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jueves, 7 de diciembre de 2023

1896.Roban en Grazalema una manta de Ubrique

 

Gaceta de Madrid. 19 de marzo de 1896

BNE Hemeroteca digital



Por Esperanza Cabello

Siempre es una alegría bucear en los archivos y en las hemerotecas encontrando tantos datos antiguos y curiosos de nuestro pueblo. Es un verdadero lujo tener las publicaciones a distancia de un clic y poder husmear un poco en las vidas de nuestros antepasados.

En Ubrique había, en los siglos XVIII y XIX más batanes y molinos que tenerías, y los paños, mantas y jergas de Ubrique eran realmente famosos y apreciados por su calidad.

Nos ha llamado la atención una noticia publicada en la Gaceta de Madrid el 19 de marzo de 1896.

Se trata de un edicto de don Francisco Ruiz de Rebolledo, Juez de instrucción de Grazalema, que dice así:

 

 

GRAZALEMA

Don Francisco Ruiz de Rebolledo, Juez de instrucción de este partido.

Hago saber que el anochecer del 28 de febrero último, cuatro hombres desconocidos, cuyas señas se expresan a continuación, robaron en el ventorrillo posada de Benaocaz, término de El Bosque, a Josefa Baños Jiménez, que la habita, en metálico y efectos que también se expresan a continuación, y en la causa que instruyo con tal motivo he acordado se practiquen diligencias para la busca y ocupación de los objetos robados y captura de los desconocidos, así como averiguar a quién pertenezcan los efectos que los ladrones dejaron abandonados en citado ventorrillo, y cuyos efectos se reseñan después, y en caso de ser habidos tanto los objetos del robo, como sus autores, ponerlos a disposición de este Juzgado.

Al efecto, encargo a todas las Autoridades y a los agentes de policía judicial de la Nación practiquen las diligencias antes expresadas.

Grazalema, 9 de marzo de 1896. =Francisco Ruiz. Por su mandado, Santos Pajares Álvarez.

 

 

Señas de los ladrones.

Uno como de cuarenta a cuarenta y cinco años, alto, color pálido, con sombrero blanco, camiseta de bramante, calzones de lana encima del pantalón, zapatos de campo.

Otro de treinta a treinta y cinco años, color moreno, sombrero hongo color café, chaqueta de paño de Grazalema color castaño, pantalón de tela a rayas azul y blanco, zapatos bastos.

Otro de la misma edad que el anterior, bajo, cara ancha, color bueno, sombrero hongo negro, chaqueta y pantalón de paño negro, zapatos negros, abiertos por delante, con ganchas

Otro de veinticinco años, alto, moreno, picado de viruelas, sombrero hongo blanco, chaqueta negra y pantalón de tela a rayas blancas y negras, zapatos de campo.

 

Efectos robados.

Seis pesetas en calderilla y dos en plata.

Sesenta kilogramos de tocino.

Una manta nueva con listas azules y oscuras.

Otra manta más vieja para montar a caballo o estribera, con cuadros celestes y blancos, fábrica de Ubrique.

Una chaqueta de paño oscuro.

Y un sombrero hongo nuevo, color negro.

 

Efectos que abandonaron los ladrones.

Una chaqueta deteriorada clara, con rayas, de las llamadas cordobesas.

Un sombrero hongo blanco viejo.

Dos pañuelos claros, con listas, uno de ellos marcado F. T.

J—1581

 


 

Nos ha llamado la atención la naturaleza de los efectos robados (sesenta kilos de tocino, seis pesetas en calderilla, dos de plata y una manta de Ubrique), y también la descripción de los ladrones, sobre todo su color. Es realmente un documento curioso y muy de la época. 

 

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domingo, 7 de noviembre de 2021

Los gamones, buen alimento para los cerdos

 

Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los párrocos. 1804

Hemeroteca digital. BNE



Por Esperanza Cabello


En estos días tan oscuros y tan tristes internet se convierte en un entretenimiento perfecto, y buscar "gamones" aunque sea en noviembre, es una curiosidad que nos sorprende por mucho que estemos acostumbrados a encontrar documentos curiosos.

En este caso, en la Hemeroteca Digital de la BNE, no solo es curioso el texto, sino dónde está publicado, en el "Semanario de Agricultura y Artes dirigido á los Párrocos".

