Nuestra tradición de los Reyes Magos es una de las más celebradas en familia. Nuestro padre fabricaba canastos de Reyes a la manera tradicional para cada uno de nosotros, y más tarde para los nietos.
En Ubrique tenía lugar la cabalgata de Reyes normalmente, pero a finales de los años 60 por lo visto hubo algún problemilla y estuvo a punto de no celebrarse. Manuel Cabello ¿Cómo no? no podía consentir que eso ocurriera, así que, casi sobre la marcha e improvisando, reunió unos cuantos motocarros, convenció a los maestros de la escuela de Artes y Oficios (recuerdo a Baltasar pintándose la cara con un corcho quemado), buscó una burra para que María y José precedieran la Cabalgata y un montón de paquetes de caramelos.
Aquel año los niños de Ubrique también tuvimos cabalgata, y aunque ahora, mirando la foto, parezca una "carroza muy pobrecita", seguro que disfrutamos todos muchísimo, sin desperdicio de caramelos, sin empujones, sin prisas, sin peleas y sin ensuciar todo el pueblo con bolsas y papeluchos.
Porque el espectáculo de la cabalgata de ayer, tan en el siglo XXI como estamos, fue muy penoso: los caramelos sin que nadie los recogiera, las carrozas a toda velocidad y la multitud peleándose por recoger pelotas y peluches, sin importar que hubiera niños pequeños o personas mayores.
La verdad es que acabamos de borrar un montón de magia, quizás nos consuele un poco leer esta bella crónica del escritor Eduardo Galeano. ¡Feliz día de Reyes!
En Ubrique tenía lugar la cabalgata de Reyes normalmente, pero a finales de los años 60 por lo visto hubo algún problemilla y estuvo a punto de no celebrarse. Manuel Cabello ¿Cómo no? no podía consentir que eso ocurriera, así que, casi sobre la marcha e improvisando, reunió unos cuantos motocarros, convenció a los maestros de la escuela de Artes y Oficios (recuerdo a Baltasar pintándose la cara con un corcho quemado), buscó una burra para que María y José precedieran la Cabalgata y un montón de paquetes de caramelos.
Aquel año los niños de Ubrique también tuvimos cabalgata, y aunque ahora, mirando la foto, parezca una "carroza muy pobrecita", seguro que disfrutamos todos muchísimo, sin desperdicio de caramelos, sin empujones, sin prisas, sin peleas y sin ensuciar todo el pueblo con bolsas y papeluchos.
Porque el espectáculo de la cabalgata de ayer, tan en el siglo XXI como estamos, fue muy penoso: los caramelos sin que nadie los recogiera, las carrozas a toda velocidad y la multitud peleándose por recoger pelotas y peluches, sin importar que hubiera niños pequeños o personas mayores.
La verdad es que acabamos de borrar un montón de magia, quizás nos consuele un poco leer esta bella crónica del escritor Eduardo Galeano. ¡Feliz día de Reyes!
hola!si que es verdad que fueron muy rapidos este año...y que es una pena la de kilos y kilos de caramelos que al dia siguiente habia en el suelo!
ResponderEliminarun besitooo