Maestros de primeras letras
Por Esperanza Cabello
Libros y maestros en Ubrique entre
1752 y 1754
En la documentación relativa a
Ubrique del Catastro de Ensenada hay varias referencias a las letras y los
libros. Son muy escasas en aquel Ubrique eminentemente rural, pero aún así es
de destacar que sí había personas dedicadas a la escritura y a las letras.
La palabra "maestro" aparece cincuenta veces, pero solo dos de ellos eran "maestros de escuela", el resto lo eran en sus diferentes oficios.
Los
maestros de primeras letras, que así se llamaban en el siglo XVIII, eran pluriempleados (uno de ellos también era maestro tintorero y el
otro se encargaba del papeleo extraordinario), no había más remedio a causa de
su escaso salario.
Los textos que publicamos a continuación son extraídos literalmente del archivo de Simancas, documentos digitalizados en el Portal de Archivos Españoles PARES.
Entre los poco más de mil vecinos encontramos…
1. Respuestas del 8 de agosto de 1752
Hay dos escribanos, que el uno es don Mateo
González, el que ejerce la escribanía del número y cabildo de esta villa, a
quien le regulan de utilidad anual, con el salario que goza de ella tres mil y
trescientos reales; y el otro que es escribano de Su Majestad llamado don
Sebastián Ignacio de Castañeda, al que le regulan de utilidad anual por tal
escribano y oficial mayor de dicha escribanía del número y cabildo hasta cien
ducados anuales.
Hay
un preceptor de gramática, a quien
le regulan de utilidad anual cien ducados con el salario que goza de esta villa;
hay dos maestros de primeras a
quienes les consideran de utilidad anual a cada uno, con el salario que gozan
de esta dicha villa, cincuenta ducados anuales.
Hay tres notarios, dos del estado
lego. Se le regulan de utilidad al año a don Gonzalo de Hoyos, que ejerce la
notaria mayor, sesenta ducados; a don Juan de Arjona y don Francisco de Aguilar,
que ejercen dichas notarías, les consideran a cada uno de utilidad anual hasta
veinte ducados.
2. Respuestas del 4 de julio de 1753
(los salarios)
A don Mateo
González, escribano de cabildo, mil ochocientos ochenta reales; a don Vicente
Velasco, médico, mil doscientos diez; al
diputado de montes cien reales; al veedor de ellos sesenta; a Miguel Villagrán,
cirujano, doscientos reales; a José Gómez Cabeza de Vaca, fiel del peso de la
harina, doscientos y cuarenta reales; a don Juan de Morales Fajardo, maestro de
primeras letras, cien y otros doscientos y cuarenta por hacer las boletas[1].
A don
Juan Astorga, también maestro de primeras letras, cien reales; a don Mateo
Jiménez, presbítero, maestro de gramática trescientos reales; a don Juan Feliz
Candil, mayordomo de propios, trescientos reales; y otros trescientos veinte
por receptor del papel sellado y proveedor de la tropa; a don Francisco de
Aguilar, fiel de la carnicería, ciento veinte reales; a Francisco Núñez,
receptor de bulas, ciento y quince reales.
3. Adiciones (para aclarar las
discordancias de las respuestas).
A don Mateo
González, escribano de cabildo, mil ochocientos ochenta reales; a don Vicente
Velasco, médico, mil doscientos diez; al
diputado de montes cien reales; al veedor de ellos sesenta; a Miguel Villagrán,
cirujano, doscientos reales; a José Gómez Cabeza de Vaca, fiel del peso de la
harina, doscientos y cuarenta reales; a don Juan de Morales Fajardo, maestro de
primeras letras, cien y otros doscientos y cuarenta por hacer las boletas.
A don
Juan Astorga, también maestro de primeras letras, cien reales; a don Mateo
Jiménez, presbítero, maestro de gramática trescientos reales; a don Juan Feliz
Candil, mayordomo de propios, trescientos reales; y otros trescientos veinte
por receptor del papel sellado y proveedor de la tropa; a don Francisco de
Aguilar, fiel de la carnicería, ciento veinte reales; a Francisco Núñez,
receptor de bulas, ciento y quince reales.
4. Concreciones de 8 de abril de 1754.
A
don Vicente Velasco, médico, se le pagan anualmente de salario mil doscientos
diez reales; a Miguel de Villagrán, maestro de cirujano, se le satisfacen y
pagan doscientos veinte; a don Diego de Castro, maestro de gramática,
trescientos reales; a don Juan de Morales y don Juan Páez Astorga, maestros de
primeras letras, cien reales a cada uno; al fiel del repeso de harina[3]
doscientos veinte; a dos maestros ordinarios se le paga a cada uno de salario
anual cuatrocientos sesenta y dos reales;
[1]
Boleta: Autorización escrita que se daba a los militares para alojarse en el
pueblo en el que entraban.
[3] Fiel: la
persona que tiene a su cargo el peso público, para evitar engaños en lo que se
vende.
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