
JOSÉ CONDE MONCAYO