El acuerdo del ayuntamiento de Ubrique más antiguo que se conoce
Gentileza de Juan Luis S.
Por Esperanza Cabello
Nota: decidir el título de esta entrada ha sido muy difícil, porque los datos de los documentos siguientes son muy diversos, pero a modo de introducción dejamos escritos los cuatro primeros títulos que hemos barajado:
-El primer grifo de agua corriente de Ubrique
-Juan Vicente Vegazo, el descubridor de Ocurris, podría ser curtidor y dueño de una tenería
-Las primeras siete fuentes de Ubrique
-El primer batán con agua corriente de Ubrique
La suerte nos ha sido muy propicia en los últimos días, nunca hubiéramos imaginado que llegaría a nuestras manos un documento tan singular, curioso e importante. No solo por la antigüedad y magnífica conservación que tiene el documento en sí, sino por el tema y los personajes que en él se incluyen.
Se trata de una "comisión de gobierno" del uno de junio de 1803, de la que levanta acta Miguel Ángel Robles, escribano del reino (cargo similar al del secretario) y que presidía el corregidor, don Gil Alfonso Calderón y Velasco. Los integrantes de este pleno eran, con palabras de 1803, los siguientes:
Lizenciado don Gil Alfonso Calderon y Velasco, Abogado de los Reales Consejos, Corregidor
don Juan de Olivares y don Bartolomé Carrasco Yuste, Alcaldes Ordinarios,
don Antonio Romero y Carrasco, Alguacil Mayor:
don Mateo Bohórquez y don Miguel Domínguez Menacho, Rexidores:
don Carlos Marin, Diputado del Común:
don Cristóbal Zarco Mancilla, Jurado:
don Rafael Vegazo, síndico Procurador General
don Miguel Romero Solano, Síndico Personero
En esta comisión de gobierno se estudia al petición de un vecino, don Vicente Romero, que solicita traer agua a su casa en la calle del Perdón (justo enfrente de la iglesia).
Nos ha encantado ver no solo cómo funcionaba el ayuntamiento en 1803, sino cómo se distribuía el agua del nacimiento del Benalfí entonces.
Había varias fuentes:
-La fuente de Benafis (sic)
-Una pila con cuatro caños en la plaza pública
-Una pila con cuatro caños en la plazoleta de Zamora
-Una pila de cuatro caños en el convento de capuchinos
-Una pila de un caño en la fuente contigua a la calle Nacimiento
-Una pila de un caño en la tenería de don Juan Vicente Vegazo (¿Sería el descubridor de Ocurris?)
-Una pila de un caño en el hospital de don Pedro Romero (en el San Pedro)
- Una pila de un caño en la calle Nueva
-Proyecto de una pila en la plaza de la Trinidad
Don Vicente Romero solicitaba poder poner un caño también en su casa, para uso particular y del batán que en ella se encontraba, para ello proponía pagar, a sus costas, el encauzamiento de toda el agua del manantial del Benalfí hasta la primera fuente (los nueve caños), sin dejar que se derramara.
Conclusiones finales del cabildo celebrado el uno de junio de 1803
Gentileza de Juan Luis S.
Este permiso le fue concedido con varias condiciones, que perfectamente describe el escribano, Miguel Ángel Robles, quien hizo una copia del acuerdo del Concejo, Justicia y Regimiento (del pleno) para entregársela a don Vicente Romero, quien, en el plazo de dos años, concluyó la obra y entregó el certificado del alarife (maestro albañil) indicando cómo se habían hecho los trabajos según ley.
La impresionante firma de don Miguel Ángel Robles, recreada por José Antonio Martel
Como decíamos al principio, nos consideramos muy afortunados, y tenemos mucho que agradecer; en primer lugar, dar las gracias a Juan Luis por habernos enviado todo el expediente de solicitud del agua, las deliberaciones del ayuntamiento, la comunicación y los certificados de obras.
En segundo lugar, agradecemos a nuestro compañero Antonio Domínguez su destreza con los manuscritos antiguos, que nos ha permitido leer hasta la última letra de los escritos y que publicaremos próximamente.
En tercer lugar, dar las gracias de nuevo a nuestro compañero José Antonio Martel por regalarnos su pericia artística, recreando la espectacular firma del escribano, Miguel Ángel Robles, con esas letras iniciales entrelazadas y ese roble/cruz que se levanta por encima de sus escritos. Las rúbricas, como puede verse en el original, son igualmente llamativas e historiadas.
Nos sentimos muy orgullosos de haber podido sacar a la luz este documento tan interesante para la historia del pueblo, fechado siete años antes de que los franceses quemaran el lugar y todos los archivos del ayuntamiento, que se ha conservado de generación en generación en la familia de los descendientes de Vicente Romero, y que se ha convertido, por lo que sabemos, en el documento más antiguo que conservamos de un acta cotidiana de la reunión del Concejo, Justicia y Regimiento de Ubrique, pues se conservan las copias del Catastro de Ensenada, de mediados del siglo anterior, pero eran reuniones específicas para completar este catastro.
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