Nuestra abuela Julia era sobre todo eso: una señora. La recordamos con admiración y cariño: inteligente, culta, piadosa, segura de sí misma, cariñosa, dicharachera, tranquila y fiel a sus creencias, atenta con todos y pendiente de todos. Como buena "Janeira", era una artista, en su juventud se dedicó, con mucho acierto y pasión, a la pintura, experimentando con materiales y temas diversos. Conservamos algunos de sus cuadros, unos de temática religiosa, otros costumbristas, otros de flores. Uno de sus orgullos fue que sus manos habían sido pintadas por Julio Moisés. Fue modelo de manos para el artista, quizás porque ella misma pintaba, como su padre, Manuel Janeiro Córdoba, y sus hermanos Manuel y Rogelio, la primera saga de pintores ubriqueños.
En su vida tuvo muchos buenos momentos y también algunos muy amargos, pero el halo de dulzura con el que la recordamos no la abandonó nunca.
Se casó muy joven con Francisco Cabello y pronto llegaron los hijos. Tuvieron la desgracia de perder a Francisco, pero Julia, Joaquina, Manolo, Ana María, José María y María Remedios fueron la alegría de sus vidas. Trabajadora incansable, cristiana piadosa y madre dedicada, dejó su huella en todos nosotros, incluso en los que la conocimos muy poco.
Recordamos de ella su cuidada escritura, su expresión diferente, su decisión y su empeño, a pesar de la enfermedad que la persiguió los últimos años de su vida. Tenía una pena, que ninguna de sus descendientes se llamaba Julia cuando murió, pero su última nieta se llama Julia, y su primera bisnieta, nacida el día de la Patrona de Ubrique, se llama Julia también. Después de ellas han venido muchas Julia, y cada una de ellas ha sido un homenaje a esta "señora" tan cercana y tan querida.
Si pudiera vernos hoy estaría orgullosa y feliz de toda su familia, casi tan orgullosa y feliz como el día de la boda de su hija pequeña, de su María Remedios, con la que la vemos en esta fotografía en el patio de la casa familiar, donde estaba también la fábrica y de la que tan buenos recuerdos tenemos.
Esperanza Cabello Izquierdo, abril 2009
Se casó muy joven con Francisco Cabello y pronto llegaron los hijos. Tuvieron la desgracia de perder a Francisco, pero Julia, Joaquina, Manolo, Ana María, José María y María Remedios fueron la alegría de sus vidas. Trabajadora incansable, cristiana piadosa y madre dedicada, dejó su huella en todos nosotros, incluso en los que la conocimos muy poco.
Recordamos de ella su cuidada escritura, su expresión diferente, su decisión y su empeño, a pesar de la enfermedad que la persiguió los últimos años de su vida. Tenía una pena, que ninguna de sus descendientes se llamaba Julia cuando murió, pero su última nieta se llama Julia, y su primera bisnieta, nacida el día de la Patrona de Ubrique, se llama Julia también. Después de ellas han venido muchas Julia, y cada una de ellas ha sido un homenaje a esta "señora" tan cercana y tan querida.
Si pudiera vernos hoy estaría orgullosa y feliz de toda su familia, casi tan orgullosa y feliz como el día de la boda de su hija pequeña, de su María Remedios, con la que la vemos en esta fotografía en el patio de la casa familiar, donde estaba también la fábrica y de la que tan buenos recuerdos tenemos.
Esperanza Cabello Izquierdo, abril 2009
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