Por Esperanza Cabello
Hemos estado conversando con nuestro amigo Zarva Barroso sobre una de las fiestas más espectaculares y características de nuestro pueblo. La tradicional fiesta de los gamones, que se celebra en Ubrique a principios de mayo.
Nuestro interés es saber en concreto qué origen podría tener la costumbre de explotar varas de asfodelos (nuestros gamones) en las hogueras (candelas) que se encienden en los barrios. Pero vamos a comenzar por el principio...
Para poder profundizar sobre este tema hemos tenido a bien consultar en internet un buen número de páginas de las que hemos ido extrayendo diversas conclusiones, incluyendo El Mundo, El País, Shamanrites, Desde Alájar, Cadizpedia, Wikipedia, Celtiberia.net, Historia y arabismo, la tesis doctoral de Guillermo Benítez Cruz sobre etnobotánica publicada por la universidad de Granada, etc. A todos ellos agradecemos la cantidad de información que nos han proporcionado. También hemos consultado, por supuesto, los textos de Fray Sebastián (que habla de la devoción a la cruz de Fray Buenaventura y el Beato Diego, y también de los jóvenes y los "algamones" de los campos, que se quemaban en varias fiestas religiosas), de nuestro padre, que le dedica varias páginas en su libro "Ubrique, piel al descubierto", de 1992, y de don Bartolo, que también menciona la fiesta en su libro "El habla de Ubrique", de 2004.
Los orígenes de las fiestas en mayo (en general) se remontan a las antiguas civilizaciones, entre ellas de fenicios y griegos,
que manifestaban su adoración a sus dioses y el agradecimiento por el cambio de estación y el comienzo de la etapa fecunda del año. La fiesta mayumea fenicia exaltaba la primavera. Esas costumbres fueron asimiladas por nuevas civilizaciones prerromanas, como la celta.
Los celtas celebraban el "Beltane", la fiesta del buen fuego, a primeros de mayo. El fuego es elemento purificador, et que te protege de los enemigos y hace brotar la vida al mismo tiempo. En los poblados celtas se hace durante el Beltane una gran hoguera en la que se quema lo antiguo, utilizando el poder purificador del fuego para regenerar, para celebrar la fecundidad de la tierra. En este enlace podemos leer qué es esta fiesta del fuego celta.
Esta tradición fue asimilada por los romanos en su adoración y culto a multitud de dioses. También asimilaron esta tradición mayumea
en honor de la llegada de la primavera y de las primeras flores del
año, el día que corresponde con el actual primer día de mayo. Todo
poblado romano tenía además de los dioses oficiales los propios
autóctonos.
En Hispania se adoraba a la diosa Bona Dea, también llamada Maya, Maia o Fauna, diosa de la fertilidad en la mitología romana con la que se celebraba la llegada de la primavera. Seguramente esta tradición sufrió variaciones con la llegada de la civilización árabe a los campos de Castilla, como la manifestación en cantos o rondas a la persona amada.
El cristianismo
ha asimilado multitud de fiestas paganas que se profesaban con
anterioridad a su implantación en fiestas religiosas. Así, en relación
con la Fiesta de Mayo, surgieron celebraciones como la Cruz de Mayo,
reemplazando el tótem sagrado por el símbolo cristiano.
Además las fechas se han hecho coincidir, pues en la liturgia cristiana la festividad de
"Las cruces de mayo" se celebra tradicionalmente el día tres de mayo, día en el que Santa Elena descubrió, en el año 326,
la cruz en la que según la tradición Cristo había sido crucificado.
Durante la dominación árabe parece que las creencias de origen preislámico fueron continuadas por las clases populares mozárabes y musulmanas (en este enlace), y que a pesar de que este tipo de celebraciones no estaban permitidas se mantuvieron. De todas formas hay constancia de que los rituales de fuego también se celebraban en África.
Las primeras celebraciones populares conocidas de la Cruz de Mayo son del siglo XVII. Lope de Vega escribió en su obra La mejor enamorada, la Magdalena una versión cristiana de la copla Este sí que es mayo famoso dedicada a la cruz de mayo:
Este sí que se lleva la gala que es la Cruz en que Dios murió.
Este sí que se lleva la gala
que los otros árboles no.
La cruz de la plaza de la Verdura, años sesenta
En nuestro pueblo la celebración de la Cruces de Mayo debe de remontarse al siglo XVIII. Sabemos que Fray Buenaventura de Ubrique era un gran devoto de la Santa Cruz, y que durante sus años de predicación fue el creador tanto del Vía Cruces que iba al calvario, como de las tres cruces que rodean al pueblo.
En este enlace podemos leer muchas de las historias de las cruces de Ubrique.
