Así se veía la pantalla del cine en Ubrique durante la proyección del video
Fotografía gentileza de Salvador Romero Venegas
Sobre una fotografía de David Bulpe
Montada por Luis Eduardo Rubio Bernal
Por Esperanza Cabello
Ayer fue un día cargado de emociones para muchos de nosotros, nuestro Ayuntamiento nombraba al primer Hijo Predilecto de Ubrique, don Bartolomé Pérez Sánchez de Medina, en una ceremonia solemne cargada de emociones y exquisitamente preparada y proyectada.
Hay un refrán popular que dice "El que viene a mesa puesta no sabe lo que cuesta", y es verdad que muchas veces no nos damos cuenta del grandísimo trabajo que hay detrás de cada evento, de cada celebración.
Hace un buen montón de meses que los responsables han estado pensando, preparando y organizando para que este día fuera especial de verdad. Nosotros no conocemos realmente cuántos pequeños preparativos ha habido, pero seguro que no nos quedamos cortos si afirmamos que han sido miles.
Invitaciones, publicidad, protocolo, internet, sillas, mesas, partituras, fotografías, flores, medalla, portafolios, regalos, ropa, textos, discursos, ensayos con la coral, elegir la música adecuada, las canciones que mejor vienen para esta celebración, uniformes, pañuelos rosas, ensayos del equipo de luces, del equipo de sonido, del reproductor, comprobar que la pantalla sube y baja, el piano, los atriles, la estructura de la coral, más protocolo, los portavoces municipales, más discursos, el texto del pergamino, el pergamino, los sellos, las cintas, el marco, el velo rojo, el atril del pergamino, una cajita preciosa de taracea para guardar la medalla, la inscripción de la medalla, la prensa, los videos, las cuñas en la radio, las ruedas de prensa de los partidos, las fotos, trescientos invitados, nervios, ilusión, alegría, expectación...
Llevamos un par de días pensando lo complicado que es y lo magnífico que ha sido que todo funcione a la perfección, y nos descubrimos ante la capacidad de organización y sincronización de quienes han pensado los detalles. Hemos sido testigos esporádicos de la minuciosidad con la que se han sincronizado los tiempos, pues en esta ocasión hemos jugado un papel que nos ha permitido vivir todo un poco más de cerca: nos ha tocado preparar el documental que iba a proyectarse (en este enlace).
Cuando preparábamos en diciembre de 2013 la primera reunión de Ubrique en el Recuerdo, pensamos en hacer un homenaje a don Bartolo y nos dirigimos directamente a don Joaquín Coveñas, el Secretario General del Ayuntamiento, para saber cuál era el procedimiento para nombrar a un vecino Hijo Predilecto. Entonces supimos que jamás ningún ubriqueño había recibido tal distinción y cómo habría que organizarlo.
En aquella ocasión pensamos en hacer una placa y un video homenaje, pero un inesperado viaje de Bartolo en enero de 2014 hizo que tod quedara en preparativos.
Hace unos meses, cuando después de todo el trabajo que muchos ubriqueños, siguiendo las iniciativas de José Morales, Antonio Gutiérrez y varios colectivos (nos encantaba ir a la tienda, a la farmacia, hasta a la cafetería del instituto y que nos invitaran a firmar) el nombramiento se hizo efectivo, llegó el momento de preparar, con toda la solemnidad que corresponde, todos los detalles para que el gran día resultara, como así ha sido, todo un éxito.
Nuestra parte en toda esta urdimbre era aparentemente simple: preparar un documental (en este enlace) que recogiera la vida de don Bartolo, su trabajo, sus obras y que fuera a la vez un homenaje.
Por supuesto que nos tuvimos que compinchar con varias personas, con David Bulpe, que estuvo con nosotros durante una primera entrevista grabando y haciendo fotos; con Mariola, la hija de don Bartolo, que nos proporcionó algunas fotos y dos preciosos videos de los nietos; con Carmen, la hermana de don Bartolo, que nos trajo fotos antiguas de la familia y nos habló con gran afecto de su hermano; también con las publicaciones de algunos amigos en internet y con el archivo de nuestros padres: afortunadamente Bartolo había sido compañero de estudios universitarios de nuestra madre y compañero de profesión de nuestro padre y todos se admiraban recíprocamente. Así que en el archivo familiar hemos encontrado sin problemas publicaciones, dedicatorias, versos, fotografías y libros que nos han ayudado a hacernos una idea de cómo sería el documental.
Serían tres partes: la primera, un poema dedicado a Ubrique en los setenta que había sido filmado en la película de Ubrique de la que Bartolo había sido guionista; la segunda, unas doscientas fotografías a las que acompañaría una alocución explicativa; la tercera, los saludos de los familiares, y finalmente los agradecimientos.
Redactar el texto, seleccionar las fotos y decidir cómo tendría que ser el documental era la parte fácil, ya solo quedaba lo imposible, que era dar forma a todo y conserguir un resultado impecable.
Para conseguir el resultado final había que reproducir la película de super 8, cambiar el formato y adaptar los fotogramas para el proyecto. Después colocar los centenares de fotos dándoles a cada una un tiempo determinado ajustando las transiciones a la alocución, hacer coincidir imagen y sonido a la décima de segundo, ajustar los videos sin perder fotogramas... y jamás habríamos podido hacer este trabajo sin la dedicación, el tesón y la paciencia de nuestro marido, Luis Eduardo Rubio Bernal, que se ha dedicado a este proyecto con la tenacidad que merecía y un poquito más. Realmente no podríamos llevar a cabo casi ninguno de los trabajos que hacemos si no fuera porque la parte técnica, la difícil, le toca siempre a él.
También hemos de agradeceer a Manuel Ángel Chacón que ha hecho todos los viajes necesarios al Francisco Fatou para asegurarse de que se veía y se oía con la mejor calidad posible en la gran pantalla.
También hemos de agradeceer a Manuel Ángel Chacón que ha hecho todos los viajes necesarios al Francisco Fatou para asegurarse de que se veía y se oía con la mejor calidad posible en la gran pantalla.
El resultado es, por supuesto, mejorable, por lo visto le hemos quitado un par de añitos a Conchi (mejor así) y nos hemos saltado un pregón de carnaval (¡Es que este hombre ha hecho tantas cosas!). Pero está hecho desde el corazón, con todo el cariño y la admiración que profesamos a nuestro primer maestro de francés en el Bachillerato Radiofónico (en el caso de Esperanza) o nuestro maestro de lengua en el Fatou (en el caso de Luis).
¡Va por ti, don Bartolo, de parte de dos de tus antiguos alumnos, este es, de nuevo, tu documental!
Don Bartolomé Pérez Sánchez de Medina
Fotografía de David Bulpe
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