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lunes, 25 de mayo de 2009

La boda de nuestros abuelos

Foto: Pedro Janeiro Abuela Julia con su familia y sus amigas pasando un día de campo cerquita del Rancho Janeiro.1919
 
 
 
Nuestra abuela Julia había nacido en Ubrique el dos de diciembre de 1898 . Pero a ella le gustaba decir que era del año 1900, y siempre se quitaba un par de años, porque su marido, nuestro abuelo Paco,había nacido el diez de enero de 1900, y no le parecía bien ser dos años mayor que su marido. Paco había llegado a Ubrique en 1907, con siete añitos, procedente de Argentina, donde acababa de morir su padre. Por lo visto fue todo un acontecimiento cuando la familia llegó a Ubrique, Doña Joaquina Orellana, la cuñada del párroco Don José Cabello, que llegaba con sus diez hijos desde el otro lado del mundo. Dicen que fue mucha gente a recibirlos, y que Rojillas, el pregonero, llevó al pequeño Francisco en hombros. Francisco empezó pronto a trabajar en la petaquería, y pronto también empezó el noviazgo de Francisco y Julia. Duró poco tiempo, y su hermana Ana fue la que ayudó a Julia con los preparativos, porque su madre ya había muerto. Lamentablemente su padre, Manuel Janeiro, también murió poco antes de la boda, por lo que la ceremonia tuvo lugar, pero sin celebraciones. Se casaron el once de septiembre de 1926, de madrugada . La novia llevaba un velo largo y negro que la cubría hasta los pies, porque estaba de luto. Y para celebrarlo sólo prepararon muchos dulces y los comieron en la casa familiar. 
 
Foto: Marín, Ronda, 1927
Julia Janeiro y Francisco Cabello unos meses después de su boda
Para el viaje de novios, Ana y Julia prepararon lo necesario: los recién casados se iban al Rancho Janeiro, que había sido adquirido por Manuel Janeiro cuando le tocó la lotería, y sólo necesitaban comida para unos días. Después de la boda Julia y Paco cogieron su burro y se fueron al rancho. Allí Julia preparó una cena, y de postre dulces. Como habían comido ya muchos dulces Paco quería fruta, pero no llevaban, así que la aventura de recién casados fue la siguiente: comer uvas en los campos vecinos para el postre de la noche de bodas. De todas formas, y por encima de las aventuras y las curiosidades, la familia se consolidó con muchos hijos y nietos. Nuestra abuela, mujer piadosa y devota de la patrona de Ubrique, encargó todos los años una misa en el mes de septiembre para celebrar su aniversario de bodas. Hemos pasado muchísimas veces con nuestro padre cerca del Rancho Janeiro, y hemos estado en la casa en alguna ocasión, y cada vez que pasábamos por la carretera de El Bosque y dejábamos atrás la cueva del Arenal, él nos decía: "Ese es el Rancho Janeiro, allí fué el viaje de novios de mis padres. Un buen sitio, cerquita del pueblo y con buenas uvas en los campos vecinos." 
 
 
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