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lunes, 24 de diciembre de 2012

La formación de las Rocas en la Provincia de Cádiz

Cartografía antigua


Por Manuel Limón
 y Esperanza Cabello


Llevamos varios meses trabajando para  esta entrada. La casualidad hizo que en junio, mientras estudiábamos la palabra "zurraque", diésemos con una parte de un manuscrito de don Francisco de Asís de Vera y Chilier,  (†1900), "Individuo de las Reales Academias de la Historia, San Fernando y Anticuarios de Francia, Vocal Naturalista de la Junta de Pesca del Departamento y Comandancia de Cádiz".
En ese manuscrito, de 1897, Chilier hablaba del caño de Zurraque y de varios asuntos geológicos que nos llamaron la atención, siempre relacionados con la provincia, así que, con paciencia, un poquito de imaginación y la inestimable ayuda de Luis Eduardo Rubio conseguimos hacernos con todo el texto, digitalizarlo y transcribirlo. 
Más tarde supimos que había sido publicado en los Anales de Historia Natural  publicados por la biblioteca del Real Jardín Botánico, aunque este texto en concreto sigue siendo un gran desconocido.
Al transcribirlo hemos conservado la grafía y la ortografía de la época, también la nomenclatura y los topónimos (algunos ya en desuso y otros incorrectos), a cada cual le corresponde localizar los modernos.
El trabajo que presentamos es fruto de la colaboración con nuestro amigo Manuel Limón Andamoyo, del blog "Rutas y Fotos",autor de las imágenes que ilustran todo el texto de Chillier, al que agradecemos su paciencia y dedicación en este trabajo y con el que publicamos conjuntamente el  presente  extracto de la Memoria.
Pinchando en este enlace podemos leer la "entrada gemela", preparada y publicada por Manuel Limón.



Sierra de Grazalema desde la Mesa de Ronda
Fotografía: Manuel Limón




MEMORIA SOBRE LA FORMACIÓN DE LAS
 ROCAS DE LA PROVINCIA DE CÁDIZ POR
 D. FRANCISCO ASÍS DE VERA Y CHILIER,  PBRO.
(Sesión del 15 de Septiembre de 1897.)

Difícil es, en verdad, dilucidar cumplidamente el tema que se procura esclarecer en esta Memoria referente á la «Formación de las rocas de la provincia de Cádiz, alteración de las costas en las vicisitudes de los tiempos y causas que la producen. » Su importancia y la escasez de los medios que están á nuestro alcance para formarla nos hubiera retraído de hacerlo, si no consideráramos que todo lo puede suplir nuestro buen deseo al intentar verificarlo. Con el objeto de reducirla en lo posible, nos limitamos á comenzarla presentando, ante todo y como base de ella una descripción orográfica de la provincia. Después tratamos someramente de los diversos terrenos que en ella se encuentran, haciendo en seguida una reseña de los trastornos que han afectado su suelo, y concluyendo con lo que á las costas se refiere.
La porción de la cordillera Bética que penetra en esta provincia, está subdividida por el río Guadiaro. La parte yacente al N. de la derecha de este río se divide en dos distintas regiones, formando la primera el grupo de montes al N. de la meseta de Arriate, que es prolongación del lomo divisorio de aguas entre el Guadalquivir y el Guadalhorce; cuyo lomo divisorio desde la meseta de Arriate divide las aguas del primero de estos ríos de las del Guadalete, y tiene alturas aisladas en llanos más ó menos accidentados: la segunda la constituye el grupo de montañas que se extiende desde la Mesa de Ronda en forma de ancha faja algo arqueada hacia el O. terminando de modo brusco en las costas del Océano, entre la desembocadura del río Guadiaro y el cabo de Trafalgar.


Mesa de Ronda desde el Cerro Coros
Fotografía de Manuel Limón



 La divisoria entre Guadalete y Guadalquivir empieza en Almargen, al N. de la meseta de Arriate, continuando al O. por la sierra Ferril (1.127 m sobre el nivel del mar), bajando luego el terreno y elevándose de nuevo en las sierras de Morón y Montellano, aunque no tanto. Sigue la divisoria por terrenos bajos en general hasta la pequeña sierra de Gibalbín (400m.) sobre el mar en su mayor altura, deprimiéndose luego el terreno en términos de no hallarse más que a unos 50m escasos sobre el mar, cerca de las casas del Cuervo. Después sigue al SO por una serie de pequeñas colinas que terminan directamente entre el mar, entre Sanlúcar de Barrameda y el Puerto de Santa María, siendo de alguna importancia las que forman la pequeña sierra de San Cristóbal, entre esta última ciudad y la de Jerez de la Frontera.
La otra porción tiene su origen en la meseta de Arriate. La divisoria entre el Guadalete y el Guadiaro se dirige en un principal al OSO. por la mesa de Ronda y otras alturas hasta incorporarse cerca de Grazalema, con la gran masa de calizas jurásicas que forman el grupo de montañas más importantes de toda la provincia.



