Palabras de José María Cabello
Ya llegó el silencio. Ya comenzó la noche. Y en esta alegre fiesta, que algunos se empeñan amargarnos con el pasado, el Día internacional de la mujer es una alegría en el presente y una clara esperanza de igualdad en el futuro. Lo peor es considerarla una revancha o una reivindicación que desiguale el equilibrio en la unidad familiar.
Pienso en el buen número entre hermanas y sobrinas que adornan con su belleza y su valía nuestra orla familiar. Nos ganan por goleada en número y en sus vidas de profesional.
Distingue tempora et concordabis jura. Y otro principio de derecho romano “Genus per speciem derogatur".
Así que las hijas superarán a sus madres, que somos generaciones distintas y en cualquier rincón de la sociedad se encuentra una mujer no solo igual, sino mejor que el varón. Eso es lo ya conseguido.
A vosotras os toca lo más fácil. Romper el frágil cristal que os separa de los mandos, pasar de prejuicios y del falso intento de politización de una reclamación justa y absolutamente precisa para las sanitarias que nos salvan la vida con riesgo de la suya. Sois vosotras, hermanas y sobrinas las valientes, las heroicas. ¡¡Felicidades!! Os admira y quiere…
El decano Pepe
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