Ubrique desde el Salto de la Mora
Foto: Manolo Cabello Izquierdo
Fotografías: Manolo Cabello
Seguimos con el recorrido por encima del "elefante", o sea, por la Sierra del Benalfi, donde se sitúa el Salto de la Mora. Decían en nuestra familia que quizás el nombre de la sierra tuviera algo que ver con que su silueta recordara la de un elefante (alfil en árabe) y la verdad es que realmente esta sierra nos recuerda a un elefante tumbado.
El recorrido que nos propone hoy Manolo es ya por encima del "lomo" del elefante, pasado el cortado del Salto de la Mora y justo desde la ventanita del Cuco, donde nos quedamos en la anterior entrada.
Esta entrada y este paseo están especialmente dedicados a nuestro tío Pepe Cabello (José María Cabello Janeiro) por expreso deseo de Manolo. En el reciente funeral de nuestro tío Antonio le estuvo contando sus impresiones sobre esta sierra de cuando era pequeño, cómo por ejemplo iba con su hermano mayor (nuestro padre) a las Arenitas y se tiraba por la resbalandeta detrás de su hermano, que era el lanzado.
Nuestro tío también recorrió nuestras sierras de chico, como todos los niños y niñas ubriqueños y, ahora que no tiene muchas ocasiones de recorrerla, queremos dedicarle este recorrido, para que siga recordando sus paseos de chico. (Un beso, tito)
La Ventanita del Cuco tras los peñascos
En la última entrada nos quedamos justo detrás de la Ventanita del Cuco. No nos hacemos en realidad una idea de lo agreste del terreno hasta que no nos alejamos un poquito con la cámara y podemos ver la cantidad de peñascos que hay, todos ellos con grietas y con un fantástico precipio, precisamente esas características del terreno hacían del Salto de la Mora un lugar magnífico para construir una ciudad.
Ubrique desde el Pico del Águila
La última vez que habíamos visto el Pico del Águila había sido desde abajo, en esta ocasión nuestro hermano se puso casi sobre el pico para fotografiar nuestro pueblo desde un punto de vista realmente espectacular. En la siguiente fotografía el San Antonio parece estar al lado del Pico del Águila, y da la impresión de que todo el barrio alto de Ubrique se ha acercado a la Sierra del Benalfi.
Espectacular vista del San Antonio desde el Pico del Águila
El Trilito: una curiosa formación rocosa
Avanzando un poquito más, y dejando atrás el Pico del Águila, se llega al Trilito, una formación rocosa que recuerda a los monumentos megalíticos, aunque, en este caso, se trata de un capricho de la naturaleza. En la fotografía no se aprecia bien, pero el hueco que hay entre las piedras es lo suficientemente grande como para que pase una persona, nos estamos aproximando ya a Ocurris...
El camino continúa...
Pero antes de llegar a los primeros llanos del Salto de la Mora aún queda un poquito de vereda por subir y por abrir. Por encima de esta impresionante pita (algún día contaremos cómo nuestros antepasados hacían cuerda con las fibras de esta planta) se ve cómo el camino está asegurado con unas grandes piedras que daban estabilidad a la vereda tan transitada hace dos mil años.
Las piedras del camino, pulidas por el paso
Y ese paso de tanta gente y tanto años se ve claramente en las piedras del camino. Aunque la vegetación había cubierto prácticamente toda la extensión del camino, ahora quedan al descubierto algunas piedras sobre las que se ve el desgaste del paso, están pulidas del paso de las personas.
Ubrique desde el Salto de la Mora
Por fin estamos arriba, atrás queda una subida un poquito complicada. Ha habido que trabajar mucho para despejar la vereda de la vegetación que había crecido por doquier, pero merece la pena. El panorama sobre el pueblo es espectacular, y en días claros como este se pueden ver hasta los nuevos barrios de la carretera de Cortes.
Los primeros llanos de Ocurris
Por el otro lado nos encontramos los primeros llanos de Ocurris, las primeras pistas de civilización. Están los majanos que se formaron en tiempos de Vegazo para dejar la tierra más libre, y en los que don Salvador de Sancha decía que seguramente se encontrarían muchísimos vestigios de los ocurritanos, aunque totalmente fuera de contexto, claro.
La inexpugnabilidad del lugar
Nos damos cuenta de lo bien elegido que está el lugar porque a ambos lados podemos ver los precipicios que protegían a los habitantes de Ocurris. Totalmente inaccesible tanto por un lugar como por otro. Desde lo alto de la Sierra del Benalfi se tiene una extensa visión de todas las montañas cercanas, y desde aquí arriba se pueden controlar perfectamente los accesos. Sin lugar a dudas Ocurris está construido en un lugar privilegiado.
Las primeras construcciones empiezan a vislumbrarse
Siguiendo por el paseo hasta Ocurris nos encontramos ya con las primeras construcciones. Recordamos las primeras excavaciones en los años setenta. Aquí aprendimos cómo se hacía una cata arqueológica y los arqueólogos descubrieron cómo las edificaciones se iban asentando unas sobre otras, mezclándose las diferentes épocas y las diferentes civilizaciones.
La entrada "habitual" al opppidum, desde el pico más alto de la zona
Ya casi terminado el paseo, nuestro hermano Manolo pensó en subir a la roca más alta que hay en toda la zona, y así lo hizo. desde aquí arriba se puede ver el camino de entrada, recién atravesada la muralla. Y, si nos fijamos bien en las fotos, veremos el precioso almendro, completamente blanco, que oculta otras construcciones.
Ya lo dice el refrán "Si pierdes enero, búscalo por el almendro". La vista panorámica desde lo más alto de la zona es magnífica.
En el último tramo de nuestro recorrido echamos un vistazo hacia atrás, y nos damos cuenta, una vez más, del increíble panorama que se nos ofrece a la vista. Realmente merece la pena la subida, y esperamos que empiecen ya los trabajos de mantenimiento de la zona para que todos puedan disfrutar de nuestro patrimonio histórico y natural.
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