Antonio Benítez Vegazo. Ubrique
17 octubre 1895- 6 mayo 1972
Por Esperanza Cabello
Hemos accedido a una fotografía muy interesante, en principio no reconocíamos a este ubriqueños, pero en el reverso, con letra cuidada, estaba escrito su nombre y las fechas de nacimiento y fallecimiento:
Antonio Benítez Vegazo. Ubrique. 17 de octubre de 1895- 6 de mayo de 1972.
Y aunque hemos hablado de este conocido fabricante de artículos de piel en este blog, y además era el abuelo de nuestra cuñada Inmaculada y bisabuelo de nuestros sobrinos, pocos datos teníamos de su vida, así que nos pusimos a unir los retazos que conocíamos y los enlaces en los que se hablaba de él. Sería fantástico poder contar con las biografías de todos los petaqueros y petaqueras históricos, un gran logro para nuestra historia local.
Nosotros lo habíamos citado en varias entradas, en un anuario de los años veinte (en este enlace); en un anuario de 1932 (en este enlace) y también en un artículo sobre importadores ubriqueños en 1938 (en este enlace).
En este B.O.E. aparece su nombre
Mientras, como nos gusta hacer una tarea de recopilación por internet, hemos ido reuniendo diversos documentos de su fábrica.
Como una tarjeta de presentación
Un sobre con su escudo y su marca registrada
Una tarjeta comercial de 1950
Una de las primitivas tarjetas, con la dirección telegráfica incluida y su escudo
Además de algunas sorpresillas que dejaremos aún guardadas para otra ocasión. Pero claro, esto no nos daba margen para escribir sobre su vida, menos mal que, mientras tanto, hubo una visita de sus familiares al Museo de la Piel de Ubrique y uno de sus nietos, el profesor Antonio Morales Benítez, escribió un estupendo artículo sobre su abuelo, en 2009, que quedó publicado en el blog Manos y magia en la piel (en este enlace).
Afortunadamente, hoy podemos aportar algunos datos más de este ilustre fabricante ubriqueño. Contamos con la semblanza escrita después de su muerte por un buen amigo. Ignoramos si llegó a publicarse en algún medio (hemos estado intentando encontrarlo y hasta el momento no hemos podido encontrarlo), pero el texto lo tenemos nosotros y lo compartimos gustosos, al ser un trocito de la historia de Ubrique.
A UN GRAN PROMOTOR DE EMPRESA
En la industriosa villa de Ubrique el día 6 de mayo de 1972 dejó de existir don Antonio Benítez Vegazo (q. e. g. e.)[1] a la edad de setenta y seis años, industrial marroquinero, fundador y presidente de la firma ANTONIO BENITEZ VEGAZO, S.L.
Nació de una familia humilde, y como primer varón de la misma estaba obligado a ayudar a sus padres en sus menesteres. No obstante, su inclinación era el ser petaquero, y entrando a los once años de edad como aprendiz en la fábrica de Luque. Palabras textuales de don Antonio dicen: "las primeras semanas no me dieron nada, y cuando empecé a ganar algo, me dieron cinco céntimos al día, sin límite horario de trabajo.”
En el año 1918 decidió establecerse individualmente, empezando sin ningún ayudante. Después de un pequeño lapso de tiempo por servicio militar, volvió a su pequeño taller de marroquinería. Contrajo matrimonio con doña María Arenas Guerrero el 10 de marzo de 1921, y seguidamente se estableció en la calle San Sebastián, número 5, ya contaba con varios operarios, y por aquel entonces realizó varias exportaciones, sobre todo a Cuba y Estados Unidos, de donde consiguió sus primeros frutos comerciales.
A medida que transcurrían los años iba afianzándose con su taller de artesanía y ampliando la gama de fabricados.
En marzo de 1934 emprendió viaje a Londres, para entrevistarse con algunos clientes, y obtuvo interesantes pedidos, cosa poco común por aquel tiempo.
Ya en los años cuarenta contaba con un gran taller, ayudado por su querido hermano José (q. e. p. d.), que también gozaba de grandes dotes profesionales y de mando. Siempre se distinguió por sus buenas cualidades humanas y amor al prójimo, y aunque aparentara seriedad en su rostro, tratándole resultaba ser de lo más agradable y simpático. Todos los obreros le han querido siempre, tienen buenos recuerdos de él. Por su taller han pasado la mayoría de los hoy fabricantes artesanos establecidos. En el año 1961 decidió adquirir el local denominado ABC, cuyo fundador fue don Emilio Santamaría Caballero (q. e. p. d.), de todos conocido por sus grandes dotes de hombre de empresa, con una visión futurista incalculable, y que dio un grandísimo auge a la industria artesana de Ubrique. Pensamiento que compartía el señor Benítez, y que trató de llevar adelante, engrandeciendo el nuevo local adquirido y dotándole de instalaciones modernas hacia lo que él vislumbraba sería el Gran Ubrique Artesano e Industrial. Visión que vienen compartiendo la casi totalidad de los fabricantes de esta villa.
En la década de los sesenta viajó mucho por diversos países europeos, siempre con carácter comercial, de cuyos viajes guardaba muy buenos recuerdos con sus compañeros.
De su matrimonio tuvo cuatro hijos, los cuales continúan la labor por su padre creada.
Debe destacarse de una forma enfática su inagotable deseo de trabajo, su constancia, su llaneza v humildad frente a todos los que le rodeaban, que le hizo merecedor del elogio de todos los que le conocieron, pues más que admirarle le querían.
En el año 1948 fue nombrado alcalde de esta villa. Y en el año 1951 fue presidente del Gremio marroquinero.
Con su pérdida, la villa de Ubrique reconoce la falta de un buen hombre, entusiasta y amante de su profesión, de la que estuvo hablando hasta su último minuto de vida.
En sus comienzos fabricó unas muestras para California (USA) por mediación del señor Sánchez Peñasco, ingeniero, colocado en la firma Bodegas Sancho, del Puerto de Santa María, que fueron enviadas a dicho país. Y como quiera que pasaba el tiempo y no recibía noticia alguna, comentaba con sus amigos: “¡Hay que ver cómo me han tomado el pelo, después de encargarme tantas muestras y sin recibir noticias!" Hasta que un buen día se presentó un estupendo pedido, quedándose asombrado del resultado obtenido de aquellas piezas hechas con el mayor celo, fruto a su constancia y aspiraciones de realizar comercio con el exterior.
También se cuenta de sus relaciones con su adicta clientela, que al ser visitada por los viajantes del señor Benítez les decían: "¿Cómo vamos a comprarle todavía si acabamos de empezar a pagar el pedido hecho anteriormente?" Los señores viajantes decían que el señor Benítez les autorizaba a venderles y que no temieran a los pagos, pues había tiempo para pagar, que hicieran nuevo pedido y se le giraría cuando terminaran de pagar el anterior. También cosa poco común, pero que él hacía con gusto para complacer a su cliente e incrementar sus ventas y confianza.
EN EL RECUERDO