Por Esperanza Cabello
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Este blog, que comencé en 2007, es un homenaje a mis padres, Manuel Cabello Janeiro y Esperanza Izquierdo Fernández, a su vida y a su trabajo. Quiero recuperar sus escritos, sus investigaciones y muchos de sus recuerdos. Al mismo tiempo es un amable homenaje a todos los miembros de nuestra familia y a nuestro pueblo, Ubrique, para que no se pierda la historia de los que nos precedieron y podamos recuperarla entre todos. Gracias
Por Esperanza Cabello
Tenemos mucha suerte de ser muy aficionados a los libros y a la lectura, y además nos encantan las leyendas tradicionales. Así que cuando nuestra hija nos ha regalado este pequeño librito después de un viaje por el Mediterráneo nos hemos puesto manos a la lectura rápidamente y nos ha encantado ver cómo el culto a los muertos y los usos extraños de las plantas son comunes a muchos países.
Más aún nos ha llamado la atención el uso de la palabra "maquis", palabra francesa que viene del corso y del italiano "macchia", y se refiere al paisaje de arbustos y matorrales. Esta palabra se comenzó a utilizar para designar a los grupos de guerrilleros de la resistencia francesa, que se escondían en zonas montañosas y bosques.
Muchos de los guerrilleros españoles que combatieron en Francia volvieron a España luchando como guerrilla antifranquista, y trajeron el nombre consigo. Nunca nos habíamos planteado el origen de esta palabra tan "triste" en realidad, pero lo encontramos aquí, en un entorno, el corso, que se parece tantísimo al nuestro.
Son las de Córcega unas sierras agrestes con gente orgullosa y trabajadora, montañas en las que crecen con facilidad, como en las nuestras, los gamones que, como aquí, tienen usos increíbles.
Traducimos un trocito de esta leyenda
... Durante esta noche luchaban los mazzeri de este lado de los montes con los mazzeri de aquel lado de los montes. Luchaban armados con ramas de asphodelus con hojas lanceoladas. El asphodelo, del que Victor Hugo evoca "su fresco perfume", prolifera en todo el maquis corso. Recuerdo los colchones en casa de mis abuelos en Bavella, rellenos de asphodelos secos. En el instante en que me movía, crujía espantosamente la cama. Era muy incómodo, pero "sano", según parece ¿Quién sabe? Quizás la planta nos protegía de las visitas nocturnas inoportunas de los difuntos familiares...
Los asphodelos son también llamados flores de los muertos, o mejor candelli o luminellu (velas o candiles) por su forma y porque antaño, antes de la electricidad, los utilizaban como antorchas para desplazarse en la oscuridad. Crecían en las praderas infernales y estaban dedicados a Hades y a Perséfone. Los griegos pensaban que eran del gusto de los muertos y los plantaban alrededor de las tumbas de sus difuntos. Flor salvaje, el asphodelo prolifera en cualquier suelo y florece en la primavera, tiñendo todo el maquis con sus ramos rosados. Incluso ha sido comestible. Se hacía con su bulbo una especie de torta que se llamaba "pan de los pobres". También posee virtudes médicinales y resulta bueno para todo tipo de males, desde el dolor de dientes hasta la tos recalcitrante, pasando por los problemas de vientre. También es un fortificante.
Se comprende por qué, además de su forma de lanza, representaba el arma favorita de los mazzeri con la mazza (tipo de maza), el hacha y el cuchillo. Era el símbolo de la fuerza.