 Sierra de Grazalema desde el Macizo de Líbar
Fotografía: Manuel Limón
Despréndense  de este grupo varios ramales. Uno de los principales es el que desde cerca del puerto del Algamazón se dirige al OSO por una sucesión de colinas no muy altas que dividen las aguas del Guadalete de las de su afluente el Majaceite. Desde las cercanías de Grazalema hasta el monte del Berrueco sirve de divisoria la masa de caliza jurásica que hemos mencionado, a los ríos Guadiaro y Majaceite; bifurcándose desde este monte la divisoria, un ramal continúa al S. hasta más allá de Jimena, separando temporalmente las aguas del Guadiaro de las de su afluente el Hozgarganta.

Otro ramal se dirige al SO. por las sierras Banuelo y de la Gallina, formando la divisoria entre los ríos Hozgarganta y Majaceite, hasta incorporarse a la sierra del Algibe, de las que se desprenden tres ramales principales: uno que partiendo de las cercanías del puerto de las Palomas al pie del Picacho, en la misma sierra, y dirigiéndose primero al O y después al SO por una serie de alturas de más o menos importancia termina en el cabo de Trafalgar, dividiendo las aguas de los ríos Guadiaro y Guadarranque, terminando frente al Peñón de Gibraltar. El tercero, algo más al O. tiene la misma dirección, siendo línea divisoria entre Guadarranque y el Palmones que se vierten en la bahía de Gibraltar. 





Gibraltar desde el tajo de la Corza en la Sierra del Bujeo
Fotografía: Manuel Limón


Este último río queda dividido de las aguas del Barbate por un lomo divisorio poco elevado, que partiendo del último de estos ramales, lejos de la sierra de la Gitana, se une transversalmente á la serie de alturas que paralelamente á estas montañas ocupa toda la región que media entre la margen izquierda del Barbate y el estrecho de Gibraltar.
Estos montes se hallan divididos por la laguna de Janda en dos porciones; una entre los ríos Barbate y Palmones por un lado, y la laguna de Janda por otro; mientras que el segundo grupo termina directamente en el mar, entre el cabo Trafalgar y la Punta de Tarifa. Este último grupo cierra la cuenca del Barbate que desagua por estrecha abertura. Forma, pues, el conjunto de altura entre Guadalete y Guadiaro cuatro grandes grupos.  
El primero es el más septentrional, en el que se levantan las principales cumbres de la provincia. Empieza á delinearse en la Mesa de Ronda y queda comprendido en el triángulo formado por los ríos Guadalete y Guadiaro en dos de sus lados, y el tercero por una línea que cortando ambos ríos sigue el curso del Hozgarganta, el puerto de Galís, la Garganta del Caballo y la parte del río Majaceite comprendido desde donde desagua este arroyo hasta su unión con el Guadalete en la Pedrosa. El terreno en las cercanías de la Mesa de Ronda es poco quebrado, constituyendo un lomo que á pesar de estar á 750 m. sobre el mar, apenas se eleva sobre el nivel de la dilatada meseta en que se halla la ciudad de Ronda. Tanto este lomo, como la meseta antedicha, está formado de terreno terciario, predominando calizas bastas y depósitos arenáceos. La protuberancia más notable que se observa en esta meseta es la Mesa de Ronda, que sobresale unos 200 m. sobre el nivel de la misma. Del pie de esta Mesa entre los ríos Guadiaro y Guadalete parten dos ramales que se cortan en ángulo casi recto, dirigiéndose uno al OSO. y el otro al NO. Este último separa por algún tiempo las aguas del Guadalete, que nace en la sierra del Pinar, de las del Guadalporcum, su afluente, que  recoge las arrojadas de la sierra Ferril, y meseta de Arriate, juntándose ambos ríos entre Algodonales y Puerto Serrano.




