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sábado, 28 de marzo de 2015

De paseo por Ocurris

El Columbario del yacimiento romano de Ocurris


Por Esperanza Cabello


Ha comenzado al primavera, el buen tiempo se ha metido por todos los rincones de nuestra sierra, y nosotros hemos aprovechado los últimos días de clase para visitar con los alumnos el yacimiento romano de Ocurris.
Las Cumbres organiza cada año visitas a nuestros lugares de referencia con todos los grupos de alumnos; unos visitan el Museo de la Piel, otros el San Juan de Letrán, otros el centro histórico... Este año, además, tenemos la suerte de poder visitar las ruinas romanas de Ocurris.
Hemos leído que había polémicas por la forma en que se habían realizado los trabajos y cómo se habían gestionado los recursos.  A nosotros hay algunas cosas que no nos terminan de gustar, pero estamos convencidos de que nuestro ayuntamiento ha hecho un gran esfuerzo empeñándose en realizar los trabajos, en conseguir fondos, en reabrir el yacimiento, en organizarlo todo para poder comenzar las actividades. Ahora es un lujo poder hacer la visita, todo bien organizado, bien explicado y en un lugar paradisíaco, no se puede pedir más.



 María Campos explica al grupo qué era el columbario

Para nosotros subir al Salto de la Mora siempre es algo entrañable y cercano. Los recuerdos llegan como un torbellino, recuerdos de la más tierna infancia, jugando con los primos y los amigos en el foro cuando teníamos dos o tres años;  recorriendo con seis o siete años todos los rincones, entonces sin excavar; asistiendo con once o doce años a las primeras excavaciones, la emoción de descubrir un esqueleto, los trozos de cerámica, las casas, las cisternas...
Subir con los alumnos, y más de la mano de una guía excelente, ha sido una experiencia fantástica. María nos fue llevando por los lugares emblemáticos del yacimiento, dando las explicaciones pertinentes, amable y atenta con los niños, pendiente siempre de sus preguntas.
Se nota que es una enamorada de su trabajo, que lo ha vivido y disfruta haciendo lo que más le gusta: mostrar nuestro patrimonio, insistir en que es de todos, en que hay que cuidarlo.




 Explicando qué es una cisterna y cómo se fabricaba el opus signinum

La visita comienza por el columbario, la ciudad de Ocurris se visita "al revés". Se supone que la entrada original a la ciudad era por la calzada de Ubrique a Benaocaz, y el columbario y la zona de enterramientos estaban al otro lado. 
En el columbario surgió  el recuerdo a nuestro padre. Agradecemos a María que hablara de él, de Manuel Cabello, un maestro ubriqueño que a finales de los sesenta se empeñó en dar a conocer el tesoro que teníamos los ubriqueños en el Salto de la Mora. Un hombre que trabajó más allá de lo normal para conseguir que las autoridades se interesaran por el yacimiento. Sin desanimarse, sin cejar en el empeño.
Porque no era su trabajo, era su pasión. Y tanto se empeñó que consiguió que todos se centraran en este valioso yacimiento.
Consiguió que comenzaron las excavaciones, que don Juan de Mata Carriazo designara a don Salvador de Sancha para que se encargara de los trabajos y que se preservara esta ciudad romana.


 Nuevas excavaciones en el foro

La visita continuaba en la fuente de Minerva y en la cisterna, allí supimos quién era Minerva y cómo se fabricaba el opus signinum. Nuestra guía nos contó muchas  historias y se interesó por la opinión de los visitantes.
También nos llevó al foro, explicando cómo sería hace veinte siglos y haciendo con nosotros un viaje a la antigüedad. Y visitamos la vivienda que tenía una cisterna. (Recordamos cuando se hicieron varias catas en esa vivienda y se comprobó que estaba construida sobre varios asentamientos anteriores).
Supimos quiénes eran los íberos, y cómo desde esta atalaya se podía controlar perfectamente el castillo de Aznalmara.
Realmente el lugar es magnífico, las vistas, extraordinarias y la actividad, amena y muy instructiva.

 Los lugares de siempre, bien cuidados y limpios


Al llegar a la zona de las termas vimos cómo siguen trabajos de limpieza en el yacimiento. Desde luego el ayuntamiento se ha tomado en serio la tarea, y eso nos parece fantástico. 
Ahora que afortunadamente nadie se arroga ya la propiedad de lugar y que podemos volver a ver con nuestros propios ojos esos lugares que han formado parte de la historia de la vida de todos los ubriqueños, nos encanta ver que hay un grupo de personas (empleados del ayuntamiento) que se dedican a mantener, a proteger y a difundir nuestro patrimonio.
Las termas y la cisterna, fantásticas, como siempre. Nos hubiera gustado ver el mosaico que descubrieron y volvieron a ocultar en los setenta, pero desgraciadamente ha desaparecido.


 Las termas, los trabajos de limpieza continúan


Llegando a las termas solo quedaba visitar la casa de Juan Vegazo. A los niños les parecía fantástico saber que el descubrimiento de Ocurris coincidió en el tiempo con la Revolución Francesa. Es curioso saber que mientras en el país vecino se luchaba por la libertad, la igualdad y la fraternidad en nuestra sierra comenzaban los trabajos para descubrir la ciudad romana que aún hoy podemos visitar.


 La casa de Vegazo, casi al final del recorrido


Y ya terminaba la visita al yacimiento. María no olvidó contarnos la historia de este acebuche centenario que consignamos como uno de los árboles singulares de Andalucía. Es un verdadero lujo poder disfrutar de la naturaleza y del patrimonio. Mientras descansábamos junto al acebuche un par de buitres sobrevolaron la zona, volando muy bajito.
La visita nos recordó, con todas sus diferencias, a la visita de Bolonia. Un baño de cultura y patrimonio en un entorno paradisíaco.

El acebuche centenario, emblema del yacimiento


Al terminar la visita pudimos ver el documental de la recreación del lugar, que incluye imágenes grabadas con un dron. !Espectacular¡
Y así terminó nuestra primera visita a Ocurris (con sus dos erres, por supuesto) de este año 2015. Queremos agradecer a los responsables las facilidades para poder hacer esta visita y a nuestra guía, María, sus palabras, sus enseñanzas y su buen hacer. Supo transmitirnos su amor por la historia y por el patrimonio, teniendo buen cuidado de no olvidar ningún detalle.
Un trabajo fantástico.
Así que lo último que nos queda es recomendarles que visiten Ocurris esta Semana Santa, o en cualquier momento. Realmente merece la pena. Solo hay que llamar a la Oficina de Turismo de Ubrique y concertar una cita. Atienden a grupos escolares y a todo tipo de grupos, además de organizar visitas individuales.


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