¡A los párrocos! Actualmente se nos antoja bastante imposible pensar en un párroco con la soleta en la mano y las botas llenas de barro (la soleta es conocida como azada en el norte). Pero en 1804 debía de ser habitual que los párrocos se procuraran también su sustento. 

Y este número (el 408) está especialmente dedicado a la siembra de ortigas para alimentar al ganado, pero aconsejan a los párrocos que ofrezcan también a los animales gamones, vean de qué forma:

 

 

Hemeroteca digital BNE


Los cerdos comen bien los gamones (Asfodelus ramosus L), y en particular su raíz que representa perfectamente un manojo de nabos. Cocida con algunos puñados de salvado les nutre seguramente, y aun en años de escasez se han alimentado con ella los hombres, triturándola para hacer una especie de pan. Sin embargo, para los cerdos es preferible la ortiga, por ser más temprana, y porque mezclada con otras comidas los conserva más sanos y robustos...



sábado, 17 de abril de 2021

Ubrique, mártir. Los estragos de la Guerra Civil

 



Por Esperanza Cabello

Ese es el titular que hemos podido leer en la Revista Virtual de Prensa Histórica en el número 180 del periódico "España libre", un periódico editado en Francia en noviembre de 1949 por la CNT y la AIT.

Se trata de un artículo escrito por el ubriqueño J. Carrillo, exiliado en Francia, que transcribimos en esta entrada y que puede leerse en este enlace, lamentándose por el asesinato de Ovidio Carrasco Paradas en nuestro pueblo.

Hemos obtenido alguna información sobre Ovidio en este enlace.

 

 

 

CARRASCO PARADAS, Ovidio. Vecino de Ubrique (Cádiz). El 7 de abril de 1947 fue detenido en Ubrique junto a seis vecinos más, interviniéndoles un receptor de radio-galena, del que se dijo estaba destinado a la guerrilla. El 12 de septiembre de 1949 fue fusilado por la guardia civil en la calle Consistorio de Ubrique. Aquel mismo día habían dado muerte a tres guerrilleros en las afueras de la localidad, paseando sus cuerpos por la calle Alameda. PÉREZ, Manuel, 1992, 210, 217 y 275

 

 

 

J. Carrillo había leído la noticia del asesinato de Ovidio en el número 177 de "España Libre" , en este enlace, junto a José Llucia Pérez, su mujer Remedios González y Manuel Zurita Álvarez, y, presa de la tristeza y de la rabia, hace una loa de su amigo, el sastre Ovidio Paradas que tanto había hecho por el pueblo.

Nos llaman la atención muchos detalles de esta crónica, su versión de lo ocurrido en Ubrique en julio de 1936 no coincide totamente con las muchas versiones que hemos podido conocer en estos años, pero habla de nuestro abuelo, al citar a los ubriqueños encarcelados; de Francisco Jaén y de Marcos León, los dos primeros encarcelados.

Pero nos ha causado mucha tristeza el relato de la muerte de María Ortega, aquella anciana que fue asesinada en su casa por no querer desvelar dónde estaban sus hijos. Siempre supimos que la madre de nuestra querida María Morales, mujer de Luis Ortiz, había recibido varios tiros en su propia casa por no consentir ponerse del lado de los sublevados.

Nuestra madre nos contó aquella terrible historia cuando éramos pequeños, María era la "madre de leche" de nuestra tía María Remedios, costurera en casa de abuela Natalia, con la que compartía costura, compañía y experiencias en aquellos tiempos tan terribles.

Nadie diría que nuestra abuela le ayudaba a hacer pantalones para los maquis, seguramente sin ser plenamente consciente del peligro al que se exponían, solo ayudaba a su amiga a hacer ropa para su marido. Luis estuvo oculto durante muchos años, temiendo por su vida.

Transcribimos el artículo de J. Carrillo íntegramente, con la intención y el deseo de que conociendo nuestra historia no vuelvan a producirse hechos tan terribles.

 

 




UBRIQUE MÁRTIR, POR J. CARRILLO

En el número 177 de España Libre acabo de leer algo que ha sublevado mi conciencia, y por mi condición de hijo de Ubrique, creo que me permitirá escribir algo sobre estas nuevas víctimas del fascismo, todos ellos conocidos desde la infancia, amigos, y también, hermanos en ideas.

