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lunes, 16 de abril de 2018

San Mateo, para el futuro Museo de la Virgen de los Remedios

Imagen de San Mateo
Óleo sobre lienzo siglo XIX


Por Esperanza Cabello

Hace unas semanas nuestro hermano Leandro nos dijo que están preparando en el convento un pequeño museo-exposición de objetos religiosos relacionados con Nuestra Señora de los Remedios y con el Beato Diego José de Cádiz.
Ya en anteriores ocasiones habíamos hecho entrega al convento de algunos objetos relacionados con Nuestra Patrona (objetos de culto y un cuadro de la Virgen de los Remedios que cuando era pequeña le había tocado a nuestra madre en un sorteo), y ahora ha sido el turno de nuestro San Mateo.
Este cuadro es muy representativo para nosotros de la historia de Ubrique, encierra en sí mismo un trocito de historia:
 
Había pertenecido a la familia de Juana Saborido Izquierdo, prima hermana de nuestro abuelo Leandro. Precisamente en casa de Juana Saborido había ido a refugiarse el alcalde Marcos León López cuando asaltaron Ubrique las tropas sublevadas.
Los falangistas que llegaron al pueblo lo estuvieron buscando algunos días y alguien daría un chivatazo, porque de pronto se fueron directamente a casa de nuestra tía Juana, en la Callejuela de la Cárcel, se oyeron unos tiros y al ratito pasó el pobre "Marquito" -como lo conocían cariñosamente en el pueblo- esposado entre cuatro falangistas (en este enlace podemos leer el relato de ese momento con los recuerdos de nuestra tía Isabelita Álvarez). Esa noche lo mataron en una cuneta.

Seguimos con San Mateo. Al morir nuestra tía Juana Saborido los familiares más cercanos éramos nosotros, así que sus cosas las recogió nuestra abuela Natalia. Entre ellas estaba este San Mateo, que presidía el salón de su casa. Nosotros estábamos ayudándola a recoger y vimos que el cuadro tenía un par de agujeros redondos pequeñitos. Le hicimos ver los agujeros y nos dijo "lo mismo son de los tiros". No sabíamos, en aquel momento, a qué tiros se refería, de hecho no lo supimos hasta hace poco.
Nuestra abuela nos regaló el cuadro, además de algunos otros recuerdos de nuestra tía Juana, unas tacitas, unos pucheros y unos trapitos hechos de trocitos de tela de camisa, pues Juana era camisera y de las buenas.
A nuestra madre le gustaba especialmente este San Mateo, pero como  estaba muy deteriorado, hicimos que el artista restaurador Joaquín Domínguez restaurara la pintura. Joaquín hizo un trabajo extraordinario, y regalamos el cuadro a nuestra madre,  desde entonces estuvo en la casa de nuestros padres. 
Muchos años después pudimos unir la historia de Isabelita y la captura de Marcos León López con los posibles agujeros de bala del cuadro de San Mateo. Ya nunca podremos saber si realmente eran de aquel momento, pero este triste episodio estará siempre ligado a la historia del cuadro.

Ahora hemos donado, en nombre de nuestra madre,  nuestro San Mateo al Museo del Convento, y aprovechamos la oportunidad para animar a todos los ubriqueños y ubriqueñas que puedan tener algún recuerdo, algún objeto, algún cuadro o algún libro que pueda ser interesante para que lo entreguen y así completar la colección del museo, que ya es espectacular.


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