La imagen de Nuestra Señora de los Remedios en la puerta de la parroquia
Ubrique ¿1965?
Por Esperanza Cabello
Hace ya una semana que los actos en honor a la Patrona de Ubrique comenzaron, precisamente cuando la imagen fue trasladada desde el convento de capuchinos hasta la parroquia el pasado 25 de agosto (en la página de la Hermandad podemos ver las fotografías).
Nuestro tío José María dedicó unas palabras a este traslado:
*!Peregrina belleza! ¿Dónde
caminas? " A que los ubriqueños la sientan más cercana para postrarse a
sus pies. Y los que vivimos fuera, admirarla en su paso, agradecerlo a
quienes nos la hacen tan proxima, a los fieles portadores entre los que,
un año más, lo hace mi sobrino Francisco. Y por hacernos recordar, a
quienes nos pesan los años, "cuántas veces, Madre, recé la Salve"
Comienza la novena, nueve días de predicación y mucho movimiento en la iglesia, donde, entre otras actividades, hemos podido oír el pasado miércoles la misa cantada por Canticorum (en este enlace).
Hoy es el Día de los Fuegos. Esta noche habrá, como cada año desde que tenemos memoria, un castillo de fuegos artificiales en honor a la Patrona que finalizará pasada la medianoche, cuando sea el día de la Virgen. Y de nuevo encontramos las palabras de nuestro tío José María recordando estas fiestas y al antiguo encargado de los fuegos, Emiliano, ante una fotografía de Santiago Guerrero:
"Los Maza, los Peña y el San Antonio. Dentro del cuadro único de nuestra sierra. Y un artista, cámara en ristre, capaz de hacernos ver con un solo golpe de vista de tres realidades de Ubrique. Su viejo casco, lo moderno y la tradición piadosa. Todo en vísperas de los fuegos y de la Virgen. Solo los más mayores, entre las brumas del humo y el penetrante olor de pólvora y de pies, adivinamos la figura de Emiliano con el brillo de la mecha en su mano y desplegándose hacia la plaza un toro brillante de fuego y un enorme cartel, que nos encanta recordar y repetir "Viva la Virgen de los Remedios" !Gracias, Santiago!"
"Los Maza, los Peña y el San Antonio. Dentro del cuadro único de nuestra sierra. Y un artista, cámara en ristre, capaz de hacernos ver con un solo golpe de vista de tres realidades de Ubrique. Su viejo casco, lo moderno y la tradición piadosa. Todo en vísperas de los fuegos y de la Virgen. Solo los más mayores, entre las brumas del humo y el penetrante olor de pólvora y de pies, adivinamos la figura de Emiliano con el brillo de la mecha en su mano y desplegándose hacia la plaza un toro brillante de fuego y un enorme cartel, que nos encanta recordar y repetir "Viva la Virgen de los Remedios" !Gracias, Santiago!"
Y nosotros hemos encontrado en nuestro archivo familiar estas magníficas fotografías de un ocho de septiembre de 1964 o 1965. La primera es en la puerta de la parroquia. La Virgen, aún sin entronizar, preside un altar al aire libre, y los bancos de la iglesia están en La Plaza, imaginamos que esperando a la misa.
Las otras dos fueron hechas durante la procesión, en la calle del Agua. Da muchísima alegría ver todos los balcones llenos de niños y mayores al paso de la procesión. Es muy difícil reconocer a las personas, pero nos parece ver a Manola Moreno a la derecha de la imagen y a Julián Macías a la izquierda, uno de los porteadores.
Y también es muy curioso ver, en esta última fotografía algunos de los negocios de la calle del Agua. La Prensa Marisa a la derecha, casi en la esquina de la calle Prim, y justo enfrente la peluquería de Anita, donde iban nuestras tías.
Así que hoy comienzan las fiestas de Ubrique. Esta mañana el concurso de pintura rápida Pedro Lobato Hoyos; por la noche los fuegos; mañana las celebraciones en honor a la Patrona; el lunes fiesta local y a partir del martes... la feria.
¡Felices fiestas a todos!
Nota del mediodía, por José María Cabello.
Son las doce del mediodía del siete de septiembre. La fiesta que indica nuestro almanaque es la de San Ambrosio, Arzobispo de Milán que enalteció, como padre latino de la Iglesia, la celebración de la fiesta de mañana. La solemnidad de la Natividad de la Virgen. Y suenan como una lejana armonía las campanas de la catedral de Málaga, que diviso desde una de mis ventanas, preanuncio de la festividad mañanera de la Virgen de la Victoria, Patrona de Málaga y su diócesis, de la que Ubrique formó parte. Pero el sonido, el recuerdo y añoranza, con mi sentimiento, traspasan los montes que me rodean y el dulce repiqueteo de la Catedral me hace oír la voz cascada de la campana del San Antonio mezclada con la alegre sintonía de las dos fijas -el ton y el tan- y las dos al vuelo - tintin y tantan- que coronan el campanario de la Parroquia de Ubrique.
También percibo el chupinazo inicial que señala el inicio de las dobles fiestas de mi pueblo. La religiosa y la centenaria feria para el ocio. Unidas en las fechas, pero en bloques bien distintos. Y separadas. Soñaré esta noche, despierto, el esplendoroso espectáculo de luz y sonido con los fuegos de artificio. Y me imaginaré una vez más que se abren las entrañas de la sierra con la luminosidad de los cohetes y el ruido de los petardos. Por hoy, no va más. Me uno a la colectiva alegría de mis paisanos. Y dedicaré unas líneas a la que a todos nos une. Nuestra Patrona, la Virgen de los Remedios.
Son las doce del mediodía del siete de septiembre. La fiesta que indica nuestro almanaque es la de San Ambrosio, Arzobispo de Milán que enalteció, como padre latino de la Iglesia, la celebración de la fiesta de mañana. La solemnidad de la Natividad de la Virgen. Y suenan como una lejana armonía las campanas de la catedral de Málaga, que diviso desde una de mis ventanas, preanuncio de la festividad mañanera de la Virgen de la Victoria, Patrona de Málaga y su diócesis, de la que Ubrique formó parte. Pero el sonido, el recuerdo y añoranza, con mi sentimiento, traspasan los montes que me rodean y el dulce repiqueteo de la Catedral me hace oír la voz cascada de la campana del San Antonio mezclada con la alegre sintonía de las dos fijas -el ton y el tan- y las dos al vuelo - tintin y tantan- que coronan el campanario de la Parroquia de Ubrique.
También percibo el chupinazo inicial que señala el inicio de las dobles fiestas de mi pueblo. La religiosa y la centenaria feria para el ocio. Unidas en las fechas, pero en bloques bien distintos. Y separadas. Soñaré esta noche, despierto, el esplendoroso espectáculo de luz y sonido con los fuegos de artificio. Y me imaginaré una vez más que se abren las entrañas de la sierra con la luminosidad de los cohetes y el ruido de los petardos. Por hoy, no va más. Me uno a la colectiva alegría de mis paisanos. Y dedicaré unas líneas a la que a todos nos une. Nuestra Patrona, la Virgen de los Remedios.
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