LA FABRICACIÓN DE SOMBREROS EN UBRIQUE
Los sombreros de Ubrique tuvieron una gran relevancia a
finales del siglo XIX y hasta mediados del XX. Los hermanos Arenas Rubiales
fabricaban sombreros de todo tipo: sombreros cordobeses, mascotas, castoras, de
paja y hasta gorras.
La fabricación del sombrero se hacía con pieles más suaves y
flexibles que las utilizadas para marroquinería (por ejemplo, pieles de
conejos), y también con paños que se fabricaban en los batanes de Ubrique.
Este proceso empezaba en la fula (ese era el nombre dado al
taller, curiosamente fula es una de las operaciones necesarias para la
fabricación del fieltro), estaba en la calle Prim, había dos talleres más, en
la calle del Agua y en la calle San Sebastián.
En la fula las mujeres iban quitando el pelo a las pieles de
conejos, mojándolo y poniéndolo en las máquinas que les daban forma. Con unos
curiosos moldes con forma de sombrero de copa y un montón de cilindritos negros
móviles se tomaban las medidas de cada sombrero y una vez creado les cosían las
cintas, las badanas y un lacito blanco en el interior. Finalmente se planchaba
cada sombrero, ese planchado era fundamental.
En la muestra vemos a Encarnación Carrasco Blanco, Francisco
Arenas Rubiales, Natalia Arenas y Celia Rubiales en 1927.
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