La greera de la calle San Sebastián
Por Esperanza Cabello
La fotografía en blanco y negro
fue realizada en 1955, es propiedad del Archivo Histórico Provincial de Cádiz,
y nos la han cedido gentilmente para esta exposición.
Vayamos a la feria de 1955, todo
el pueblo recorre la calle de San Sebastián, porque es allí donde,
fundamentalmente, se celebra la feria. Hay varios puestos de turrón, otros
tantos de enferies, incluso una caseta de tiro pichón.
Los ubriqueños recorrían la calle
San Sebastián y llegaban a la “Casita sola”, el último edificio en los años
anteriores por la acera de la izquierda (era “la salía” del lugar), llegando a
hacerse una foto en la esquina con la calle Magdalena. Después continuaban
andando hasta el llano del Trebujena, donde se encontraban los cacharritos.
Pero en plena feria de 1955 hubo
un aguacero terrible, de esas lluvias de Ubrique, cuando revienta el “Ubrique
el Alto” y las calles son verdaderos ríos. Tanta agua caía, lloviendo sobre
mojado, porque ya llovía desde agosto, que socavó la tierra por debajo de la
calle, y se derrumbó el muro que la sujetaba, yendo todo a parar a la huerta de
Morilla, y abriéndose una greera gigantesca.
Muchísimos curiosos fueron a ver
el resultado del aguacero, y fue tan impactante que aún cientos de ubriqueños
conocen el lugar como “la greera”. Era un socavón tan importante que costó
muchos meses reparar totalmente la calzada y los muros que la sujetaban, y,
aunque en esos momentos pareciera increíble, más tarde se construyó una casa
sobre este lugar.
A la derecha se ve “La casa
amarilla”, el edificio con arcos, que era un bar en los años cincuenta y se ha
conservado muchos años igual. En el primer balcón está Paca García, según nos ha confirmado su hijo Manuel Gavira.
Agradecemos al Archivo Histórico
Provincial y a Santiago Saborido Piñero la gentileza de habernos cedido esta
fotografía para la exposición.
Según Ángel Chacón, en Ubrique en verde,
las obras de reparación fueron realizadas por
Manuel Sánchez y familiares ( Los Canutos). Bajo la dirección Antonio
Sánchez Calle, capataz de carreteras y Francisco Menacho, caminero.
Muchas gracias Esperanza.
ResponderEliminarMuy curiosa la fotografía.
Sólo una cosa, mi primer apellido es Saborido.
Un saludo
Perdona, Santiago. ¿Sabes que el primer hijo adoptivo de Ubrique se llamaba Santiago Rodríguez Piñero? Mi memoria me ha jugado una mala pasada. Ya lo he corregido.
ResponderEliminarSaludos