La sierra de Ubrique, morada de los primeros habitantes
Fotografía gentileza de Manolo Cabello
Ubrique en verde
Por Esperanza Cabello
En los últimos días hemos estado redactando una muy breve historia de nuestro pueblo para el guion de un programa en el que nos ha invitado a participar la concejala de cultura, Patricia Caro, y nos hemos dado cuenta de que la mayoría de páginas y sitios de interés general cuentan una historia o demasiado escueta o excesivamente cargada de datos, por lo que hemos pensado que puede ser interesante publicar este pequeño esquema de nuestra historia, hasta que terminó el señorío de los duques de Arcos, en 1811.
Aznalmara en el libro de fray Sebastián
Los datos han sido tomados fundamentalmente de las Misceláneas de Aragón Macías, del libro de la "Historia de la Villa de Ubrique" de Fray Sebastián, de "Ubrique, encrucijada histórica" de Manuel Cabello, de la página web del yacimiento de Ocuri, de nuestro propio blog y, afortunadamente, del blog de nuestro amigo José María Gavira, que ha hecho un magnífico trabajo sobre la primitiva urbanización de nuestro pueblo, corrigiendo fechas y datos reproducidos erróneamente desde 1945, a partir de lo escrito en el libro de fray Sebastián.
Ermita de San Juan de Letrán antes de su reconstrucción
BREVE
HISTORIA DE UBRIQUE
La
nuestra es una zona privilegiada desde el punto de vista geográfico, nos
encontramos en un valle protegido por montañas y atravesado por un río que se
alimenta de varios manantiales muy abundantes de agua de magnífica calidad.
Por
esas razones Ubrique ha estado habitado desde el Paleolítico Inferior, hace más
de dos millones y medio de años, tal y como demuestran los muchos restos
diseminados por toda su sierra. También hay restos de asentamientos,
enterramientos y enseres de otras culturas, sobre todo la íbera, que han ido
dejando su impronta a nuestro alrededor.
En
la época romana se alcanzó un período de grandeza y prosperidad, como demuestra
nuestro yacimiento arqueológico Ocurris, situado en el Salto de la Mora, a un
kilómetro del centro histórico del pueblo. Ocurris domina el paso entre el
campo de Gibraltar por el sur y del otro lado la salida hacia la Manga de Villaluenga; su extensión,
posición y sus construcciones nos indican que se trata de un oppidum amurallado de
gran importancia en la época prerromana y romana, cuyos orígenes pueden fijarse
al menos en el siglo VI a.d.c., siendo su mayor esplendor en el siglo II.
Con
la llegada del pueblo islámico todo fue cambiando en la zona, justo enfrente de la
sierra del Benalfí, al pie del tajo ahora conocido como “de la Cruz”, hubo un
asentamiento nazarí, que fue el germen de nuestro actual pueblo. Ubrique no era,
en época árabe, una gran villa con murallas ni con castillos, se trataba más
bien de una alquería en la que habitaban, en sus mejores tiempos, unas 300
personas, pues había 46 casas, 12 grupos de chozas y 6 “palacios”, que en
realidad eran casas con una sala grande.
Durante
la reconquista pasó de manos musulmanas a cristianas en varias ocasiones, hasta
que, en agosto de 1485
ya se decía que las villas de Cardela y Aznalmara, con los lugares de
Villaluenga y Garciago y los otros de su tierra y sus términos, eran de los
Reyes Católicos.
En 1490 los Reyes Católicos otorgaron a Ponce de
León la villa de Ubrique, junto con las otras de la sierra, el duque murió en
verano de 1492 y sus propiedades pasaron a manos de su esposa la duquesa,
Beatriz Pacheco, con ella negociaron los mudéjares (los árabes que permanecerían
aquí) las condiciones de su residencia en sus pueblos. Este acuerdo se rompió
en 1500 y los mudéjares fueron definitivamente expulsados, así que en noviembre
de 1501 doña Beatriz decidió repoblar toda la zona con colonos cristianos,
ofreciéndoles las casas, viñas, huertas y bienes que habían dejado atrás los moriscos.
Las primeras entregas de casas a
los repobladores cristianos de Ubrique se hicieron el miércoles 3 de noviembre
de 1501. Ese día se asentaron por vecinos de la villa Juan de
Almario, Alonso Esteban, Salvador Fernández, Francisco de Huestes,
Diego García, Diego Lorenzo y sus familias. En los documentos que relatan el
asentamiento encontramos “la casa de la mesquita”, también
existía una casa que se reservaba para almacén del pan de su señoría y muchas chozas quemadas por los que huyeron.
Unas 40 familias poblaron Ubrique
entre 1501 y 1502. Ubrique fue la villa que recibió una mayor proporción de
caballeros. El 54% de los colonos ubriqueños eran caballeros, o sea, poseían más
de 20000 maravedís. Los demás colonos eran considerados peones.
Poco a poco el pueblo fue
creciendo hacia el río, la mezquita original quizás habría sido consagrada, pero los
colonos quisieron construir una verdadera iglesia, el problema era que el lugar alto no tenía
un buen “llano” para construirla, así que poco a poco la calle Torre fue
adquiriendo un trazado que llegaría hasta la actual plaza de San Juan y la
calle Real para llegar hasta la zona de la plaza, donde la primera iglesia de
Ubrique (una iglesia con armadura mudéjar en la nave central y capilla mayor, y
que tenía tres naves separadas por pilares), la que ahora conocemos, se
construyó a principios del siglo XVI, tras la Reconquista, fue reconstruida en 1619 por Pedro de Palacios y de nuevo en 1773.
Tiene este pueblo una ermita de san Sebastián que se edificó en
1604. Otra de san Juan que se labraba en 1665. Otra de san Antonio que se
edificaba en 1729. Otra del Calvario que se edificaba en 1743, y otra de san
Pedro edificada en 1803. Tiene un convento de padres capuchinos, edificado en
1666.
La plaza en los años cincuenta
Fotografía de Gustavo
En la plaza también se construyeron las casas consistoriales y la
cárcel en 1805. Francisco Antonio Quintillán y Lois presentó en 1786
a aprobación a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (RABASF)
un proyecto
de Casas Consistoriales y cárcel pública en Ubrique por 83.167
reales.
Cuando los franceses invadieron Ubrique el edificio fue quemado
y destruido, al igual que otros muchos. El 16 de mayo de 1810 llegaron 400
franceses sembrando el pánico en el pueblo. El 10 de junio fueron 600 de
infantería los que se instalaron en Ubrique, y el día 13 llegaron 3000
franceses que saquearon, incendiaron y mataron hasta dejar el pueblo arrasado,
quemando edificios, archivos, iglesias y ermitas.
No tenemos más remedio que
recordar aquí al gran héroe de la sierra, el coronel Pedro Zaldívar Rubiales,
nacido en Ubrique en 1782, admirado por todo el pueblo por su lucha contra los
invasores franceses.
El señorío de los Duques de Arcos termina
en 1811,
momento en que las Cortes de Cádiz abolieron el régimen de Señoríos.
A
partir de este momento quisiéramos hablar de otro ubriqueño notable, don Juan Vicente
Vegazo Montesdeoca, descubridor, en 1792, de la ciudad romana que él llamó “Ocuritano”.
Pionero de la arqueología de
campo, excavó varias de las estructuras y dejó constancia escrita de sus descubrimientos, entre ellos dos magníficos epígrafes dedicados a los
emperadores Antonino Pío y Commodo, que contenían el nombre de la ciudad.