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miércoles, 19 de septiembre de 2018

La huelga de 1933 en Ubrique

Memoria de la Huelga Revolucionaria habida en Ubrique en los días 11 al 18 de enero de 1933
Archivo Municipal de Ubrique
Gentileza de Conchi Benítez



Por Esperanza Cabello

Nuestra amiga Conchi Benítez, siempre a la búsqueda de datos de su familia y de Gregorio Crespo, nos ha enviado unos documentos muy curiosos transcritos del Archivo Municipal de Ubrique.
El primero de ellos es la memoria de una huelga que hubo en Ubrique en enero de 1933, redactada por el Secretario del Ayuntamiento, Miguel Reguera, y con el Visto Bueno del Alcalde, José Esquivel.
Agradecemos a Conchi la amabilidad de enviarnos este extraordinario documento.



 Firma de los representantes municipales el 19 de enero de 1933
AMU



MEMORIA DE LA HUELGA REVOLUCIONARIA HABIDA EN UBRIQUE EN LOS DÍAS 11 AL 18 DE ENERO DE 1935



En la mañana del 11 del actual tuvo noticias esta Alcaldía de que en las salidas de la población estaban estacionados varios grupos del Centro Obrero de Agricultores, que está afiliado a la Confederación Nacional del Trabajo, que requerían y obligaban a los trabajadores que se dirigían al campo a trabajar, para que no fuesen y se declarasen en huelga revolucionaria emulando los acontecimientos de desmanes que se efectuaban en Barcelona, Valencia, Zaragoza y otras poblaciones.

A medida que avanzaba el día, el número de huelguistas ascendía y era rumor insistente de que en la noche de dicho día se producirían sucesos lamentables.



La Alcaldía que cuenta con muy escasa fuerza de Guardias Municipales, reunió en la casa Consistorial al Ayuntamiento, Juez Municipal, Oficial de la Guardia Civil Jefe de esta línea y ex-alcaldes presentes en la localidad, dándoles cuenta de la situación, manifestando todos que en efecto tenían noticias de lo que ocurría, manifestando el Oficial de la Guardia Civil que con las fuerzas del Puesto, algunas parejas que vendrían de los puestos inmediatos y algunos números más que se pidieran al Gobernador Civil, creía garantizado el orden.



En vista de esta manifestación y de que se procediese con la prudencia necesaria, se acordó estar en espectación (sic) y proceder en consecuencia.

Se participó la situación al Gobernador Civil, a los Jefes de Correos y Telégrafos de esta villa y se requirió el auxilio de la Guardia Civil y Carabineros para caso de ser necesarios, y teniendo en cuenta lo expuesto por el Oficial de la Guardia Civil, se pidió al Excmo. Sr. Gobernador Civil el envío de algunas fuerzas más de dicho Instituto.



Continuó esta situación inquietante y el día 12 por la mañana se tuvo noticia de que la Sociedad de Obreros Zapateros y Curtidores, pertenecientes ambas también a la Confederación Nacional del Trabajo, se habían sumado a la huelga y que recorrían los establecimientos para que cerraran dejando un papelito sobre la mesa donde le servían, con el sello del Centro de Agricultores, ordenándoles el cierre, que consiguieron efectuar en dos establecimientos que posteriormente abrieron por orden de la Alcaldía. De algunos de estos papelitos se incautó el Oficial de la Guardia Civil que instruyó el atestado correspondiente, entregándolo al Juzgado.



Continuó así hasta el 13, que se sumaron algunos Petaqueros a los huelguistas, y a las doce del día con motivo de la celebración de un entierro civil, aprovecharon la ocasión de hallarse reunidos en las proximidades del Cementerio, celebrando un mítin sin previa autorización donde el anarquista Rafael Ruiz Velasco excitó a los obreros a la rebelión contra el poder constituido, y dirigiéndose en masa la manifestación a la Casa Ayuntamiento dando vivas al comunismo libertario, pretendieron asaltar el edificio, no efectuándolo por impedirlo la Guardia Civil previamente aprestada a la defensa.



Por este motivo y por la expresada fuerza fue detenido y puesto a disposición del Juez el citado Ruiz Velasco, que al conducirlo la Guardia Civil a Grazalema, a disposición del Juez de Instrucción, trataron de oponerse por la fuerza, pero al ver la decidida actitud de la Guardia Civil tuvieron que desistir, aunque dirigiéndole las injurias más graves y los insultos más soeces que decirse puedan.

La prudente actitud de la Guardia Civil evitó una solución trágica que estuvo muy a punto de ocurrir.



Se rumoreó después que los extremistas disponían de explosivos, rumor que se confirmó después por haber tratado de volar una alcantarilla de la carretera para cortar las comunicaciones.

Próximamente a las ocho de la noche, se reunieron varios grupos muy considerables en la Plaza de la República que estaba guardada por la Guardia Civil y parapetándose tras el coche ómnibus correo de Ronda que llegaba en aquel momento, empezaron a dirigir insultos a la Guardia Civil con voces de: A ellos; A las armas, lo cual motivó que el Oficial ordenara cargar las suyas y avanzasen, ante cuya actitud se disolvieron de momento.

A los pocos minutos un grupo de cuatro individuos armados de escopetas se situaron en la parte Norte del pueblo y otro grupo en la parte Sur, que tenían por objeto el primero asaltar la casa del Alcalde y tanto este grupo como el colocado en la parte Sur, atraer la atención de la escasa fuerza de la Guardia Civil a los dos extremos de la población, entre tanto que un tercer grupo se dirigiría a la Casa Ayuntamiento para incendiarlo y colocar en el balcón la bandera comunista. Otro cuarto grupo se dirigió a las afueras de la población cortando dos postes del alumbrado público para dejarla a oscuras y trató de volar una alcantarilla de la carretera con un explosivo.



La acertada distribución de la fuerza por el Jefe de la Guardia Civil dentro del casco de la población, evitó el asalto de la casa del Alcalde, el incendio del Ayuntamiento y que se izara la bandera comunista en el mismo.

Si los anarquistas no consiguieron su objeto en estos dos puntos últimos, produjeron una gran intranquilidad en el vecindario por tener que estar aprestados toda la noche a su defensa en vista de los hechos y de las amenazas que no paraban un momento de circular entre el vecindario para intimidarlo, si bien ya vencida la noche y con la llegada de la fuerza de Asalto, renació algo la tranquilidad, permaneciendo en esta situación hasta el día 14, que se sumaron a los huelguistas el resto de los Petaqueros y que considerándose fracasado el movimiento, intervino de lleno la Autoridad Judicial en cuyas manos está el asunto.



No obstante el personal obrero de distintos gremios permaneció en huelga pacífica hasta el día 18, que todos se reintegraron al trabajo y se estableció la completa normalidad.



Ubrique a 19 de Enero de 1933



El Secretario. Miguel Reguera (firmado)


Visto Bueno El Alcalde. José Esquivel (firmado)



Contra esta actuación municipal hubo, en el mes de marzo, una manifestación de la que se hizo eco la prensa, como podemos leer en este enlace.

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