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domingo, 5 de enero de 2020

Los primeros enterramientos de ubriqueños


El columbario de Ocurris
Fotografía de Manuel Cabello. Años 70




Por Ramón Trujillo Zurita





            Con motivo del Día de los Difuntos, que se celebra por todos los puntos de nuestra tierra, me viene a la memoria los primeros enterramientos de ubriqueños, según nos daban información varios periódicos de nuestra zona: “Periódico de Ubrique”, “Diario de Cádiz”, etc.


El dolmen del Juncal en el blog "Prehistoria del Sur"
Gentileza de Manuel Limón 


            En el año 2002 miembros del Taller de Medio Ambiente al Aire Libre de Ubrique (Tamal), descubrieron en la cola del pantano de los Hurones de Ubrique, en el pago de Cardela, cerca de una antigua venta llamada del Juncal, en el término de Ubrique, un dolmen del neolítico, que atribuyen de forma preliminar al 4000 antes de Cristo, datación que se verá contrastada cuando se cursen las pruebas de carbono 14, según el arqueólogo José María Gutiérrez y Francisco Giles.

            Es una construcción megalítica de doce metros de largo por dos de ancho, es de tipo de galería, similar al dolmen de Alberite, en Villamartín, al del Gigante en El Gastor y a algunos de Villaluenga.

            El dolmen del Juncal tiene decoración incisa hecha en la piedra, llamada “cazoleta”, todos estos enterramientos estaban muy ritualizados, y con abundante presencia de un colorante de mineral de hierro, el ocre, muy relacionado con las creencias prehistóricas sobre la vida después de la muerte.

Las excavaciones se hicieron desde el ocho de agosto hasta el veintiocho de septiembre de 2005. En la excavación del enterramiento, que acogió la inhumación secundaria de menos de una docena de individuos en diversos depósitos funerarios en los que se acumulaban restos previamente escogidos, como los huesos largos de ambas extremidades, cráneos y mandíbulas. A cada uno de los individuos enterrados se asocia como ajuar funerario al menos una lámina o cuchillo de sílex tallado. Puede señalarse la existencia de al menos un individuo infantil y otro muy maduro al que se asocia el ajuar más rico y espectacular: una pulsera de marfil (de elefante), un trozo de cristal de cuarzo con extracción pequeñas cuentas pulimentadas de cristal y un posible arpón o venablo compuesto por una serie de diez trapecios, elementos líticos tallados, muy característico del Neolítico.

            El dolmen fue desmontado pieza por pieza y extraído del vaso inundable del pantano, posteriormente llevado hasta el campamento juvenil Cerro Mulera de Ubrique, lugar en el que aún está, esperando a que se instale definitivamente en un lugar seguro para que ubriqueños y visitantes podamos disfrutar de su visita.

            Otro hallazgo muy significativo de Ubrique fue en el año 2001. La arqueóloga Susana  Ruiz Aguilar y el arqueólogo Luis Javier  Guerrero trabajaron en una intervención de urgencia para la consolidación de la muralla ciclópea de la ciudad íbero-romana de “Ocuri”. Durante la intervención se descubrieron unos esqueletos en los extramuros. Dos de los cuerpos estaban en una postura extrañamente forzada, con los brazos por encima de la cabeza, colocados de tal modo que hacen pensar que murieron maniatados.

            Del mismo modo aparecieron al lado restos de un feto de nueve meses. De los adultos, uno era una mujer de entre 20 y 24 años, y el otro seguramente un hombre de entre 18 y 24 años.

            También, en cuanto a enterramientos romanos, hay que destacar en Ubrique la ciudad romana de “Ocuri”, que en su momento de máximo esplendor, en el siglo II después de Cristo,  contaba con una necrópolis en la zona de extramuros de la ciudad, y su monumento más importante, el mausoleo o columbario. En su interior podemos encontrar los “loculi” o nichos  en los que se depositaban las urnas con las cenizas junto a ofrendas de los familiares y diversas estatuas.

Los utensilios encontrados y restos humanos se han expuesto en nuestro museo de Historia de San Juan de Letrán.





            Mucho más recientemente, y no por ello menos curioso, se hizo otro descubrimiento singular, el 24 de marzo de 1995, durante las obras de rehabilitación que se realizaban en una vivienda de Ubrique, en el número 21 de la calle Concejo, una casa que había estado habitada por cinco familias diferentes en los últimos setenta años,  se encontraron bajo el suelo restos óseos de dos cuerpos humanos.


            Fotografía de Juande publicada en "Ubrique información"

 

            El informe forense apuntaba que los huesos encontrados tenían una antigüedad superior a veinte años, correspondía a un cráneo de mujer y a un esqueleto sin cabeza de un niño. Los restos fueron enviados al Instituto Anatómico Forense de Madrid para que fueran realizadas pruebas de ADN.



Con este escrito quiero reivindicar que las administraciones correspondientes se interesen por nuestro patrimonio arqueológico y cultural. Que se reubique definitivamente el dolmen del Juncal en un lugar concreto de Ubrique para que podamos conservarlo y disfrutar de él.

Ubrique, 3 de noviembre de 2019
Ramón Trujillo Zurita
 


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