Ubrique, por Leandro Cabello
Vivir en un pueblo tiene, como es obvio, sus ventajas y sus inconvenientes. Estamos más apartados de la "modernidad", somo un poquito más "celosos" de lo nuestro, más tradicionales... Pero en algunos casos el respeto a las tradiciones sanas y ancestrales se convierte en un valor añadido para todos nosotros.
Hoy nuestro amigo José Manuel Amarillo (del blog Naturaleza, Sitios y Gentes) nos ha enviado un recorte del diario de Jerez.
Lunes, 7 de noviembre de 2016
Se trata de una de las cartas publicadas en la sección "Cartas al Director", escrita por Roque Gómez Jaén, de Puerto Real. En ella don Roque explica sus razones para pensar que somos un pueblo ejemplar. La verdad es que nunca lo hubiéramos pensado. Pero mejor será leer la carta.
Cartas al director
Gentileza de José Manuel Amarillo
Ubrique, un pueblo ejemplar
Llegar a
Ubrique por la carretera de El Bosque es un espectáculo para la vista,
impresiona el macizo montañoso y el valle al fondo. Creo que, con independencia
de la excepcional belleza de la zona, a un pueblo lo hacen sus habitantes. De
ellos quiero hablar ahora.
Por motivos
profesionales, he tenido la fortuna de viajar a Ubrique un buen número de
veces. En mis visitas pude constatar que las persona a las que traté durante
algo más de tres años eran, por lo general, serias, trabajadoras y poco dadas a
las lamentaciones.
La economía de
Ubrique ha pasado unos años malos, pero ahora, una vez más, parece que remonta
gracias al retorno de empresas que emigraron y al éxito de la “marca Ubrique”.
Me congratulo por todo ello, pero cuando digo que Ubrique es un pueblo ejemplar
lo hago pensando en algo que me ocurrió en una de mis visitas. A saber: Un día
de invierno, al llegar a la avenida de España sobre las diez de la mañana, me
encontré que los bares, habitualmente abiertos, estaban cerrados. Extrañado,
recorrí un buen trecho de la avenida mencionada, y, por fin, pude encontrar uno
abierto.
Le pregunté al
camarero el motivo por el que los comercios estaban cerrados y me dijo que los
vecinos estaban enterrando a una persona muy querida.
Este uno de
los motivos por el que pienso qu Ubrique es un pueblo ejemplar. ¡En pleno siglo
XXI y plena globalización de la indiferencia, un buen número de vecinos
abandonan sus negocios para acompañar al difunto a su última morada!
Roque Gómez Jaén (Puerto Real)
Al leer esta carta hemos recordado, tristemente, el entierro al que acudimos ayer, y hemos pensado que, en el pueblo, eso es lo normal. Todo el que puede para un momento para acompañar a ese ser querido, a ese vecino, a ese familiar. Ayer había centenares de personas despidiendo a Antoñín, vecinos, compañeros, amigos, empresarios, comerciantes, políticos, maestros, la coral en pleno, representantes municipales, amigos de la infancia, pintores, petaqueros... y para nosotros es lo normal, es lo que hacemos, acompañar a las personas queridas y a sus familiares en estos momentos difíciles.
Don Roque se habría quedado entonces pasmado si hubiera podido ver cómo eran los entierros hace un par de décadas. Entonces los difuntos se velaban en las casas, al día siguiente se les hacía el funeral en la parroquia y después se los llevaba al cementerio haciendo todo el recorrido a pie (hasta los setenta) o en coche fúnebre. En un momento del cortejo, las fábricas cesaban su actividad y todo el mundo salía a Los Callejones, donde se paraba el séquito, frente a Los Amarillos, para despedir al difunto y dar sus condolencias a los familiares. Se formaba una fila larguísima de personas que pasaban y saludaban bajando la cabeza.
Don Roque se habría quedado entonces pasmado si hubiera podido ver cómo eran los entierros hace un par de décadas. Entonces los difuntos se velaban en las casas, al día siguiente se les hacía el funeral en la parroquia y después se los llevaba al cementerio haciendo todo el recorrido a pie (hasta los setenta) o en coche fúnebre. En un momento del cortejo, las fábricas cesaban su actividad y todo el mundo salía a Los Callejones, donde se paraba el séquito, frente a Los Amarillos, para despedir al difunto y dar sus condolencias a los familiares. Se formaba una fila larguísima de personas que pasaban y saludaban bajando la cabeza.
A veces es mucho mejor conservar los valores de los pueblos y ser un poquito más personas...
Muchas gracias, José Manuel, por habernos enviado este recorte y habernos hecho pensar. Gracias a Roque (a quien no conocemos) por esas bonitas y bienintencionadas palabras. Gracias a Leandro por dejarnos utilizar esa estupenda fotografía de Ubrique y muchas gracias al Diario de Jerez por publicar y poner a nuestro alcance esta carta.
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Roque Gomez es inspector de educación, ya jubilado, que ejerció en la década pasada su oficio durante varios años en nuestra zona. Desde aquí un saludo a sus recuerdos y a su persona
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