Ubrique, pueblo de la Provincia de Cádiz con una población de 13.000 habitantes, geográficamente admirado por las sierras y cordilleras que le rodean, situado por lo tanto en un hoyo, al divisarle, cuando se divisa, invariablemente nunca a más de medio kilómetro de distancia, aparece blanco como una paloma, que bebe el agua del Majaceite, que riega además sus huertas de la parte Norte. Nadie diría que es Ubrique, donde se construyen las famosas petacas, y tan conocido por su industria de marroquinería, sin comparación en el orbe.

Ya en las contiendas que hubo en España para traer la República del 73, Ubrique dio la sangre de algunos de sus hijos que se batieron contra los adversarios de aquella.

El 18 de Julio de 1936, este pueblo, este Ubrique mártir, al enterarse de la sublevación fascista se apresuró a organizar su defensa con los pocos medios materiales de que disponía. Las escopetas de caza eran las armas más numerosas. Cada hora que pasaba, las noticias eran más alarmantes: Cádiz en poder de los facciosos, después Jerez, Arcos de la Frontera, Villamartín, Algeciras, la Línea de la Concepción, así sucumbía la provincia de Cádiz gracias a las legiones de moros que los fascistas desembarcaban. Pero nada de todo esto hizo decaer la moral de este pueblo; todo lo contrario, con más entusiasmo continuó organizando su defensa, previendo que el combate sería duro. Y éste, llegó. El 26 de julio, a las dos de la tarde, uno de nuestros vigías, que, alejado de los demás grupos y en sitio prudente, vigilaba la carretera de Jerez, llegó a los grupos que estaban en la «Venta de las Cumbres» diciendo: — ¡Ya están aquí!

— Por la cuesta de Tavizna suben camiones y más camiones, no puedo decir cuántos son, porque van apareciendo cada vez más.

Nadie quiso saber otra cosa. Por cierto, era la hora en que se empezaba a comer, como cualquier Ejército en campaña. Las escopetas reemplazaron las cucharas y a los diez minutos sonaron los primeros disparos.

 Los fascistas interrumpieron la marcha, ya que venían a conquistar un pueblo que ellos sabían muy bien, que amaba la libertad. Pero lo que Ignoraban era el coraje con que la defenderían. Siete horas de combate encarnizado, en que el enemigo tuvo muchas bajas, entre ellas un jefe fascista jerezano, el doctor Solís. Se hicieron once prisioneros que se trataron como a tales, ingresándolos en la cárcel y reuniéndolos a una veintena de fascistas de la localidad detenidos desde los primeros días. Haré resaltar el trato humanitario y considerado que recibieron esta gente, ya que luego hemos de ver cómo procedieron ellos en correspondencia, y cómo proceden aún con quienes tuvieron sus vidas en las manos. Nuestros hombres son quienes, sin creer en dios, ni tener por qué conocer el quinto mandamiento ¡NO MATARON!, mientras que vosotros fascistas, matáis y seguiréis matando, porque Ubrique, este pueblo noble y trabajador, no lo conquistaréis. Lleva en su corazón estas tres letras: C. N. T.

El día 27 de julio, a las primeras horas de la mañana, los fascistas reanudaron el ataque con toda clase de fuerza, entre la que predominaban los moros, armamento de toda clase y un avión arrojando hojas invitando al pueblo a que se entregara y que si no lo hacía sería bombardeado. No por ello se entregó. Combatió hasta agotar las pocas municiones que habían quedado del combate anterior. El pueblo en masa se desplegó hacia las sierras. Durante una docena de días, los malvados no molestaron a nadie, buscando la forma de que su presa fuera mayor. Para ello enviaron emisarios por toda aquella zona, invitando a todo el mundo a que volvieran a sus hogares, que cada cual reemprendiera su trabajo, que en Ubrique nada pasaba. Fueron muy pocos los engañados por esta maniobra, sobre todo los que ellos querían.

Fracasado este intento, la “hiena” hizo su aparición, saqueando domicilios obreros, pelando a mujeres y haciéndoles tomar aceite de ricino. Detenciones y fusilamientos. El primero en caer fue el compañero Francisco Jaén de la C.N.T. y Marcos León del Partido Socialista.

Fue tan inhumana la muerte que les dieron que cuando decidieron acabarles ya les habían arrancado los brazos. Antonio Rubiales, enfermo en cama, bajo la custodia del médico, fue sacado de ella y fusilado. El médico, hombre de derechas, protestó ante este crimen, siendo amenazado por los falangistas si trataba otra vez de proteger algún rojo.