 Sierra de Líjar y Algodonales desde el Lagarín
Fotografía: Manuel Limón

 Desde la mencionada Mesa de Ronda sigue este ramal por la misma serie de colinas de poca elevación sobre el nivel medio del lomo divisorio, que forman esta parte de la serranía hasta unirse con la sierra de Monte Corto, gran protuberancia de caliza jurásica, unida á otra de la misma roca aunque de menos elevación, llamada peñón de Langarin, por una extensión de tierras de vivísimo color rojo, formadas de capas de arenisca micácea y arcillas endurecidas. En este lugar son extraordinarios los trastornos del terreno y notabilísimos los volteos y contorsiones de los estratos. Continúa el terreno más deprimido, aunque siempre áspero, hasta la sierra de Algodonales, abrupta elevación de 1.100 m. sobre el nivel del mar, también de caliza jurásica, á cuyo pie se une el Guadalporcúm con el Guadalete.
El otro ramal está formado en un principio por la misma caliza basta que constituye la Mesa de Ronda y á poco aparece debajo de él una arenisca amarilla cuya estructura, es muy dura y compacta. Al mismo tiempo se va elevando el terreno haciéndose más y más quebrado. Se cubre de muy buenos encinares teniendo cerca de Grazalema de 900 á 1.000 m. sobre el nivel del mar. Cerca de este pueblo se incorpora con la gran masa de calizas jurásicas, que forma uno de los más importantes grupos de la Serranía de Ronda, constituyendo una inmensa protuberancia de 20 km. de longitud por 10 en su menor anchura, y que también tiene parte de terreno neocomiano. A unos 4 km. de Ronda, á orillas del arroyo Cupi, empiezan á salir á luz las calizas secundarias recubiertas directamente por los depósitos terciarios que forman la Meseta de Ronda, hechos parcialmente á sus expensas y hallándose en extremo trastornados. Desde aquí, y paralelas al lomo divisorio entre Grazalema y la Mesa de Ronda empiezan á levantarse estas calizas hasta alcanzar las cumbres de la sierra de Libar entre este sitio y el Monte de Berrueco, alturas de más de 1.400 m. en el peñón de Benaoján. 
 El Peñón del Berrueco
Fotografía Luis Eduardo Rubio

Desde dicha sierra de Libar, cuya dirección próximamente es de ENE. á OSO. arranca en su extremo O. llamado Monte de Berrueco un ramal al S., que es la sierra Blanquilla, que termina en la Caballera cerca de Jimena de la Frontera. La sierra de Libar está limitada al S. por el río Guadiaro; y al N. la separa del resto de las montañas del NO. de la provincia, una estrecha abertura llamada Manga de Villaluenga.

 
La Manga de Villaluenga
Fotografía: Manuel Limón

 Esta abertura es una depresión formada por un eje anticlinal que de NO. a OSO. ha roto en lo más alto de la sierra las compactas calizas jurásicas superiores, haciendo salir á luz las deleznables pizarras rojas que en capas casi verticales forman el fondo de esta depresión que hace mucho tiempo se mantiene de 800 á 900 m. sobre el nivel del mar. Al otro lado de la Manga de Villaluenga y formando una de sus paredes, se eleva de pronto la masa caliza también secundaria, llamada sierra del Endrinal. Este macizo, con especialidad por el lado de Villaluenga á Grazalema forma por muchos sitios un asperísimo tajo, frecuentemente elevado á 300 ó 400 m. en su mayor altura, y unos 7 km. de máxima longitud, entre la citada Manga y el puerto del Royal. Desde este puerto, pequeña depresión que todavía está cerca de 1.200 m. sobre el mar, vuelve la sierra á levantarse más.


La Manga de Villaluenga
Fotografía: Manuel Limón



 En este sitio son extraordinarios los trastornos sufridos por los diversos estratos geológicos. La dicha depresión parece estar formada por un trozo de terreno nummulítico comprimido entre dos repliegues del terreno. Tiene para el geólogo interesantes caracteres, pues además de verse los estratos de areniscas torcidos y volteados de un modo extraordinario, se han convertido en algunos sitios las areniscas en durísimos jaspes verdes, habiendo tomado el terreno en algunos parajes una apariencia sumamente distinta á la que en general tiene en otras partes esta misma formación. Frente á la sierra del Endrinal y formando el otro lado del puerto, se levanta el áspero é imponente picacho de la Cruz de San Cristóbal á 1.562 m. sobre el nivel del mar, enclavado en la masa del cerro del Pinar, punto culminante de toda la provincia.





