La calle Matadero en marzo de 2015
Por Esperanza
Cabello
Ubrique es un pueblo que se ha ido expandiendo muchísimo en los últimos años, de ser un pueblecito con una veintena de calles cuando nació nuestra madre ha pasado a ser un gran pueblo con más de doscientas cincuenta actualmente.
La calle Matadero (sí, con ese nombre tan feo) es nuestra calle. No nacimos ahí, porque los primeros años de su existencia nuestra familia vivió en la calle San Pedro, pero fue nuestro lugar de residencia desde finales de los sesenta.
Al principio del siglo pasado, por supuesto, no existía esta calle. Era una ladera, la ladera de Cirilo, que lindaba por el norte con el garaje del caserón de Juan Sánchez Gago (conocido por todos como "Juan el del Cándalo", por la finca de ese nombre) y por el sur con un corral que funcionaba como matadero público desde finales del siglo XIX.
Recibo del tranportista Juan Sánchez a Fidel por 1500 kilos de calabazas y tomates
Juan Sánchez, Trinidad Rubio y sus hijos vivían en la calle Ingeniero Juan Romero Carrasco, frente al Jardín. Su casa era una de aquellas casas antiguas gigantescas, que daba a tres calles. El garaje de Juan Sánchez daba a la calle Matadero; antes había sido la cuadra en la que se cuidaba a las caballerías pues Juan Sánchez siempre había sido empresario dedicado a los transportes.
En una ocasión Juan Sánchez hizo varios portes para el Ayuntamiento de Ubrique, y en el momento de cobrar hizo un trato con el alcalde: para pagarle le cedería la ladera de Cirilo y la tira de terreno que iba desde el garaje hasta la "Salía" del lugar (que así se conocía entonces la calle Ingeniero Juan Romero Carrasco). Por lo que la propiedad de lo que después sería la calle Matadero pasó a ser de Juan Sánchez.
Justo en la esquina con la salida vivía la familia Canto Sánchez: José Canto era carnicero y se encargaba del matadero, Ana Sánchez, su mujer, también se ocupaba de la carnicería. Los recordamos como muy buenos vecinos, siempre trabajando, siempre amables y educados. Ana era una mujer encantadora.
En la otra esquina de la calle Juan Sánchez había construído en los años cincuenta una casa para su hija Carmen y otra para su hijo Juan.
A finales de los sesenta se construyeron, sobre el terreno de la ladera, tres viviendas. En la primera vivía José Rincón (conductor de Los Amarillos), su mujer Lola y sus hijos. Las otras dos las compró Leandro Izquierdo en 1968 para sus hijas, María Remedios y Esperanza, adquiriendo también la tira de terreno que es, actualmente, el "patio" de la calle.
El matadero siempre fue el "compañero" de aquellas familias. Era habitual ver cómo llegaban los animales y oír sus alaridos mientras los sacrificaban.
Cuando nos mudamos allí era espantoso oír aquellos gritos, mugidos y balidos constantemente. Lo peor era oír a los cerdos. Si alguna vez entrábamos con nuestra amiga Ana María a ver a sus padres la visión era terrible, y el olor, impresionante.
Pero a todo se acostumbran las personas, y nuestro dormitorio daba directamente sobre el corral, desde allí podíamos ver a los borregos o a los chivos tranquilamente al sol y pronto nos acostumbramos a no mirar nada más.
Curiosamente solo esas familias originales han vivido en la calle Matadero. Es una calle muy pequeña, y no ha habido otros vecinos. La casa grande de Juan Sánchez y Trinidad se convirtió en bloque de pisos y allí viven otras familias pero tienen la entrada principal justo frente a El Jardín.
La calle nunca tuvo nombre, aunque su seña de identidad era el matadero, que había estado allí desde finales del siglo XIX. Construyeron una calle justo detrás en los setenta, y la llamaron "Barriada Nuestra Señora del Carmen", y un poco más abajo,cerca del río, se construyó en la misma época la calle Curtidores pero curiosamente la calle en escalera que une las tres calles tampoco tiene nombre
Diario "El Orden", mayo de 1883
Nos preguntábamos desde cuándo estuvo allí el matadero. Sabíamos que el primer matadero del pueblo estuvo, a mediados del siglo XIX, donde hoy se encuentra la Peña Flamenca, y que a finales de ese siglo se trasladó a "La Salida del lugar".
Precisamente tenemos localizado, en el ejemplar del seis de mayo de 1883 del diario "El Orden", la subasta presentada por: " el Ayuntamiento de Ubrique para el alquiler de una casa para matadero público y los servicios de bagajes, uso voluntario de pesas y derecho al degüello de reses".
Así que debió de ser en 1883 cuando se trasladó el matadero desde la Plaza de la Verdura (allí estaba la calle Carnecería) hasta la salida del lugar.
Como decíamos durante los primeros veinte años de su existencia la calle no tenía nombre, de pronto un día, a finales de los ochenta, a alguien del ayuntamiento se le ocurrió poner un rótulo con el nombre del matadero en la fachada de Pepe Canto, a la entrada de la calle, y a pesar de las protestas de los vecinos ese horrible nombre se quedó allí.
Se hicieron escritos de protesta, se propusieron otros nombres, pero no nos hicieron ningún caso. Los vecinos utilizábamos "Antiguo Matadero" al principio, pero finalmente el nombre se ha quedado ahí.
Nuestra familia, la de Manuel Cabello Janeiro y Esperanza Izquierdo Fernández, ha vivido en la calle Matadero toda una vida y desde el principio se empeñó en hacer de esta una calle bonita y ajardinada. Trinidad Rubio, María Morales, María Remedios, Leonor Bastida, Lolita Vallecillos y Esperanza se encargaron siempre de que las flores y las plantas se adueñaran de la calle como en las calles del casco antiguo.
Y también los vecinos solicitaron por escrito al ayuntamiento que se arreglaran las escaleras y el pavimento. Como triste coincidencia el día de la muerte de nuestro padre, el 31 de mayo de 2000, recibió una carta de respuesta del alcalde Reguera (al que se había dirigido en varias ocasiones solicitando que se arreglara el pavimento, porque estaba muy deteriorado) diciéndole que no se iba a arreglar la calle, que, por cierto, sigue sin pavimentar a día de hoy.
El arriate de la calle Matadero
Siempre frondoso
Y esta es la calle Matadero, una calle que debe su nombre al matadero que estuvo allí casi cien años. Actualmente sobre aquel corral y aquel matadero está construida la Escuela de Adultos (también hubo dos escuelas allí, pero de niños y niñas (en los sesenta, setenta y ochenta), precisamente encima del matadero) y también ocupa ese lugar Radio Ubrique, que está justo donde antes vivían las hermanas Ana y María Mancilla (en la misma época que las escuelas), y allí hacían sus tartas y sus gañotes.
Nuestro "patio" sigue igual, como lugar privado que es solo pasan algunos vecinos del bloque, y en la calle solo viven las mismas familias de toda la vida, ahora con hijos y nietos que a su vez han formado sus propias familias.
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Nota del 31 de marzo: Nuestra amiga María Sánchez Coronil nos cuenta que justo antes de las escuelas vivían encima del matadero sus abuelos, José Coronil Cañamaque y María Vallejo Romero, y que ahí nacieron sus hijos, entre ellos la madre de María, Ana Coronil Vallejo.
¡Gracias, María, por la información!
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