Seriamos demasiado extensos si continuásemos narrando todos los casos de crímenes cometidos, pero no queremos terminar sin mencionar el caso de María Ortega, residente en la calle de Toledo, mujer de avanzada edad. Todos los días iban los falangistas a preguntarle por sus dos hijos; ella contestaba que no sabía nada de ellos, hasta que un día del mes de agosto del 36, al recibir la ya acostumbrada visita, esta pobre madre, dolorida por los crímenes que se cometían todas las noches, respondió a sus visitantes: — Están en la sierra ¿es que queríais que se quedaran para que los matéis como a los otros? Los sentimientos de esta gente no respetaron a esta madre y sus frases le costaron la vida.

Queremos destacar que en la lista de detenidos que nos da España Libre se encuentran el yerno y la hija de esta mujer — Luis Ortiz Ramírez y María Morales Ortega —. En cuanto a sus dos hijos, uno de ellos fue muerto en los combates de Málaga y el otro, Bartolomé Morales Ortega se encuentra en Francia (Dordogne).

Más de 60 fusilamientos se hicieron en este pueblo en los primeros meses, sin tener en cuenta que las vidas de todos ellos, los fascistas, fueron respetadas, como ya hemos dicho antes.

A los 13 años los hechos se repiten, Ubrique de nuevo ensangrentado, de nuevo martirizado, ultrajado; madres, esposas, hijos y hermanas enlutados; pena y terror en sus habitantes; seis muertos, veintiocho detenidos que están siendo brutalmente torturados.

La guardia civil puede decir que ha detenido y exterminado varios bandoleros, pero los ubriqueños que estamos en Francia, como no somos pocos, sabemos que la C.N.T. de Andalucía ha perdido unos cuantos de sus hombres mejores y que otros muchos se encuentran amenazados. Sus mismos asesinos saben que son trabajadores honrados, pero la guardia civil, ante el mendrugo de pan que les ofrece Franco, más negro que sus capas y tricornios, como decía García Lorca, llama bandoleros a los que todo lo dan porque España recobre las libertades que tan vilmente le fueron arrebatadas.

Mucho podríamos decir de los compañeros que han caído en Ubrique, pero para no abusar del acogimiento de nuestro periódico, sólo mencionaré la actuación ejemplar del joven libertario, cobardemente asesinado: Ovidio Carrasco Parada (rectifico un error de España Libre que indica 44 años de edad, debiendo decir 34).

Hijo de una familia republicana, abrazó las ideas libertarias a la edad de 17 años. Con el que esto escribe, organizó las Juventudes Libertarias, de las que era secretario. Era tanta la simpatía que tenía entre la juventud, que consiguió retirar a muchos jóvenes de los sitios donde nada bueno tenían que aprender, y así, atraerlos al Ateneo que él con tanta tenacidad organizó. Queda confirmada la consideración que atrajo su brillante labor que en un Congreso Comarcal de JJ. LL celebrado en Jerez en el 33, y al que asistió como delegado, se nos dijo que era el tanto por ciento más subido de afiliados que en general teníamos con relación al número de habitantes del pueblo.

Era tal su dinamismo que no quiso limitarse a desarrollar sus actividades entre la Juventud de Ubrique, creyendo que tenía que sembrarse la semilla libertaria entre la juventud de otros pueblos. Los domingos y días festivos los empleaba en esta labor, consiguiendo que se organizaran las Juventudes en los vecinos pueblos de El Bosque, Algar, Grazalema y otros.

Él decía que la mejor arma para hacer la revolución eran los libros, y de éstos, siempre iba cargado.

¡Compañero Ovidio! Ubrique te pasará a la historia de sus mártires, la juventud que tú educaste crispa los puños de rabia y te vengará lo mismo que a los otros compañeros; pero tú has muerto con las manos atadas. Te hiciste responsable de la Resistencia de aquella zona, — ¡quizá para aliviar a tus compañeros de tortura! —.

Eras todo corazón, eras todo un hombre, todo un libertario.

Que la tierra te sea leve, compañero Ovidio.

Termino aquí estas breves notas que salen del corazón, y que espero serán estimadas como un ejemplo más que da esta tierra española en su lucha contra los tiranos y fratricidas de casta.

J. CARRILLO. PARÍS 10-49