Pico de San Cristóbal desde el Puerto de las Cumbres
Fotografía: Manuel Limón


Este cerro es parte de la sierra del Pinar comprendido entre los puertos de Royal y del Algamazón, y que con sus dos contrafuertes las sierras de la Silla y Albarracín, es uno de los lugares más amenos. Su arbolado es muy corpulento. La sierra del Pinar está formada de dos trozos distintos, separados por la depresión que forma el puerto del Pinar, de los cuales el más importante es el llamado cerro del Pinar, nombrado por los navegantes cerro de San Cristóbal. Formado de caliza principalmente liásica, violentamente trastornada en los puertos del Royal y del Pinar.
San Cristóbal y Puerto del Boyar desde el Rancho de las Albarradas
Fotografía: Manuel Limón


El del Royal parece estar formado por un eje inclinal; más el del pinar por uno anticlinal que ha levantado la base de las calizas liásicas a más de 6.000 m. sobre el mar, saliendo por debajo de ellas la formación de calizas pizarrosas también liásicas, que es la base de esta parte de la sierra.

San Cristóbal desde la Sierra del Endrinal
Fotografía: Manuel Limón


Desde la aldea de Benamahoma hasta lo alto del puerto se sigue invariablemente por este eje anticlinal. Vése el contacto de las pizarras y calizas elevarse gradualmente hasta lo alto del puerto; pues en la misma aldea está el contacto de ambos depósitos a sólo unos 450 m. sobre el nivel del mar, cabalmente por donde rompe un considerable apuntamiento de ofita, cuyos yesos pasan de las calizas superiores, mientras que este contacto se va de modo gradual elevando hasta más de 1.000 m. sobre el nivel del mar. De cada lado de este cerro parte un espolón, uno al O. en un principio de 600 á 700 m., que se echa a poco al NO. y forma la sierra del Albarracín en su mayor altura de 1.000 m. sobre el nivel del mar y que termina justo al Bosque. Entre este contrafuerte y la sierra del Pinar nace el Majaceite.

Corredor del Boyar desde el Puerto del Boyar
Fotografía: Manuel Limón

 Paralela a la sierra del Albarracín y separada de ella por el arroyo Tavisna, está al SE. la de la Silla, áspera protuberancia de caliza jurásica también que termina cerca de Ubrique.
El otro espolón al NNe. con unos 1.300 m. de elevación. En su extremidad austral se haya la ciudad de Zahara. Este ramal separa por alguna distancia las aguas que bajan del puerto del Royal y de la sierra del Endrinal, formando ya el río Guadalete. El otro trozo de la sierra del Pinar forma una especie de trapecio entre los valles de Majaceite y Guadalete y los puertos de Algamazón y del Pinar. Esta masa de caliza se halla ligeramente deprimida en el centro y levantada hacia los dos bordes por donde pasan los ejes de fractura que forman los referidos puertos.



Sierra de Albarracín
Fotografía: Manuel Limón


Notable es que se halle el puerto del Pinar á 1.024 metros sobre el nivel del mar y sólo a 500 el del Algamazón. Encuéntranse tres protuberancias principales conocidas con los nombres de sierras del Hinojal y Blanquilla, pues los naturales dan este nombre de sierras también a las principales cumbres que en el conjunto de montes sobresalen. Varían de 1.200 á 1.400 m. de altura. Están hacia el Puerto del Pinar.



Puerto del Pinar desde el Torreón
Fotografía: Manuel Limón


Del lado del Algamazón hay otras tres principales llamadas Atalaya del Pajaruco y sierra Margarita á unos 1.200 m. de altura. Deprímese la sierra desde el puerto de Algamazón y la serie de montes que desde allí se desprenden escasamente merecen el nombre de sierras. Las del NE. de nuestra provincia afectan la dirección del NE. á SE.; mas la estructura de sus puertos é inclinación de sus estratos geológicos, es más bien de NE. á SO. Desde el puerto de Algamazón las colinas tendrán de 500 á 600 m. sobre el mar; mientras que los valles ó barrancos que las rodean se encuentran á poco más de 500. Las faldas de estos montes están con frecuencia formadas de yesos y dolomías, mientras que en sus cumbres se hallan otras rocas de terrenos jurásicos, cretáceos y nummulíticos.