Imaginamos que la antigua tradición de civilizaciones antiguas de quemar los viejos muebles en grandes hogueras a principios de mayo se había conservado en nuestro pueblo, y que en un momento determinado estas hogueras, a las que en Ubrique llamamos candelas, comenzaron a hacerse alrededor de las cruces, que para eso había cruces en cada barrio, de eso se había encargado el Beato Diego.
Del mismo modo, al ser una fiesta ancestral de regeneración, una práctica ritual para alejar la muerte, y atraer sanación y fecundidad, los jóvenes que trabajaban en los campos de los alrededores tenían la ocasión de coincidir en estas fiestas, y comenzaron las canciones, los juegos de palabras y los famosos columpios, como forma de poder acercarse un poco de forma lúdica y a la vez ritual.
Hasta aquí un cuadro que podría ser corriente en cualquier lugar de nuestra geografía, pero ¿y los gamones?
Nuestro padre investigó y buscó, se metió de lleno en archivos y en la memoria viva de los ubriqueños, pero no halló ningún dato fehaciente que pudiera darle ninguna pista.
Nuestros abuelos sabían crujir gamones, lo habían aprendido de pequeños, y siempre habían oído hablar de los gamones. Uno de los topónimos ancestrales de nuestro entorno es "la cañada de los gamonales", que hace referencia al gamón (nombre cuya etimología veremos más tarde) que crece libremente, al ser una planta propia de terrenos pobres.
Pero nadie, absolutamente nadie, puede asegurar cuál es el origen de esta "parte" de la fiesta, que se ha convertido con el paso de los años en la parte más llamativa, más típica, más auténtica seguro que además de misteriosa es "mágica", nos gustaría pensar que a la manera de los druidas.
Los gamones se han usado en toda la cuenca mediterránea como combustible, podemos comprobarlo por ejemplo en esta interesantísima tesis (en este enlace) , el Estudio etnobotánico de la provincia de Mtruh (Egipto), de Nagla Mohamed Al-ashkar, de la facultad de Farmacia de la Universidad Complutense, en Madrid, y si utilizamos un buscador, podremos ver que la relación de los gamones y el fuego en el Mediterráneo ha sido recogida en decenas de estudios etnobotánicos.
La fiesta más cercana es La Quema de las Gamonitas, en Bollullos (en este enlace), que relaciona igualmente fiesta, gamones y fuegos, aunque es muy diferente de la nuestra. Hay otros muchos ejemplos, en Azuaga (en este enlace), los niños prenden los haces de gamones para empezar la Navidad.
Como ya hemos explicado en anteriores ocasiones, en un programa de radio en los noventa nuestro padre apuntó, como idea, que al ser usado como combustible, quizá el primer gamón lo explotó un pastor calentándose en una candela en la sierra (la planta del gamón arde muy bien), y que era posible que lo hubiera utilizado para asustar a los animales salvajes.
Como ya hemos explicado en anteriores ocasiones, en un programa de radio en los noventa nuestro padre apuntó, como idea, que al ser usado como combustible, quizá el primer gamón lo explotó un pastor calentándose en una candela en la sierra (la planta del gamón arde muy bien), y que era posible que lo hubiera utilizado para asustar a los animales salvajes.
También se planteó que podría haberse utilizado para asustar a los invasores franceses, aunque teniendo claro la imposibilidad de este dato, pues cada vez que los franceses llegaban los ubriqueños se iban sierra arriba y no se acercaban al pueblo hasta que los invasores se habían ido.
Pero la imaginación popular es muy rápida, y pronto corrió el bulo de los franceses, alimentado por los munícipes del momento que, queriendo dar énfasis a la celebración, invitaron a los franceses de la Recreación de El Bosque a desfilar en nuestras calles en los días previos al tres de mayo.
Afortunadamente, el cuento de los franceses no se ha alimentado más.
Aunque aún nos queda algo que arreglar, el nombre con el que registraron la fiesta: "La crujía de los gamones". No hay nada que nos moleste más que la mala ortografía (sin una comilla ni nada) para representar que somos andaluces; y que se hagan carteles perpetuando esas faltas de ortografía eso aún es peor.
Así que el origen de esta fiesta está entrelazado en las tradiciones ancestrales de las que somos herederos, y compartimos con otros muchos pueblos casi todos los aspectos de esta fiesta:
La devoción a la cruz, el fuego purificador, los rituales para alejar a la muerte, el cambio de estación, deshaciéndose de muebles y enseres viejos, los cantos populares, los adornos florales, las coplas de columpio (incluso las hay de autor)...
Pero colocar gamones en la candela, calentarlos hasta que hierve la savia y hacerlos explotar contra una roca con un tremendo estruendo, deseando la salud de alguien, eso no lo hemos podido localizar en ninguna fiesta de ninguna civilización de ninguna parte, lo que hace que nuestra
"Fiesta de los Gamones"
sea absolutamente singular. Y si mezclamos todos estos elementos en la coctelera de la tradición y de las fiestas, tendremos un día único y una celebración ubriqueña cien por cien.
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