Páginas

viernes, 28 de febrero de 2025

28 de febrero, el Día de Andalucía

 


¡Qué es para ti Andalucía? Estas calas están llenas de recuerdos

 

Por Esperanza Cabello

En femenino singular

 

¡El Día de Andalucía! 

Hoy ha sido para mí un día de recuerdos, de reflexión y también de descanso. Esta bendita lluvia que nos acompaña me ha convencido de que lo mejor sería parar, respirar profundamente y dedicar un buen rato a leer y escribir.

El Día de Andalucía se ha cruzado en mi camino, haciéndome recordar aquellos tiempos que vivimos los que ya peinamos canas y que están, en muchos casos, casi olvidados.

Y este día es uno de ellos.

Al terminar los estudios de bachillerato en Ronda (en Ubrique aún no había instituto), y pasar la selectividad en Málaga, mis padres pensaron que lo mejor sería continuar en la universidad en Cádiz, así estaríamos los tres hermanos mayores juntos y más cerca de casa. Corría el año 1976, y España era muy, muy diferente de como la conocemos ahora.

Yo era "una niña buena", de pueblo, educada tradicionalmente en una familia con unos padres increíbles, una madre bondadosa y volcada en los suyos y un padre que trabajaba día y noche para que los siete pudiéramos vivir. Al llegar a Cádiz para empezar la facultad tenía dieciséis años y un desconocimiento absoluto del mundo al que me iba a enfrentar. 

Durante ese primer año se asentaron en mí valores y principios que se unieron a los familiares y han sido mis fortalezas desde entonces. 

Yo era, ante todo, una mujer; era pacífica; era estudiante, y la cultura y los libros fueron primordiales; era equitativa; y era, para mi propio orgullo, ANDALUZA.

Por aquella época existía aún aquel complejo de inferioridad de lo andaluz, hablábamos mal, bailábamos siempre, dormíamos mucho, nos reíamos de todo y unas cuantas paparruchas más. Lo malo es que hasta nosotros nos lo creíamos.

Poquito a poco, en aquel primer año de facultad, fui conociendo otros mundos, otras maneras de pensar, otras creencias, y el germen andalucista fue creciendo en aquel grupo de universitarios de una forma activa y sincera. Asistí a muchas reuniones, grupos de trabajo y estudio sobre la patria andaluza y proyectos. 

El año siguiente, en diciembre, llegó por fin el momento de decir bien  alto que los andaluces y las andaluzas estábamos aquí, y que no éramos menos que nadie.

¡Una manifestación! Qué barbaridad!!! Era 1977 y nosotros en una manifestación. 

Aquella fue una de las experiencias más gratas en mucho tiempo. Centenares de personas caminando tranquila y felizmente  por la avenida de Cádiz en dirección al centro, llevábamos globos blancos y verdes, banderas de nuestra patria y coreábamos consignas andalucistas.

Había familias enteras, niños pequeños, abuelos, padres, madres, amigos. Cantando, riendo, hasta bailoteando a veces. De vez en cuando surgía el miedo,  pues veíamos a "los grises" cerca, y ninguno quería quedarse detrás, era mucho mejor sentirse en el centro de la reivindicación.

¡Estatuto de autonomía para Andalucía! gritábamos a los cuatro vientos. Algunos de mis amigos conocían a Rojas Marcos, y nos encantaba que existiera un líder para nuestra entonces región.

Al día siguiente, o quizás más tarde, y con la resaca de aquella experiencia extraordinaria, supimos lo diferente que había sido todo en Málaga. ¡Habían asesinado a un muchacho! A un joven como nosotros que participaba en la manifestación de Málaga. "Una bala traidora le quitó la vida".

Con el miedo en el cuerpo, pero con más afán todavía, los andaluces seguimos, aún sin afiliaciones ni partidos concretos, trabajando por Andalucía.

Y qué orgullosa estaba yo un año más tarde, al saber que el alcalde de mi pueblo, don Emilio Rubiales, era primo hermano de mi padre, el primer alcalde democrático de Ubrique, un Andaluz con mayúsculas, que llegó a ser diputado. ¡Qué orgullo más grande!

Además, como era Emilio: sensato, sin alharacas, coherente, participativo, discreto, capaz...

Más tarde, un  28 de febrero unos años después, comenzó el proceso autonómico, también nos pusieron a los andaluces más trabas que a ninguna otra comunidad, pero, a pesar de todo, el Estatuto de Autonomía salió a la luz, y lo votamos y lo aprobamos.

 

 


 Bandera de Andalucía izada hoy por las autoridades ubriqueñas

 

Y así ha seguido la historia, como en tantas otras luchas, nunca hay que bajar la guardia, pero ahora es otro mundo, otra vida, otra consideración.

Desde aquellos primeros pasos balbucientes y un poco asustados hasta la normalidad actual ha habido muchos caminos seguidos, y ahora el 28 de febrero sabe a molletes con aceite, a verde y blanco, a globos de colores, a actos institucionales, a abuelos bailando al son del himno, a medallas de oro de Andalucía, a caritas pintadas en los colegios, a Pablo Alborán cantando, a la banda de música de mi pueblo tocando, a partituras, a flautas, a jóvenes andalucistas,  a Javier preparando el desayuno andaluz, a puente de Andalucía, a celebración, a familia... a recuerdos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sus comentarios son siempre bienvenidos. No publicamos comentarios publicitarios, ofensivos o incorrectos en ningún caso, y tampoco comentarios anónimos. Muchas gracias