Artículo de María José Cabezas Cabello en la Revista 21
PROBA Y EUDOCIA: FE y CULTURA
Las poetas Faltonia Betitia Proba y
Athenais Eudocia, en los siglos IV y V respectivamente, escriben un mismo tipo
de composición poética: el centón literario. Se trata de poesías compuestas de fragmentos tomados de uno o más poetas y
unidos entre sí. La palabra centón, en su
acepción literaria, significa poema compuesto a base de palabras, hemistiquios o versos
enteros tomados de otros poemas, sobre todo de Homero, Virgilio y Ovidio, para
expresar un argumento nuevo.
De Proba solo conservamos su poema el
centón virgiliano “Sobre los méritos de
Cristo”[1].
Para componer esta obra poética escoge las palabras, medios versos o versos
completos de Virgilio y los dispone creando un nuevo poema de hexámetros
dactílicos que trata de diferentes episodios de la Biblia, tanto del A.T. como
del N.T. Los episodios de los que trata en su poema son: La Creación, Adán y
Eva, la serpiente, Caín y Abel y el Diluvio; y del N.T. el nacimiento de
Cristo, matanza de los niños inocentes, Juan el Bautista, la Tentación de
Cristo, el Sermón de la Montaña, el joven rico, la expulsión de los mercaderes,
la última cena, la traición de Judas, crucifixión, resurrección y Ascensión.
En cuanto
a la emperatriz Eudocia
(casada con Teodosio II en 421) es una
de las figuras más relevantes y menos reconocidas de la poesía griega tardía
(s. V). Compuso varias obras poéticas entre las que destacan su Centón Homérico compuesto con la misma
técnica literaria de Proba pero sirviéndose de los versos de Homero. Consta de 2.354 versos y relata una cincuentena de
episodios bíblicos, dedicándole más atención al Nuevo Testamento que al Antiguo.
Las poetas Proba y Eudocia se
ocuparon del estudio bíblico, de su exégesis y transmisión a través de la
poesía: el centón literario. No era frecuente en esta época que las mujeres se
dedicaran a esto, tareas que ejercían casi en exclusividad los hombres,
exceptuando el conocido Círculo del Aventino de Roma, compuesto por mujeres
estudiosas de la Biblia que a finales del s. IV ayudaron a Jerónimo en su
traducción de la Vulgata.
Al escoger
Proba y Eudocia los episodios de la Biblia que les interesaban para sus composiciones
poéticas nos han transmitido su especial cosmovisión religiosa. Ellas
encontraron una fórmula cultural creativa (el centón literario) para
interpretar la Biblia y darla a conocer. Por ello merecen ser recordadas al
lado de los autores cristianos que interpretaron las Escrituras con las
categorías filosóficas de su época.
[1] Proba, Poema Sagrado, “Sobre los méritos de
Cristo”, Biblioteca de Patrística, nº 99, Editorial Ciudad Nueva, Introducción, Traducción y Notas de María
José Cabezas Cabello, 2015.
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