El columbario de Ocurris
Fotografía de Manuel Cabello. Años 70
Por Ramón Trujillo Zurita
Con motivo
del Día de los Difuntos, que se celebra por todos los puntos de nuestra tierra,
me viene a la memoria los primeros enterramientos de ubriqueños, según nos
daban información varios periódicos de nuestra zona: “Periódico de Ubrique”,
“Diario de Cádiz”, etc.
El dolmen del Juncal en el blog "Prehistoria del Sur"
Gentileza de Manuel Limón
En el año
2002 miembros del Taller de Medio Ambiente al Aire Libre de Ubrique (Tamal),
descubrieron en la cola del pantano de los Hurones de Ubrique, en el pago de
Cardela, cerca de una antigua venta llamada del Juncal, en el término de
Ubrique, un dolmen del neolítico, que atribuyen de forma preliminar al 4000
antes de Cristo, datación que se verá contrastada cuando se cursen las pruebas
de carbono 14, según el arqueólogo José María Gutiérrez y Francisco Giles.
Es una
construcción megalítica de doce metros de largo por dos de ancho, es de tipo de
galería, similar al dolmen de Alberite, en Villamartín, al del Gigante en El
Gastor y a algunos de Villaluenga.
El dolmen
del Juncal tiene decoración incisa hecha en la piedra, llamada “cazoleta”, todos
estos enterramientos estaban muy ritualizados, y con abundante presencia de un
colorante de mineral de hierro, el ocre, muy relacionado con las creencias
prehistóricas sobre la vida después de la muerte.
Las excavaciones se hicieron desde el
ocho de agosto hasta el veintiocho de septiembre de 2005. En la excavación del
enterramiento, que acogió la inhumación secundaria de menos de una docena de
individuos en diversos depósitos funerarios en los que se acumulaban restos
previamente escogidos, como los huesos largos de ambas extremidades, cráneos y
mandíbulas. A cada uno de los individuos enterrados se asocia como ajuar
funerario al menos una lámina o cuchillo de sílex tallado. Puede señalarse la
existencia de al menos un individuo infantil y otro muy maduro al que se asocia
el ajuar más rico y espectacular: una pulsera de marfil (de elefante), un trozo
de cristal de cuarzo con extracción pequeñas cuentas pulimentadas de cristal y
un posible arpón o venablo compuesto por una serie de diez trapecios, elementos
líticos tallados, muy característico del Neolítico.
El dolmen
fue desmontado pieza por pieza y extraído del vaso inundable del pantano,
posteriormente llevado hasta el campamento juvenil Cerro Mulera de Ubrique,
lugar en el que aún está, esperando a que se instale definitivamente en un
lugar seguro para que ubriqueños y visitantes podamos disfrutar de su visita.
Otro
hallazgo muy significativo de Ubrique fue en el año 2001. La arqueóloga
Susana Ruiz Aguilar y el arqueólogo Luis
Javier Guerrero trabajaron en una
intervención de urgencia para la consolidación de la muralla ciclópea de la
ciudad íbero-romana de “Ocuri”. Durante la intervención se descubrieron unos
esqueletos en los extramuros. Dos de los cuerpos estaban en una postura
extrañamente forzada, con los brazos por encima de la cabeza, colocados de tal
modo que hacen pensar que murieron maniatados.
Del mismo
modo aparecieron al lado restos de un feto de nueve meses. De los adultos, uno
era una mujer de entre 20 y 24 años, y el otro seguramente un hombre de entre
18 y 24 años.
También, en
cuanto a enterramientos romanos, hay que destacar en Ubrique la ciudad romana
de “Ocuri”, que en su momento de máximo esplendor, en el siglo II después de
Cristo, contaba con una necrópolis en la
zona de extramuros de la ciudad, y su monumento más importante, el mausoleo o
columbario. En su interior podemos encontrar los “loculi” o nichos en los que se depositaban las urnas con las
cenizas junto a ofrendas de los familiares y diversas estatuas.
Los utensilios encontrados y restos
humanos se han expuesto en nuestro museo de Historia de San Juan de Letrán.
Mucho más
recientemente, y no por ello menos curioso, se hizo otro descubrimiento
singular, el 24 de marzo de 1995, durante las obras de rehabilitación que se
realizaban en una vivienda de Ubrique, en el número 21 de la calle Concejo, una
casa que había estado habitada por cinco familias diferentes en los últimos
setenta años, se encontraron bajo el
suelo restos óseos de dos cuerpos humanos.
Fotografía de Juande publicada en "Ubrique información"
El informe
forense apuntaba que los huesos encontrados tenían una antigüedad superior a
veinte años, correspondía a un cráneo de mujer y a un esqueleto sin cabeza de
un niño. Los restos fueron enviados al Instituto Anatómico Forense de Madrid
para que fueran realizadas pruebas de ADN.
Con este escrito quiero reivindicar
que las administraciones correspondientes se interesen por nuestro patrimonio
arqueológico y cultural. Que se reubique definitivamente el dolmen del Juncal
en un lugar concreto de Ubrique para que podamos conservarlo y disfrutar de él.
Ubrique, 3 de noviembre de 2019
Ramón Trujillo Zurita
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