Hoy nos despedimos, con mucha penita, de Puchi, uno de los miembros perrunos de nuestra familia. Para muchas personas es impensable que la muerte de un animal pueda ser tan triste, pero quienes valoramos a los animales y nos encariñamos con ellos sufrimos con su sufrimiento.
Puchi ha sido una perrita feliz, la libramos de una muerte segura en diciembre de hace doce años, era chiquitilla y nunca creció mucho, pero era saltarina y alegre.
Ha sido la fiel compañera de nuestra Trufa y las dos han tenido una vida feliz, cuidadas y tranquilas, libres y tranquilas.
Muchas gracias por la compañía, las alegrías y los buenos momentos. Nos dejas a todos un poquito más solos. ¡Hasta siempre, Puchi!
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