Puerto del Algamazón desde la cima del Torreón o Pico del Pinar
Fotografía: Manuel Limón


De las cercanías de este puerto se desprenden dos ramales principales, uno al NO., que sigue la dirección de la sierra del Pinar y del Endrinal por una serie de montes inconexos que en el puerto del Timón todavía tienen cerca de 500 m. de altura sobre el mar. Termina este ramal á orillas del Guadalete entre Villamartín y puerto Serrano. Otro al OSO. primero y después al SO. abriéndose en forma de abanico hacia el S. y formando un conjunto de sierras interesantes en extremo que separan las aguas del Guadalete de las del Majaceite. Al principio este ramal se halla formado como el anterior, por una serie de alturas muy semejantes al del anterior, presentando el mismo carácter de terrenos yesosos en las faldas y de diversos depósitos sedimentarios en sus cumbres.

Zahara de la Sierra desde la Sierra de Líjar
Fotografía: Manuel Limón

Las primeras alturas de este ramal son las sierras de la Espuela y Pajarete, elevadas unos 600 m. sobre el mar. Continúa la divisoria al SO. de Prado del Rey por una serie de colinas que, siguiendo á OSO., descienden suavemente al valle del Guadalete por terreno entre llano, mientras que hacia el de Majaceite se hace muy quebrado, con bastantes alturas. Especialmente entre Ubrique y Algar es muy escabroso. Desde el SO. De Prado del Rey, los cerros que forman la divisoria entre los ríos Majaceite y Guadalete tienen formas redondeadas y se hallan formadas por placas de caliza nummulítica alternando con capas delgadas de arcillas. Esta formación se presta á ser destruida fácilmente por los agentes atmosféricos; mas desde la divisoria hacia el S., es sustituida por poderosas bancadas de arenisca también nummulítica. Estas, desde el N. de Algar pasan en unos sitios á la caliza cretosa blanca, que tan importante papel tiene en la parte O. de la provincia. En otros está recubierta por una caliza basta más reciente, en extremo dura y que forma todo el conjunto de alturas entre Guadalete y Majaceite al terminar la divisoria. Desde el N. de la sierra de Algar, no de Aznar, y hacia el valle del Guadalete, forma dicha caliza una ancha meseta de 200 á 300 m. de elevación sobre el mar, con frecuencia recubierta por los depósitos diluviales. Está cortada entre Arcos y Bornos por el Guadalete.


Arcos de la Frontera
Fotografía: Leandro Cabello



En la margen opuesta de este río, las alturas formadas por la caliza basta se llaman sierra del Calvario, y en dirección al NO. se extienden hasta más allá de Espera. Hacia el S. y en dirección al Majaceite esta meseta presenta algunas protuberancias, tales como las sierras Rabita, Ballejo y Aznar. Las líneas de máxima dislocación, rompiendo la caliza basta y haciendo aparecer las deleznables margas blancas nummulíticas y terrenos yesosos tan fáciles de ser destruidos por los agentes atmosféricos, han hecho que el valle del Arroyo Mazagán, que separa las antedichas protuberancias, se encuentre profundamente lavado y que sólo se halle á 80 ó 90 m. sobre el mar. Este conjunto de alturas se dirige al S. hasta cerca de la Pedrosa entre Arcos y Paterna, y se pierde por completo en la llanura donde se unen el Guadalete y Majaceite, cuyo sitio sóIo se encuentra ya á unos 40 m. sobre el mar.

Panorámica de la Sierra de Cádiz desde Bornos
Fotografía: Luis Eduardo Rubio



Como habrán podido comprobar, el texto de Chillier tiene el sabor añejo y especial de los textos científicos del siglo XIX, y seguramente esté plagado de incorrecciones geológicas, sin embargo entendemos que fue de gran importancia en su momento y, si quieren leer la Memoria en su totalidad, pueden acceder a ella en el siguiente enlace: Memoria sobre la formación de rocas en la provincia de Cádiz.

Agradecemos de nuevo a Luis Eduardo Rubio su colaboración para digitalizar y transcribir el texto y a Manuel Limón su inestimable contribución con las imágenes.

2 comentarios:

  1. Gracias por compartir estos "tesoros". Algunas veces los descubrimientos más importantes se hacen en las bibliotecas y no en el campo...
    Saludos

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  2. La verdad es que lo encontré por casualidad, y, a pesar de no tener muy claro a veces lo que Chilier quería decir, me pareció curiosísimo.
    Un saludo.

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