La gran familia Cabello Janeiro en la fiesta de
cumpleaños de Tita Ana María
Por Esperanza Cabello
Hay veces en que las fiestas familiares se convierten, por lo especiales que son, en acontecimientos memorables, y hoy ha sido una ocasión tremendamente especial. Nos hemos reunido, como ya lo hicimos todos para el cumpleaños de tito Pepe (en este enlace), para el cumpleaños de tita Ana María.
Casi nunca tenemos ocasión de reunirnos, a no ser en momentos tristes, por eso pensamos que es tremendamente importante disfrutar de estos momentos inolvidables y de esta familia extraordinaria.
Nuestra tía Ana María siempre ha sido un magnífico nexo de unión entre todos y eso puede sentirse en cualquier reunión: alegre, desenvuelta, dispuesta, cuidadosa en los detalles, única.
Nuestros abuelos Julia y Paco tuvieron siete hijos. El primero, Paco, nació enfermo y murió muy tempranamente, pero los otros seis (Julia, Manolo, Pepe, Joaquina, Ana María y María Remedios) han formado, entre todos, una gran familia que hoy se ha rendido a los pies de la cumpleañera: sobrinos, hijas, nietos, nietas, hermanos, prima y allegados nos hemos reunido para desearle toda la felicidad del mundo y para deleitarnos con una tarde magnífica.
Nuestros primos han organizado todo estupendamente. Fran ha elegido cuidadosamente el lugar (estupendo, por cierto), un gran salón en Jerez llamado Canela y Clavo en el que nos han atendido muy bien. Allí nos hemos ido reuniendo todos antes de que llegara nuestra tía, acompañada de su hermana María Remedios, que la ha acompañado hasta el lugar de la celebración haciendo gala de toda su destreza para no romper la sorpresa.
Nos hemos ido agrupando para hacer muchas fotografías que nos recuerden este gran día, por un lado los muchachos...
Por otro las muchachas...
Y además los más pequeños y los mayores. Nos encanta poder ver a nuestro tío José María con su madrina, nuestra tía María de los Ángeles (solo tenía cinco añitos cuando fue su madrina, junto a su hermano Manuel). También nos encanta ver a nuestra sobrina Ester, la mayor de la cuarta generación, tan bien rodeada y tan cariñosa como siempre. Algunos de los sobrinos, que en la última reunión eran tan jóvenes, nos han sorprendido muchísimo, tan mayores.
El almuerzo se ha desarrollado entre risas, bromas, muestras de cariño y mucha charla, realmente es un lujazo poder compartir estos momentos con la familia, y nos faltan palabras de agradecimiento para los organizadores, sobre todo para Fran y Luis, pues han conseguido que pasemos un día inolvidable.
Todo han sido idas y venidas a la mesa de los tíos, por supuesto la más visitada. Mientras unos daban los últimos retoques a los discursos y a los videos, otros iban escribiendo las dedicatorias y otros más se repartían conversando tranquilamente. Hemos podido comprobar que lo que sentimos, sin excepción, por nuestros tíos, es adoración, nos enorgullece verlos con nosotros y han representado mucho a lo largo de nuestras vidas, porque siempre han estado dispuestos para todos nosotros.
Unos a comentar cualquier anécdota, otros a hablar de sus hijos, otros a interesarse por nuestra tía, Carmenchu, que no ha podido estar hoy con nosotros, o a contar cómo nuestro tío Prudencio está de nuevo fenomenal, aunque no para muchos viajes. El caso es que las "visitas" de los sobrinos han sido constantes.
Y tita Ana María ha podido saber de primera mano cómo van todos, agradeciendo a toda su familia estos momentos extraordinarios y tan especiales.
Para todos nosotros es una verdadera satisfacción ver cómo nuestros tíos han sabido conservar el buen humor, las ganas de vivir y la felicidad más allá de los avatares que les ha deparado la vida, y una alegría conservar con nuestros primos el cariño que han sabido inculcarnos a todos. Recordamos a nuestro padre cuando hablaba de sus sobrinos, cada uno era mejor que el anterior, estaba orgulloso de ellos, y para él su familia era lo primero.
Hoy lo hemos echado mucho de menos, también habría disfrutado de lo lindo en esta reunión familiar.
Después ha llegado la hora de los homenajes, los brindis, los regalos y los discursos. Fran y Luis han preparado un increíble video con muchísimas fotografías en el que Daniel, su nieto pequeño, ha ido contando la vida de su abuela Ana.
Todos los nietos han leído unos preciosos discursos, entre ellos nos ha llamado muchísimo la atención el de Javier, que había preparado, él mismo, un montaje de fotografías para contar la vida de su abuela.
Más tarde nuestros primos han contado anécdotas de la vida familiar, y nuestros tíos han felicitado a la homenajeada con sendos discursos.
Y de todo este día nos gustaría quedarnos con esta fotografía de tita Ana María, sonriente y feliz, después de tantas emociones, dando las gracias a todos los presentes y recogiendo un poco del cariño que ella ha repartido tan abundantemente a lo largo de toda su vida.
Muchas gracias por este día extraordinario, familia, y muchísimas felicidades, tita.
¡Te queremos!
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